Conceptos basicos del embarazo prolongado: una revisión
Dr. Tomás Gerardo
Hernández Parra1, C. D. Ma. Gabriela Nachón
García2
Hospital Escuela1, Instituto de Ciencias
de la Salud2
Universidad Veracruzana
RESUMEN
El embarazo prolongado, también conocido como
postérmino, es aquel que se ha extendido hasta
la semana 42 de gestación o más allá
de ella. La frecuencia reportada es aproximadamente
de 7%. Es una condición clínica que causa
importantes compromisos maternos y fetales, por lo que
se considera un embarazo de alto riesgo.
El diagnóstico precoz, basado en el dato exacto
de la fecha de última menstruación, y
un buen control prenatal con ultrasonografía
temprana determinarán la fecha probable de parto
y la fecha límite para el nacimiento. A pesar
de la importancia clínica del embarazo prolongado
y de las herramientas que contamos para su diagnóstico,
usualmente hay descuido tanto de la paciente como del
facultativo para su manejo.
Las complicaciones fetales incluyen: insuficiencia útero-placentaria,
síndrome de aspiración de meconio e infecciones
intrauterinas; éstas contribuyen al incremento
de la taza de muerte perinatal, la cual es el doble
a la semana 42 en comparación con los embarazos
a término.
El embarazo postérmino está asociado con
aumento en la distocia del trabajo de parto y un incremento
de daño perineal severo relacionado con la macrosomía,
así como la duplicación de la tasa de
operaciones cesáreas.
El tratamiento dependerá de la exactitud del
diagnóstico. Mientras las condiciones maternas
y fetales lo permitan, se buscará la inducción
del trabajo de parto. Las Normas de Obstetricia del
Instituto Nacional de Perinatología, en México,
han recomendado que la resolución del embarazo
no debe rebasar la semana 41, ante la evidencia de la
alta morbi-mortalidad materno fetal que induce el embarazo
postérmino.
El objetivo de esta revisión es enfatizar la
importancia clínica de esta condición
en la embarazada, incluyendo el diagnostico oportuno,
así como un manejo obstétrico adecuado,
tendiente a evitar las complicaciones materno fetales
que pueden llegar a presentarse.
PALABRAS CLAVE: Embarazo Prolongado,
embarazo postérmino, fecha probable de parto,
edad gestacional.
ABSTRACT
The postterm pregnancy is which has extended to 42 weeks
of gestation after last menstrual period or more than
that. The reported frequency is approximately 7%. It
is a clinical condition on account important fetal and
maternal risk pregnancy. For this reason it is considerate
a high risk pregnancy.
The opportune diagnosis, based on acquaintance of last
menstrual period, an appropriate prenatal control with
an ultrasonography performed early bring the chance
to knowing estimated date of delivery and determinate
last day for expected birth.
Although the clinical importance of postterm pregnancy
and the tools in order to the diagnosis, there is usually
careless from both the patient and the physician.
The complications for the fetus including uteroplacental
insufficiency, meconium aspiration and intrauterine
infection, these contribute to the increased rate of
perinatal death, whish is twice as much as that at term.
Postterm pregnancy is associated with an increase in
labor dystocia, an increase in severe perineal injury
related to macrosomia and doubling in the rate of cesearean
delivery.
The tratment depends on exactness of the diagnosis.
Whether the condition of the mother and baby are acceptable,
we attempt labor induction. The standard management
in obstetrics of the Instituto Nacional de Perinatología,
in Mexico, has recomended that the resolution of the
pregnancy do not might to continue after of 41 week,
because of the evidence of high morbi-mortality maternal-fetal
rate that the postterm pregnancy induces.
The object of this review is emphasize the clinical
importance of this condition of the pregnancy, including
early diagnosis, as well as fitting obstetric management,
in order to avoid fetal and maternal complications that
could be appear.
KEY WORDS:
Prolongated pregnancy, postterm pregnancy, estimated
date of the delivery, gestational age.
