Análisis de la tercera función sustantiva de la
Universidad Veracruzana: el caso DIPROCAFÉ
Resultados de investigación: Trabajo de titulación
Chandra Rodríguez Mendoza*
Resumen:
Las universidades, como instituciones sociales, ejercen un papel fundamental en la construcción y transformación de la realidad. Cada Institución de Educación Superior (IES), en su labor, realiza tres funciones sustantivas: docencia, investigación y extensión. Es a través de dichas funciones que genera y transmite el conocimiento académico, además de crear esquemas basados en valores que fomentan la estabilidad, el desarrollo y el bienestar social. Para llevar a cabo lo anterior, las universidades establecen puentes a través de los cuales el conocimiento académico es llevado al exterior. A dicha transmisión y difusión del conocimiento se le conoce como la Tercera Función de las universidades.
De esta forma, y bajo la premisa de establecer vínculos para sumar esfuerzos y generar resultados favorables, en el 2006, la Universidad Veracruzana en colaboración con la Organización Internacional del Café y con el financiamiento del Common Fund for Commodities puso en marcha el Proyecto Piloto: Diversificación Productiva en Cafetales de Baja Altitud (DIPROCAFÉ).
Con dicho proyecto se propuso desarrollar acciones que incidieran en las regiones cafetaleras depreciadas económica, ambiental y socialmente, mediante la aplicación de una metodología de diversificación productiva. La autonomía y autogestión, generadas a partir de la nueva estrategia, permitirían una mejora en las condiciones de vida y, como consecuencia, un adecuado desarrollo en el sector rural del estado en donde se llevaría a cabo la aplicación.
Pero además de los beneficios sociales, DIPROCAFÉ resultó ser un indicador del trabajo que la Universidad Veracruzana realiza en materia de Vinculación, dentro del marco de la Tercera Función Sustantiva, que es el tema en el que se centró la investigación de cuyo análisis se presentan resultados.
Conceptos principales: Institución de educación Superior, Universidad, Tercera función Sustantiva, Vinculación.
Abstract:
Universities, as social institutions, play a fundamental role in the construction and transformation of reality. Each Institution of Higher Education (IES), in its tasks, performs three substantive functions: teaching, research and extension, through which it generates and transmits academic knowledge, creating schemes based in values that promote social stability, development and well-being of the environment. To carry out the above, universities creates bridges through which academic knowledge is taken abroad. This is what is known as the third function of universities.
In this way, and under the premise of establishing links to join efforts and generate favorable results, Universidad Veracruzana launched the DIPROCAFE Pilot Project, at the request of the International Coffee Organization and financed by the Common Fund for Commodities, which started in the year 2006. The project of «Productive Diversification in Low Altitude Coffee Plantations” proposed to develop actions to influence coffee regions economically, environmentally, and socially depreciated, through the application of a productive diversification methodology. The autonomy and self-management generated from the new strategy, would allow an improvement in living conditions, and as a consequence, an adequate development in the rural sector of the state where the application would take place.
DIPROCAFÉ allows a tiny analysis of the work done by the Universidad Veracruzana in connection with the third substantive function.
Main concepts: Institution of Higher Education, University, Third Substantive Function, Linking.
Introducción
Ante la complejidad de la vida social y la búsqueda constante de los objetivos socialmente establecidos, el ser humano se ha encontrado en la necesidad de establecer relaciones de asociación con sus semejantes. Resultaría difícil comprender el entorno social sin hacer referencia a las interrelaciones que los individuos generan para alcanzar sus objetivos.
Una de las características principales de las sociedades modernas es la organización. A diferencia de las agrupaciones primarias, como la familia, en las sociedades contemporáneas el eje vector es la racionalidad. Es en función de la racionalidad que se crean y establecen diversas actividades relacionadas con la coordinación y la planificación, con la finalidad de generar redes y mecanismos de control, estructuras de distribución de poder y formas eficientes de producción que optimicen el funcionamiento de las organizaciones.
