- El Instituto de Antropología y el Museo de Antropología de Xalapa realizaron homenaje en memoria del antropólogo e investigador de la Universidad Veracruzana
Paola Cortés Pérez
Fotos: Omar Portilla Palacios
04/12/2022, Xalapa, Ver.- “A la Huasteca le dolió mucho la partida de Don Román”, expresó Rodolfo Hernández Osorio, docente de la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana (UV), durante el homenaje in memoriam al antropólogo Román Güemes Jiménez.
En conversatorio organizado por el Instituto de Antropología (IA) y el Museo de Antropología de Xalapa (MAX) se recordó el trabajo, aportaciones y conocimiento que dejó el investigador y músico Román Güemes.
Álvaro Brizuela Absalón y Claudio Ismael Hernández Palacios, investigadores del IA, y Guadalupe Vargas Montero, investigadora del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales, además de Rodolfo Hernández, compartieron sus experiencias y aprendizajes; con la moderación de Yamile de la Cruz Lira López, directora del IA.
Rodolfo Hernández compartió que de Román Güemes aprendió, convivió y tuvo mucho apoyo. Cuando lo conoció se percató de inmediato que se trataba de un hombre sabio e inteligente pues hablaba de política, de los cerros, de la gente, de la música, del son, de cualquier tema.
“En la zona de la Huasteca Román es un antropólogo, un investigador, un lingüista, amigo, compadre, padrino, cuentero, narrador, poeta, promotor, sabio, líder. Román era un Román.
”Conocía las comunidades, los nombres de los cerros, los límites, las colindancias y las problemáticas que hay en la Huasteca. Siempre se consideró un gran señor, un gran sabio/conocedor de la vida misma, un gran ser humano, porque extendió la mano a mucha gente.”
Recordó que dio cobijo –en su departamento– a muchos estudiantes indígenas para que cursaran sus estudios de bachillerato y universitarios. Por eso fue considerado un padrino y un maestro.
“Para toda la comunidad ‘nos dejó Román’, ‘se olvidó de nosotros Román’, ‘se desvaneció el rostro de Román’. Pero siempre estará presente porque vivirá eternamente en el corazón y permanecerá en nuestros recuerdos.
”La Huasteca siempre se acordará de Román. Cuando se enteraron que ya no estaba en esta tierra, mucha gente prendió veladoras, rezaron y hablaron de él. Les dolió su partida.”
Álvaro Brizuela dio lectura a fragmentos de dos entrevistas que realizaron él y su esposa a Güemes Jiménez, con la finalidad de acercarse a su lado humanista. En ellas les hizo saber que de su familia aprendió que había nacido en el corazón de una tierra linda y carismática, que durante siglos ha luchado por su integridad y cultura.
“Mi primer encuentro con la música fue desde muy ‘triponcito’ en mi comunidad, porque el son huasteco, el huapango estaba muy arraigado y había muchos músicos entre mis familiares; mis abuelos habían sido músicos; en mi casa había muchos instrumentos, porque mis hermanos mayores eran músicos. Aprendí viendo como manejaban la jarana, guitarra, quinta huapanguera y un poco de violín”, compartió Román Güemes en dichas entrevistas.
Pensaba que todo antropólogo es un escritor en potencia, es cuestión de que se lo proponga, de intentarlo y atreverse. El mundo de este oficio es infinito y la riqueza espiritual e intelectual de los interlocutores ayuda a estos profesionales a caminar.
“Hay mucho que contar en nuestras libretas de trabajo, diarios de campo, en las hojas sueltas, en cualquier papel que queda en nuestras bolsas. Considero que el antropólogo tiene mucho que decir al mundo y aportar a la problemática en la que está sumido el mundo.”
En su intervención, Guadalupe Vargas habló de las aportaciones académicas del maestro Román Güemes mediante sus investigaciones; comentó que es ejemplo de una manera de concebir y producir el quehacer antropológico y etnomusical –tarea nada fácil de realizar– ya que sus trabajos dan testimonio de toda una vida en su natal Huasteca y aseveran el conocimiento profundo de culturas originarias y mestizas de dicha región geográfica.
“Los registros que realizó rescatando la memoria y la propia cultura musical, contribuyen no sólo a no olvidar sino a magnificar la importancia de las tradiciones, ritos y mitos en las culturas en tránsito por el siglo XXI, así como todos los fenómenos demográficos, políticos y económicos que implican.”
Finalmente, Claudio Ismael Hernández dijo: “Román resurgía con cada huapango o son de su entrañable Huasteca, en ocasiones con rimas y a veces la improvisación eran la pauta que aludía los motivos del canto; fue la textura con la que hilaban los momentos de contento y a su vez la reflexión”.
Dijo que Güemes Jiménez nunca dejó de ser huasteco, un huasteco sustancial al pensamiento ancestral, esto le permitió adentrarse en el intrincado universo donde conviven flora, fauna, humanos y entidades espirituales que rigen el día a día de las comunidades.
El homenaje concluyó con la presentación musical de un grupo de música huasteca para recordar al maestro Román Güemes Jiménez.
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