Editorial 2016
Una publicación y los trabajos que presenta son el reflejo de las problemáticas sociales que demandan respuestas y de los profesionales que están trabajando en alternativas para entender y resolver esos problemas. Así la época presente nos enfrenta como científicos sociales a los más duros retos que la sociedad actual está enfrentando: desajustes económicos, institucionales, grupales; fenómenos de violencia, crimen organizado, corrupción e impunidad que han permeado todos los estratos sociales, con los consiguientes sentimientos de desconfianza, miedo e indefensión. Es urgente trabajar en el desarrollo de propuestas que mantengan visiones alternas de los valores que han hecho posible la convivencia humana.
Nuestra disciplina, inmersa como todas las ciencias, en estos momentos de tanta demanda de justicia, paz, hermandad, solidaridad para tantas personas que están sufriendo las vicisitudes sociales; nos demanda ser creativos, la búsqueda de alternativas que sean efectivas, el replanteamiento de viejos paradigmas que han cumplido su papel histórico. La tarea es comprometernos en un movimiento intelectual que haga posible el surgimiento de nuevas ideas y acciones desde los espacios en que nos encontremos.
Muestras de esta situación las hemos experimentado el presente año. La Universidad Veracruzana, la institución de educación superior más importante del sureste del país, ha sido afectada en sus finanzas, los recursos económicos que por ley le corresponden han sido retenidos, desviados a otros fines, nadie aclara nada. Las repercusiones sobre sus programas pueden ser enormes. Ante semejante agravio, que lo es para la población entera que estudia, trabaja o le vende a la universidad; la casa de estudios ha respondido con lo que sabe hacer: dando muestras de su civismo en las movilizaciones, destacando sus logros académicos y presentando lo mejor de sus grupos artísticos. En esta respuesta lo imposible se hizo posible, personal académico, administrativo y estudiantes marcharon varias veces juntos para demandar la solución del problema. A pesar de estas demostraciones, aún no se vislumbra una salida al conflicto.
Otra afrenta, muy preocupante para los derechos sociales, lo constituyen los diferentes ataques a la laicidad de estado por parte de instituciones y grupos confesionales. Vivimos en una sociedad de derechos y plural en todos los sentidos, y, el estado laico, es el acuerdo social por medio del cual gozamos de libertad de creencias, esta libertad a la vez nos impone el respeto por las creencias diferentes a las nuestras. La laicidad se funda en la separación de la iglesia y el estado y exige a las autoridades de cualquier nivel actuar con criterios objetivos y científicos, no religiosos; las autoridades legislan e imparten justicia para el pueblo en general, no para favorecer a un grupo confesional. La sociología, la demografía, la economía explican con creces las transformaciones que a lo largo de la historia ha experimentado la familia como grupo; los matrimonios igualitarios no la están destruyendo, la familia seguirá cambiando se permitan o no este tipo de uniones.
La historia pasada y reciente nos brinda numerosos ejemplos de las catástrofes sociales que se han producido cuando ha habido intentos o acciones para uniformar política o religiosamente a la sociedad; veamos la historia de México, las luchas actuales en Medio Oriente para no ir tan lejos.
Nuestra ciencia tiene que trabajar con la salud mental y ésta necesita de la libertad, la libertad como valor y como realidad, que haga factible el ejercicio de los derechos ciudadanos en los espacios de la vida cotidiana.
En noticias más amables, nuestra facultad celebra en el mes de septiembre de este año 2016 los 40 años de la creación del Área de Psicología Social, bajo la coordinación del maestro Agustín Aguirre Pitalúa; a lo largo de estos cuarenta años lo que empezó como un área en una de las facultades de la Universidad Veracruzana, ensanchó la formación académica de los futuros profesionales al abrir campos del conocimiento y de la práctica como la psicología de grupos, la psicología comunitaria, el análisis institucional, entre otros, así como una metodología cuestionadora y participativa de la enseñanza-aprendizaje; hechos que sin lugar a dudas significaron en su momento un cambio cualitativo en la formación profesional. En la actualidad, las áreas académicas de la Psicología Social, forman parte del plan de estudios de las tres facultades de Psicología de la universidad, Veracruz y Poza Rica. Felicitaciones a estudiantes y docentes; pasados y presentes del campo de la Psicología Social.
Las fundadoras y directoras de esta publicación desde 2006: Marta Campillo Rodríguez, Susana Ruiz Pimentel y Sara Ruiz Vallejo, aprovechamos este editorial para despedirnos de nuestros amables lectores e informales que la Revista Procesos Psicológicos y Sociales cierra con este número un ciclo importante. El haber tenido la oportunidad de formar una red de lectores latinoamericanos y de colaboradores internacionales que vieron en este esfuerzo la raíz de una difusión académica responsable e incluyente, que abrió un espacio a nuevos modelos y en el que se publicaron artículos novedosos para nuestro campo, deja una huella y una oportunidad para que este árbol del conocimiento se multipliquen .Por ello agradecemos ampliamente la colaboración de todos-as quienes apoyaron este proyecto durante once años, mismo que surgió de nuestro interés personal para crear un espacio académico desde la facultad de Psicología Xalapa de nuestra Universidad Veracruzana para la difusión electrónica de los trabajos de colegas que escriben y hacen psicología. MIL GRACIAS !!!!!
La Dirección de la Revista.