- María Dolores Hernández Parra fue la primera encargada de la Unidad de Servicios Analíticos en Salud Bioanálisis de la UV
- El lugar surgió en 1980 ante la necesidad de que estudiantes de la Licenciatura en Química Clínica realizaran sus prácticas
Carlos Hugo Hermida Rosales
Fotos: César Pisil Ramos
11/04/2023, Xalapa, Ver.- “A lo largo de 42 años, la Unidad de Servicios Analíticos en Salud Bioanálisis (USASB) de la Universidad Veracruzana (UV) ha sido mi escuela y parte de mi vida, ya que en ella he aprendido, compartido mis conocimientos con cientos de alumnos y tomado muestras a miles de personas”, declaró María Dolores Hernández Parra, fundadora del sitio.
Dolores Hernández, quien se desempeña como técnica académica en la Facultad de Bioanálisis, fue la primera encargada de la USASB, que abrió sus puertas a la comunidad universitaria y población en general en 1980.
El lugar surgió ante la necesidad de que estudiantes de la Licenciatura en Química Clínica realizaran sus prácticas, y aunque al inicio no había muchos pacientes, con el paso del tiempo aumentaron.
En ese entonces Dolores Hernández, quien cursaba el segundo semestre de la licenciatura mencionada, ya contaba con un título de Técnica Laboratorista Clínica por el Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECyT) Plantel 36, además de experiencia laboral en centros de salud, lo que sirvió para que la contrataran como encargada de la naciente USASB.
Por parte de la Facultad le apoyaron con material e insumos para realizar pruebas básicas y preparar reactivos; como ayudantes tuvo a algunos de sus compañeros de licenciatura, a quienes se les adelantó el servicio social.
Dolores Hernández trabajaba en la USASB de 8:00 a 14:00 horas, y posteriormente asistía a clases de 15:00 a 21:00; su hora libre la aprovechaba para ir a comer a una casa ubicada frente a la Escuela de Bachilleres Artículo Tercero Constitucional.
“El traslado se me complicaba muchas veces porque la Avenida Ruiz Cortines no estaba pavimentada, pero mis maestros me apoyaban para entrar unos minutos después al salón”, relató.
Al salir de la universidad se dirigía a su casa en Coatepec, donde llegaba a estudiar y realizar sus tareas escolares.
La química mencionó que al principio el trabajo en la USASB era completamente mecanizado; se utilizaban jeringas de cristal que posteriormente se lavaban y eran esterilizadas, y los reactivos se preparaban a mano en un mortero.
Los colorantes necesarios para mejorar el contraste en el microscopio se debían dejar madurar mes y medio antes de ser usados, y en una máquina de escribir mecánica se redactaban los resultados dos veces, una copia se guardaba en el archivo y otra se entregaba al paciente.
Pese a las limitaciones, la unidad atendía medio centenar de usuarios al día, ya que quienes acudían sabían que el sitio tenía un equipo de expertos que la respaldaba.
“Ahora casi todas las labores se realizan de forma automática porque contamos con un robot que manipula los reactivos, y al insertar los datos del paciente en la computadora se imprimen los resultados después de que los validamos”, comentó.
Entre las anécdotas en sus 42 años al frente de la USASB, la química recuerda la ocasión en que tomó muestras de sangre a algunos compañeros estudiantes de la universidad, que salieron muy elevadas en niveles de ácido úrico.
Preocupada debido a que esto puede dañar los riñones, lo habló con el director de la Facultad, quien posteriormente dialogó con los jóvenes, que confesaron haberse ido de fiesta la noche anterior, lo que había afectado los resultados del análisis.
Dolores Hernández mencionó que inicialmente al egresar de la preparatoria deseaba estudiar la Licenciatura en Medicina, pero no lo hizo ya que sus papás no podían costearle esa carrera.
No obstante, encaminó su vocación hacia la química clínica, y a lo largo de su trayectoria se especializó en hematología y microbiología y cursó una Maestría en Análisis Clínicos; también ha dirigido muchos proyectos de tesis, y capacitado a varios de los docentes de la Facultad de Bioanálisis.
Aseguró que ama su profesión y que ha disfrutado pasar buena parte de su vida frente al microscopio, en la observación y el análisis de plaquetas y glóbulos rojos y blancos.
La química realiza trámites de jubilación, por lo que pide a quienes continúen en la USASB llevar a cabo su trabajo con cariño y entusiasmo, pero sobre todo con vocación de servir.
“La unidad no debe ser vista como empresa, sino a manera de un laboratorio de enseñanza y de servicio a la población”, concluyó.
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