INTRODUCCIÓN
Se habla de embarazo prolongado o postérmino
cuando la permanencia del feto en el útero rebasa
las 42 semanas o 294 días de amenorrea, después
del primer sangrado de la última menstruación.1-3
La frecuencia reportada es de aproximadamente 7%.1,4
El mayor número de embarazos finalizan alrededor
de los 280 días, lo que corresponde a 40 semanas
de amenorrea, siendo el promedio 270 días, calculados
a partir del primer día de la última menstruación
en pacientes con ciclos regulares. Los factores étnicos,
nutricionales, entre otros, pueden afectar la duración
de un embarazo.1
Quien primero reconoció la postmadurez como un
síndrome, y el incremento en la morbi-mortalidad
que ésta acarrea, fue Ballantyne en el año
de 1902.1,2
Desde los inicios de la década de los años
setentas, en el siglo veinte, se ha venido estudiando
la fisiopatología de la madurez fetal y placentaria
y, por lo tanto, de los embarazos prolongados. Debido
a la determinación oportuna de la edad gestacional
y la interrupción del embarazo antes de rebasar
las 42 semanas de gestación, ha disminuido su
incidencia, la cual varía de acuerdo con los
parámetros que se utilizan para definirlos y
diagnosticarlos.2
Médicamente, está establecido que, más
allá de la semana 42 de edad gestacional, los
riesgos para el producto de la concepción aumentan
y pueden ocasionar, finalmente, muerte perinatal, previa
emisión de meconio acompañado de dolores
fetales.1
Se han
referido trastornos del crecimiento y del comportamiento
en productos obtenidos de embarazos prolongados.5-8
En algunos casos, la paciente, a consecuencia de no
conocer con exactitud su fecha de última menstruación
y/o a irregularidades en su ciclo menstrual, supone
haber rebasado la fecha probable de parto. El examen
de la historia de los ciclos menstruales, las ecografías
en fechas tempranas del embarazo; datos clínicos
y de gabinete con respecto a la madurez fetal serán
de utilidad para corroborar o corregir diagnósticos.1
Existiendo la sospecha de postmadurez, es imperativo,
en lo posible, determinar las condiciones biofísicas
y edad gestacional del producto del embarazo.
El manejo obstétrico de los embarazos postérmino,
ha sido controversial. Requiere de una estrecha vigilancia
y de interrupción por la vía más
adecuada, dependiendo de las condiciones fetales, maternas
y placentarias.
DEFINICIÓN
DE EMBARAZO PROLONGADO
De acuerdo con la última versión manejada
por la Federación Internacional de Ginecología
y Obstetricia, en septiembre de 2004, publicada en las
guías de manejo clínico para obstetras
y ginecólogos, el embarazo prolongado es aquel
que dura al menos 42 semanas de amenorrea cumplidas.9
Este límite coincide con un aumento de la morbi-mortalidad
perinatal.
Cuando es el caso de mujeres con ciclos menstruales
previos irregulares o existen dudas de la fecha de última
menstruación, se establece una edad gestacional
con base en la probable fecha de ovulación.1
En un estudio clásico de Boyce, en 1976, en donde
estableció una curva térmica a partir
del inicio del embarazo en 317 mujeres, llegó
a la conclusión que cuando se determina la duración
del embarazo a partir de la última menstruación,
la tasa de embarazos prolongados resulta 3 veces mayor
a la real.10
Una ecografía precoz siempre será de utilidad
para conocer la edad gestacional. De existir discordancia
entre la edad gestacional estimada por la paciente,
según su último periodo menstrual, y la
edad estimada por ecosonografia, siempre se le dará
mayor valor diagnóstico a este último.9,11
ESTIMACIÓN DE LA EDAD GESTACIONAL
Para reducir los falsos diagnósticos de embarazo
postérmino, se requiere una estimación
exacta de la edad gestacional. Al determinar tempranamente
el embarazo, la fecha probable de parto es más
confiable y exacta. Así mismo, ésta también
puede determinarse con base en el último periodo
menstrual conocido en mujeres con ciclos menstruales
regulares y normales.