Para hablar de organización, desde un enfoque sociológico, conviene aclarar que este concepto surge como consecuencia de los cambios que la sociedad experimentó desde finales del siglo XVIII, periodo durante el cual arranca la producción en masa y con ella el uso centralizado de los recursos energéticos, asimismo, comienza a intensificarse la apropiación de los medios de producción. En este sentido, teóricos clásicos como Ferdinand Tönnies, Emile Durkheim y Max Weber “sostienen la tesis de que una nueva forma de sociedad (societal, orgánica, racional) estaba surgiendo de la anterior (comunitaria, mecánica y tradicional)” (Ruiz, 1995:16).
Sin embargo, al hablar de las sociedades contemporáneas, es posible hacer referencia a diversas organizaciones, no sólo a las económicas; pues también las hay de tipo político, cultural, recreativo, deportivo y educativo. Es en este último tipo de organización que se centra el presente trabajo, específicamente en la Universidad como una organización de educativa que, a su vez, ejerce un papel fundamental en el desarrollo de la sociedad al abordar distintos ejes.
Las universidades, y en general las Instituciones de Educación Superior (IES), desde su creación han desempeñado un papel importante en la dinámica social de su entorno. En sus inicios, durante el siglo XII en Europa, la relación universidad-sociedad estaba marcada por la docencia y por la investigación, funciones especialmente relacionadas con las necesidades eclesiásticas y civiles que el contexto demandaba para dar continuidad a la hegemonía del grupo que estaba en el poder. El apego a dogmas de corte religioso y la dependencia del Estado por parte de las universidades se extendió hasta principios del siglo XX, cuando en América Latina surgió un movimiento que demandaba, entre otras cosas, autonomía y libertad de cátedra, y exigía que la universidad asumiera un compromiso social con su comunidad. Fue gracias a este movimiento que las universidades comenzaron a desempeñar un nuevo papel y se convirtieron en agentes de cambio y de transformación en su entorno social. Sin embargo, en el contexto actual de la sociedad post-industrial las universidades, más allá de fungir como agentes de cambio en la calidad de vida y en la movilidad social, son un elemento clave en la capacidad competitiva de las ciudades, regiones y países.
Así como los esquemas de desarrollo, generación y aplicación del conocimiento en la educación superior se han transformado, la dinámica social se ha transformado también. La orientación política que actualmente ejerce una mayor influencia en el presente y en el futuro de los países corresponde a la tendencia neoliberal de la globalización económica. Para el caso de México, el proyecto de desarrollo económico, social y cultural que se ha impulsado a partir de la década de los ochenta corresponde a dicha orientación. Por consiguiente, las políticas en el campo educativo y específicamente en la educación superior están marcadas por dicha visión política. Esto implica una tendencia en las IES de desempeñarse en función de las necesidades que impone la globalización económica. De esta forma, las universidades, cuya función sustantiva estaba planteada por la responsabilidad social y el trabajo en conjunto para resolver las necesidades inmediatas de la población, dejaron a un lado ese compromiso y comenzaron a trabajar de acuerdo con la nueva orientación política, en la que las necesidades nacionales y locales parecen subsumidas por las demandas externas del mundo globalizado.
Ante este panorama transformador, en el que se privilegia al desarrollo tecnológico y a las ciencias de la información y las comunicaciones, es importante plantearse el papel que están jugando las IES, y en general, los sistemas educativos en todos sus niveles.
La tercera función de las universidades
En 1918, en Córdoba, Argentina tuvo lugar la primera Reforma Universitaria. Los estudiantes, en medio de una decadente realidad política y social producto del imperialismo yanqui, manifestaron su inconformidad con el sistema de educación superior que prevalecía. Hartos del poder que aún concentraba el clero y de las prácticas centralistas dentro de sus instituciones educativas, reclamaron una universidad laica, democrática y con planes de estudio modernos; que tuviera contacto con la ciencia y con un clima cultural abierto a las novedades de la época; pero, sobre todo, sostenían firme la petición de un cogobierno estudiantil, en el que participaran tomando decisiones para conducir la universidad. Al mismo tiempo, las demandas estaban centradas en que las instituciones promovieran una misión social con el fin de retribuir a la comunidad el sustento de las mismas, de modo que les permitiera adaptarse a los cambios que su sociedad experimentaba. A este respecto, Arriola Álvarez (2008) opina que
Los logros obtenidos (…) fueron muy significativos para el gobierno de la universidad latinoamericana: la docencia libre de la influencia monástica, la participación de los estudiantes en el gobierno de la universidad, y considerar la extensión universitaria como el fortalecimiento de la función social de la universidad, la proyección al pueblo de la cultura universitaria y la preocupación por los problemas nacionales. (En ANUIES, 2000, p. 165-166).
A partir de entonces la universidad latinoamericana ejerce un nuevo rol, pues además de poseer un cogobierno universitario, se planteó la misión de compartir tanto la cultura como el conocimiento, y ser una institución propositiva en materia de desarrollo, asumiendo así una gran responsabilidad con sus comunidades. En este sentido, Serna aporta una nueva definición a la extensión universitaria acorde con las necesidades actuales. El autor afirma que,
Se entiende por Extensión a la relación que las Instituciones de Educación Superior tienen con la sociedad no activa en la vida de las mismas, y es a través de este espacio que las universidades deben contribuir al contacto reflexivo con la realidad, seguido del compromiso para transformarla. La extensión tiene, en potencia, una dimensión educativa de importancia excepcional, a través de la cual la Universidad debe ser una conciencia que no sólo critica, sino que actúa [para] acompañar a las personas y grupos humanos en la búsqueda de la respuesta a sus problemas. (Serna, 2004 en Molina, 2008, pp. 41-42).
Una vez entendido el papel de la Extensión Universitaria, se crearon distintas formas de acercamiento a la sociedad para promover su efectivo desarrollo, en función de las necesidades actuales, locales e internacionales.
Vinculación
Mucho se ha dicho sobre los fenómenos económicos ocurridos durante la segunda mitad del siglo XX a nivel mundial; en este contexto, las IES se han encontrado en la necesidad de establecer relaciones estrechas con el sector productivo y de servicios, en busca de retroalimentar su propia función académica. Según Campos y Sánchez (2005), en la actualidad es difícil establecer una única definición sobre la función de vinculación en las universidades, en principio porque cuando se le ha intentado definir, se hace en términos sumamente generales; además, alrededor de esta función existe polémica en cuanto a dos aspectos: el primero, en el sentido histórico, relacionado principalmente con el momento de su origen, y el segundo, en el plano de los conceptos, al confrontarse diversas formas y enfoques de entender lo que es la vinculación. Esto dependerá de cada institución.
Para el caso particular de la Universidad Veracruzana, la institución establece tres tipos de vinculación; a) comunitaria, b) con el sector productivo y c) con el sector público. Este último concibe como prioritario realizar alianzas institucionales para impulsar un proceso de fortalecimiento municipal mediante una adecuada profesionalización y capacitación de funcionarios de los gobiernos locales; así como proporcionarles la asesoría técnica que requieran para el diseño e implementación eficiente de proyectos y de acciones que mejoren las condiciones de vida de la población en general.
En este sentido, las instituciones de educación superior, en lo general, y la Universidad Veracruzana, en lo particular, constituyen una instancia estratégica potenciadora de sinergias para el desarrollo local y regional.
Proyecto de Diversificación Productiva en Cafetales de Baja Altitud
DIPROCAFÉ fue un proyecto piloto creado por la Universidad Veracruzana y la Organización Internacional del Café, financiado por la ONU a través del Common Fund for Commodities, así como por el Gobierno del Estado y los gobiernos municipales, con el objetivo de aplicar una metodología de diversificación productiva en regiones ubicadas por debajo de los 600 metros sobre el nivel del mar, con el fin de obtener mejoras económicas y sociales en dichos territorios.
Como consecuencia de una crisis en los precios del café a nivel internacional, en 2002 el Gobierno del Estado creó una estrategia para apoyar al sector cafetalero y luchar contra la situación depresiva en que se encontraba. Ante ello, se plantearon tres estrategias: 1) certificar la calidad del café de altura, para lo cual se realizó una denominación de origen llamada “Café Veracruz”; 2) reconvertir las zonas medias o bajas dedicadas a la siembra de café para disminuir la oferta, provocando una cosecha distinta a este grano; y 3) promocionar el consumo del café en México. Así surgió la necesidad de elaborar un proyecto piloto con el que se investigara de qué manera apoyar al sector cafetalero y disminuir el costo social de los bajos precios que había generado el actual contexto.