La fecha de última menstruación (FUM)
es el primer dato que, al interrogatorio, permite al
médico calcular la edad gestacional y la fecha
probable de parto (FPP). Esto aporta una idea aproximada
del tiempo límite que el producto puede permanecer
en el vientre materno. En la mujer con ciclos regulares,
se podría calcular el inicio del embarazo 14
días antes de la fecha de la primera menstruación
ausente. Otras maneras, aceptablemente confiables, podrían
ser: la curva térmica, la inducción de
la ovulación y el conocimiento de la fecha de
inseminación.1
Inconsistencias acerca de la exactitud en la edad gestacional
estimada requieren, además, evaluación
con ultrasonografía. Son útiles las mediciones
que incluyen: la longitud cefalocaudal del feto durante
el primer trimestre, el diámetro biparietal o
circunferencia craneal y longitud del fémur durante
el segundo trimestre. Debido a las variaciones normales
en el tamaño de los infantes, en el tercer trimestre,
la estimación de la edad gestacional es menos
confiable.9
FACTORES
QUE PREDISPONEN EL TRABAJO DE PARTO
El inicio del trabajo de parto requiere la presencia
de un cuello uterino maduro y de actividad uterina regular.
El factor desencadenante de la actividad de contracción
durante el trabajo de parto es todavía desconocido.
De las teorías propuestas destacan:
• Teoría mecánica, referente a la
sobre distensión uterina.
• Teoría inmunitaria, con una disminución
de reacción de tolerancia al final del embarazo.
• Teorías hormonales, que incluyen, por
un lado, la disminución de la relación
progesterona-estrógeno y, por otro, la secreción
de oxitocina fetal, de vasopresina y de cortisol por
parte del producto.
• Teoría placentaria, incluiría:
la insuficiencia placentaria, anomalías de los
intercambios vasculares y alteraciones metabólicas
con origen en una secreción local de prostaglandinas.
Fenómenos locales, como son: maduración
cervical y del cuerpo uterino, así como la acomodación
de la presentación fetal en la pelvis materna.19
FACTORES
QUE PREDISPONEN EL EMBARAZO PROLONGADO
La causa más frecuente de un aparente embarazo
prolongado es un error en la estimación de la
edad gestacional.12,13
Cuando un embarazo postérmino realmente existe,
la causa usualmente es desconocida.9
Los factores de riesgo más comúnmente
identificables son la primiparidad y un embarazo postérmino
previo,14,15 pudiendo estar asociado a la deficiencia
de sulfato placentario o la anencefalia fetal.16 La
predisposición genética interviene en
la prolongación del embarazo.15,17 Vainsanen-Tomimiska
M. y colaboradores realizaron un estudio en Finlandia
en 2004 donde concluyen que la reducción en la
liberación de los niveles de óxido nítrico
cervical pueden contribuir al embarazo prolongado.18
Se pueden
considerar predisponentes del embarazo prolongado:
• El bajo nivel socioeconómico puede vincularse
con una amenorrea no confiable.2
• El antecedente de embarazo prolongado puede
aumentar en 50% la probabilidad de repetición.2
• Macrosomía fetal.2,20
• La hidrocefalia, la trisomía 18, hipoplasia
congénita de las suprarrenales y defectos en
el tubo neural en el producto (anencefalia), son descritos
como precursores de embarazos prolongados.21
• Factores mecánicos como lo son: la desproporción
céfalo pélvica y/o resistencia anormal
de cuello uterino, secundaria a una anomalía
de la maduración de origen metabólico.1
• Hipotiroidismo materno, así como la preeclampsia.1
• Es más frecuente en la raza blanca.21
• La edad materna y la paridad son factores aún
controversiales.22,23
• El sexo masculino puede estar asociado con la
prolongación del embarazo.16
• Mujeres que trabajan en turnos nocturnos.24
HERRAMIENTAS
DIAGNÓSTICAS
La herramienta diagnostica más utilizada es la
ecosonografía obstétrica. La longitud
cráneo caudal en el primer trimestre del embarazo
es el criterio ultrasonográfico más preciso
para la determinación de la edad gestacional.
A partir de la semana 12 a la 14 se pueden considerar
las medidas del diámetro biparietal y la longitud
del fémur.
Entre más temprano se determine la edad gestacional,
el rango de error es menor.