DIPROCAFÉ fue enfocado a aprovechar las condiciones naturales y sociales de las zonas marginadas y de los propios productores de Veracruz, buscó desarrollar las capacidades empresariales de estos últimos, en los ámbitos de producción y de organización, mediante cadenas de valor para obtener mejores fuentes de ingreso y ventajas económicas al diversificar sus productos. Dicho proyecto se puso en marcha en 2006 para concluir su etapa piloto cuatro años después, en 2010, de la cual se obtuvieron diversos resultados palpables. Una vez culminada esta etapa, el dicho proyecto se institucionalizó y pasó a las filas de la Coordinación General de Vinculación de la Universidad Veracruzana, hasta 2013. Para un mejor análisis, el proceso de desarrollo del proyecto se divide en tres etapas:
Primera etapa
Como consecuencia de la crisis cafetalera y después de la ruptura de las cláusulas económicas del Convenio Internacional del Café, en mayo de 1989, el Instituto Mexicano del Café se desmanteló dejando desprotegido y abandonado al campesinado y a todo lo relacionado con el aromático (Fernández et al., 2011).
En el año 2002, cuando los precios del café a nivel internacional alcanzaron su nivel más bajo y se generó una crisis agrícola en este producto importante para el estado de Veracruz, el Gobierno Estatal decidió, como estrategia, crear una certificación de calidad con una denominación de origen conocida como Café Veracruz. Pero a pesar de ser una estrategia pertinente para luchar contra la crisis cafetalera, la propuesta dejaba fuera a los pequeños productores que se encontraban por debajo de los 600 metros sobre el nivel del mar; esta marginación se debió a la calidad del grano que se puede lograr en dichas zonas.
Es por la situación anterior que “el Gobierno del Estado de Veracruz a través de la Comisión Veracruzana de Comercialización Agropecuaria (COVECA), convocó a la Universidad Veracruzana a colaborar en el diseño y ejecución de un proyecto piloto encaminado a plantear un tratamiento ad hoc para cafetales marginales diversificando su producción, para reducir el impacto de la exclusión de los programas cafetaleros” (Fernández et al., 2011, p. 11), de esta manera, se creó el Proyecto de Diversificación Productiva en Cafetales de Baja Altitud (DIPROCAFE) en donde participaron biólogos, agrónomos, economistas y otros expertos de la Universidad Veracruzana. Fernández et al. (2011) mencionan que el objetivo principal de dicho proyecto es
Mejorar la calidad de vida de los productores de café ubicados en zonas con una altitud inferior a 600 metros sobre el nivel del mar (en lo sucesivo, las zonas marginales) para la cobertura de 1500 hectáreas en la región central del Estado de Veracruz a través de la diversificación. (p. 12).
Fue hasta abril de 2006 que Raúl Arias Lovillo, el entonces rector de la Universidad Veracruzana, firma en Xalapa el convenio tripartito entre dicha institución, la Organización Internacional del Café y el Common Fund for Commodities. Este convenio es conocido como “Diversificación de la Producción en Zonas Marginales en el Estado de Veracruz, México” (CFC/ICO/32).
Segunda etapa
Una vez que la estrategia metodológica se estableció, los especialistas eligieron las regiones de Zozocolco de Hidalgo y Atzalan, una zona indígena y la otra no, las cuales cumplían con las condiciones naturales y geográficas para una cosecha cafetalera de baja calidad y el escenario perfecto para llevar a cabo el proyecto.
Después de establecer las regiones en las que se trabajaría, en abril de 2006 inició la aplicación del proyecto piloto DIPROCAFE; para ello, la Coordinación de Desarrollo Organizacional fue la encargada de establecer una metodología en tres etapas, para desarrollar de manera eficaz las capacidades empresariales de los productores y así conseguir “la apropiación del conocimiento y la identificación de un objetivo común, determinado por ellos mismos, así como su constitución formal en empresas rurales sustentables, y posteriormente la constitución de una empresa integradora que permita la comercialización de los productos generados” (Fernández, et. al., 2011, pp. 43-44).
La Empresa Integradora
Uno de los principales objetivos del proyecto fue constituir a los productores en pequeñas sociedades con el fin de generar una mayor producción y facilitar el proceso de venta, así como abrirse a nuevos mercados y elevar el precio de sus productos.
Para la constitución formal de los campesinos, se crearon dos tipos de sociedades. Las primeras fueron Sociedades de Solidaridad Social (SSS) y las segundas, Sociedades de Producción Rural las cuales funcionaron como base de la estructura.