Al inicio del embarazo, la longitud del diámetro biparietal aumenta más rápidamente, por lo cual la determinación de la edad gestacional, basada en su medición, es más imprecisa al final de la gestación.1
Cuando
se sospecha macrosomía o retraso en el crecimiento
intrauterino la estimación del diámetro
antes referido pierde precisión.1
La medición de la longitud del fémur permite
calcular la edad gestacional con una aproximación
de 8 días hasta la semana 42 de amenorrea, por
lo que es más específica que la medición
del diámetro bilateral a finales del embarazo.1
EVALUACIÓN
FETAL EN EL EMBARAZO PROLONGADO
Cuando se establece el diagnóstico de embarazo
prolongado, se lleva a cabo una valoración de
las condiciones fetales.
1.-Ultrasonografía con el fin de:
A.-Determinar la edad gestacional a partir de diferentes
diámetros y longitudes (diámetro biparietal,
longitud del fémur, etc).
B.-Valoración de grado de madurez placentaria
(grannum).
C.- Medir el “índice del líquido
amniótico”, el cual se obtiene dividiendo
en cuatro cuadrantes el útero y sumando los diámetros
verticales mayores de las bolsas de líquido.
Si el resultado es mayor de 16.2, el volumen amniótico
es normal. Índices menores de 5 indican oligohidramnios
severo.
D.- El perfil biofísico del feto incluye la presencia
de movimientos respiratorios, normalmente 3 por minuto;
tono fetal y cantidad de líquido amniótico.2
2.- Prueba sin estrés
Prueba que se utiliza con mayor frecuencia para determinar
las condiciones del producto. Es un procedimiento sencillo,
no invasivo y barato. Bien interpretada es confiable,
aunque se debe de tomar en cuenta que el rango de especificidad
para este tipo de pruebas (con estrés y sin estrés)
es baja.8
3.- Prueba con estrés.
Se indica cuando existe una prueba sin estrés
no reactiva y consiste en un registro de la frecuencia
cardiaca fetal durante la contracción uterina.8
4.- Otras pruebas, cuya utilidad práctica es
reducida, incluyen las mediciones del flujo umbilical
a través de ultrasonido con sistemas doppler.
Las determinaciones de estriol, o bien, estriol-creatinina
en orina de 24 horas, realizada 3 veces por semana.
En general, estas pruebas han sido sustituidas por las
pruebas con tococardiógrafo fetal.2
5.- La percepción de disminución de movimientos
fetales por parte de la madre constituye un parámetro
siempre importante para sospechar compromiso fetal.
No es raro que la hipomotilidad del feto preceda a un
compromiso importante, el que requiera estudios para
conocer la reserva del producto.2
6.- La amniocentesis y la amnioscopía permiten
determinar las características del líquido
amniótico. De éstas, la primera es un
procedimiento relativamente sencillo pero que requiere
una adecuada justificación por ser invasivo y
potencialmente implicar mayor riesgo, tanto para la
madre como para el feto.
COMPLICACIONES
Por definición, el embarazo postérmino
está directamente relacionado con el riesgo fetal.
La tasa de mortalidad perinatal (óbito fetal,
muerte neonatal temprana) más allá de
la semana 42 de gestación es el doble que el
embarazo a término (4-7 muertes versus 2-3 muertes
por 1000 nacimientos) y se incrementa aún más
a la 43 semanas de gestación.4,6 La insuficiencia
uteroplacentaria, síndrome de aspiración
de meconio y la infección intrauterina contribuyen
al incremento en la tasa de muertes perinatales.7 El
embarazo postérmino es un factor de riesgo independiente
para niveles bajos de pH arterial umbilical y baja calificación
de Apgar a los 5 minutos.24 Por estas razones, la tendencia,
en nuestro medio, ha sido la interrupción del
embarazo a las 41 semanas completas, eligiendo la vía
de acuerdo con las condiciones fetales y cervicales.25
Aunque los infantes postérmino son más
grandes que los infantes a término y tienen una
mayor incidencia de macrosomía fetal (2.5-10%
versus 0.8-1%),8,26,27 ninguna evidencia apoya la inducción
del trabajo de parto como una medida preventiva en semejantes
casos. Las complicaciones asociadas con macrosomía
fetal incluyen: trabajo de parto prolongado, desproporción
cefalopélvica y distocia de hombros, con los
riesgos resultantes de daño ortopédico
o neurológico. Basados en lo descrito por los
Spellacy y colaboradores, así como, Rosen y colaboradores,
en caso de macrosomía deberá considerarse
la operación cesárea.26,27
Aproximadamente 20% de los fetos postérmino sufren
síndrome de dismadurez. 8,28,29 El oligohidramnios
(volumen de liquido amniótico menor a lo normal)
puede incrementar el riesgo de compresión del
cordón umbilical. También existe el riesgo
de síndrome de aspiración de meconio y
complicaciones neonatales como pueden ser: la hipoglicemia,
las convulsiones y la insuficiencia respiratoria.8 Los
productos nacidos postérmino tienen riesgo incrementado
de fallecer durante el primer año de vida.6,30,31
Aunque algunos de esos fallecimientos claramente resultan
de complicaciones perinatales (tales como síndrome
de aspiración de meconio), la mayoría
no tienen causa conocida.