La eficacia de la Empresa Integradora fue considerable y albergó gran cantidad de productos, como era su objetivo. Entre los productos y servicios más importantes que ofrecieron se encuentran: los servicios de reforestación, objetos de madera, pimienta, canela seca, hoja de guayaba, maracuyá, mamey, heliconias, anturios, y por supuesto, café.
Por su parte, la empresa Diversificadora Agroindustrial y Comercializadora del Trópico S.A. de C.V. (Dyctrosa) se constituyó legalmente el 7 de diciembre de 2007, y fue reconocida ante la Secretaría de Economía el 31 de marzo del 2008, fecha en que comenzó a funcionar. Su misión principal consistía en mejorar tanto procesos como productos a través de la implementación de tecnologías que permitieran incrementar el valor de la producción de manera que pudieran obtener mayores ganancias, pero cumpliendo con los estándares de calidad y con los volúmenes de producción requeridos por el mercado (Fernández et al., 2011).
Tercera etapa
El proyecto DIPROCAFE, como tal, finalizó en 2010, fecha planteada desde el inicio para concluir la etapa piloto. Se consideró que una etapa piloto permitiría verificar la eficiencia y la pertinencia de la estrategia diversificadora en el medio rural, planteada por el proyecto, con miras a extender la aplicación del mismo esquema en diversas regiones cafetaleras, alrededor del mundo, que se vieron afectadas por la oleada neoliberal desde hace ya algunas décadas.
Durante los primeros meses del 2010, se llevó a cabo la Conferencia Mundial del Café en Guatemala, a donde asistieron los representantes del proyecto y el entonces Coordinador de Vinculación, Alejandro Moreno. En dicho evento, la Organización Internacional de Café reconoció el éxito de la estrategia diversificadora y exaltó el papel de la Universidad Veracruzana dentro de este proceso, afirmando que, como institución, poseía una gran responsabilidad al quedar al frente de una nueva metodología con proyección a nivel mundial.
En junio de 2010 la Universidad Veracruzana realizó la entrega de resultados y conclusiones del proyecto piloto de Diversificación Productiva. Como parte de los resultados, durante la última etapa del proyecto, el equipo de DIPROCAFE se dio a la tarea de realizar un análisis sobre el impacto que éste tuvo sobre las comunidades receptoras del proyecto, y con base en algunos datos aportados por el INEGI, se pudo comprobar que en las zonas de Zozocolco de Hidalgo y Atzalan disminuyó el índice de migración. Lo anterior no se consideró una tendencia general, dado que la migración no solo corresponde a factores económicos, sino a también a causas histórico-estructurales que involucran a la región, la familia y hasta el individuo. Sin embargo, con DIPROCAFE se obtuvo la posibilidad de incrementar el empleo y el ingreso de una comunidad, en función de lo atractivo que esto pueda ser para sus habitantes.
Junto con la fase piloto, concluyó también el financiamiento otorgado por el Common Fund for Commodities para su gestión, no obstante, el préstamo a los cafeticultores continuaba vigente, ya que fue planteado a diez años. Sin embargo, dado que era necesario un seguimiento riguroso y debido a los resultados favorables obtenidos, así como al reconocimiento por parte de los organismos internacionales, la Universidad Veracruzana decidió buscar financiamiento por parte del Gobierno del Estado con el fin de institucionalizar dicho proyecto.
Bajo el nombre de DIPROUV, el programa se incorporó a las filas de la Coordinación General de Vinculación a cargo de Alejandro Moreno, Coordinador General. Cabe mencionar que las metas y los objetivos planteados no cambiaron; así como tampoco cambió el esquema de trabajo. La única diferencia fue que el objetivo principal del nuevo programa de vinculación consistió en extender la estrategia metodológica de diversificación a las distintas vicerrectorías de la Universidad Veracruzana, a lo largo del Estado. No obstante, aunque el proyecto se institucionalizó, DYCTROSA continuó sus funciones hasta 2015 integrando a campesinos y llevando a cabo las relaciones comerciales que se establecieron desde los inicios del proyecto.
Consideraciones finales
DIPROCAFE fue una estrategia innovadora que buscaba satisfacer las necesidades básicas de los productores y elevar la calidad de vida de la comunidad en general. Ante ello, resulta importante cuestionarse porqué se concluye o se paraliza el seguimiento de la aplicación de la estrategia diversificadora propuesta por el proyecto, ya que, de acuerdo con los resultados obtenidos, se trató de una nueva forma de asistir e interactuar con el campesinado veracruzano, en pro del desarrollo económico, político y social de su región.
La presente investigación se realizó como un ejercicio para indagar la forma en que es implementada la tercera función dentro de la Universidad Veracruzana. Es sabido que la máxima casa de estudios de este estado es reconocida a nivel nacional e internacional por sus manifestaciones artísticas, así como por el apoyo que brinda para darle continuidad a dichas prácticas y mantener el nivel deseado; ante ello, resultó de gran importancia analizar en qué forma la Universidad, además de promover la cultura y las artes, genera redes con instituciones y grupos para trabajar en conjunto por un mayor desarrollo social.
El aporte de las Ciencias Sociales en el estudio de las organizaciones ha sido una forma de racionalizar la integración y el conflicto social. Es importante mencionar que existen tres tipos de organizaciones: las organizaciones sociales, que son estructuras surgidas de la interacción espontánea, es decir, sin una coordinación estrictamente racional en la búsqueda de objetivos; las organizaciones formales, en cambio, si cuentan con objetivos fijos y explícitos, están basadas en ciertas estructuras de coordinación y se coordinan a través de jerarquías, y por último, las organizaciones informales que son aquellas estructuras de coordinación que surgen de una organización formal pero sin reafirmarse (Ruiz, 1995).
De esta forma, se puede ubicar a la Universidad Veracruzana, y a sus diversas dependencias, como una organización de tipo formal que busca de alcanzar objetivos específicos. En este sentido, y para lograr asimilar las problemáticas ocurridas, conviene hacer mención de las Anarquías Organizadas como una de las teorías de la organización. Dicho concepto surge a principios de los años setenta como una visión alternativa al modelo de la Burocracia Tradicional de Max Weber, en donde se reconoce que en una organización existe ambigüedad en los fines y objetivos establecidos, así como en las percepciones, lo que pone en tela de juicio el carácter de los instrumentos racionalmente concebidos para analizar a las organizaciones.
Weick plantea, en términos generales, que las organizaciones poseen una serie de relaciones estrechas que ocurren en cualquier momento, esto implica que surja una serie de relaciones flojas o poco acopladas en el mismo plano. Entonces, ante esta situación vale la pena rescatar y hacer énfasis en los procesos de acoplamiento que se producen a partir de los resultados observados.
Lo anterior funciona para analizar la forma en que un proyecto que resultó innovador y pertinente para solucionar problemáticas, incluso a nivel mundial, se fue desarticulando poco a poco. Para ello, es posible retomar la noción de “organizaciones flojamente acopladas”, de esta manera se puede observar la forma organizativa de las IES que, al tener tantas dependencias dentro de su estructura y cada una de ellas con objetivos particulares establecidos, carecen de cohesión y coherencia al interior; sin embargo, si son vistas como conjunto, es evidente que se rigen por objetivos más altos que guían su desarrollo. Ejemplo de esto son las facultades, quienes se rigen por sus propias reglas, pero todas tienen objetivos planteados por la Ley Orgánica de la UV. Esto da la idea de que sus dinámicas son anárquicas, no obstante, el trabajo se lleva a cabo y los objetivos se cumplen; es una característica inherente a las universidades. Ante ello, se puede afirmar que la misma fórmula que dio el éxito a DIPROCAFÉ fue lo que provocó su desintegración.
Finalmente, este trabajo nos permite observar una pequeña parte de la labor realizada por la Universidad Veracruzana en materia de Vinculación, como parte de la tercera función; así como el proceso de organización y desarticulación del proyecto. Es importante analizar de qué manera se está relacionando y en qué medida realmente genera propuestas y estrategias de desarrollo en función de las necesidades sociales de su entorno próximo, así como la forma en que cada proyecto, de la índole que sea, es apoyado o desechado por la institución.
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* Lic. Chandra Rodríguez Mendoza
chandra_rod@hotmail.com
Egresada de la Facultad de Sociología de la Universidad Veracruzana.