Con el embarazo postérmino se incrementa el riesgo
de distocia de trabajo de parto (9-12% versus 2-7% al
término), un incremento en daño perineal
severo relacionado a macrosomía (3.3% versus
2.6% al término) y el doble de tasa de operación
cesárea.32,33 Esta última está
asociada con mayor riesgo de complicaciones, tales como
endometritis, hemorragia y enfermedad tromboembólica.
Finalmente, el embarazo postérmino puede ser
fuente de ansiedad substancial para la embarazada y
sus familiares.8
TRATAMIENTO
DEL EMBARAZO PROLONGADO
Para determinar el tratamiento de la embarazada en la
que exista certeza en la prolongación del estado
gestacional, debemos considerar, tanto las condiciones
fetales como las condiciones maternas. Si existe alguna
indicación para operación cesárea,
se valorará el momento oportuno para realizarla.
Es razonable iniciar la vigilancia prenatal de los embarazos
postérmino a partir de la semana 40, al existir
evidencia de morbi-mortalidad incrementada en edades
gestacionales más avanzadas.25
Existe un rango de normalidad en tiempo en el que se
desarrolla el primer periodo de trabajo de parto. Cuando
se supera dicho rango, se deben discutir los riegos
y beneficios del manejo expectante (monitorización
e inducción del trabajo de parto), así
como sus alternativas. Los factores a considerar, en
dicha discusión, previamente habiendo descartado
la desproporción cefalo pélvica, son la
edad materna; los resultados de las pruebas fetales
ante-parto; las condiciones cervicales basadas en el
índice de Bishop (dilatación, borramiento,
consistencia y posición del cerviz), así
como la altura de la presentación y presencia
o no de líquido amniótico meconial.2
La vía interrupción del embarazo dependerá
de la urgencia de ésta. En condiciones óptimas
podrá realizarse la inducto-conducción
del trabajo de parto, siempre con la vigilancia de un
adecuado trazo tococardiográfico.
La conducta conservadora se justifica con la prueba
sin estrés reactiva, el líquido amniótico
de características normales y un ultrasonido
sin datos patológicos.
El ultrasonido y el doppler obstétrico pueden
permitir diagnosticar productos con riesgo de sufrimiento
fetal, aunque cabe señalar que la fisiopatología
y la hemodinamía del producto postmaduro difieren
del producto a término, por lo que datos de insuficiencia
placentaria, oligohidramnios e hipomotilidad fetal pueden
exigir la interrupción del embarazo vía
operación cesárea.
CONCLUSIONES
Concluimos que el embarazo prolongado es una condición
clínica que puede elevar la morbimortalidad perinatal.
Debe diagnosticarse oportunamente. Deprendiendo de las
condiciones fetales y maternas se determinará
el manejo obstétrico adecuado con la finalidad
de obtener un recién nacido en las mejores condiciones,
sin comprometer el bienestar materno.
Un buen control prenatal debe incluir la determinación
precoz de la edad gestacional, fecha probable de parto
y fecha límite para intervenir activamente en
la resolución del embarazo.
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