Como resultado de la modernidad y las diversas transformaciones que implicaron en el quiebre antigüedad-modernidad se suscitan diversas repercusiones, por ejemplo, la adaptación de instituciones milenarias, en específico la religión, misma que abrió nuevos espacios de alto impacto para las generaciones nacientes. A consecuencia de las trasformaciones, se suscitan los procesos de secularización en aquellas instituciones que durante siglos establecieron la religión en el mundo, logrando el cierre a la monopolización y dando pie a la pluralidad religiosa. Gracias a la diversificación nacen iglesias como la ortodoxa, presbiteriana, protestante, evangélica, sabatista, entre otras. Ahora bien, con la modernidad el estado de crisis en los actores sociales se ha prolongado y así la necesidad de reconfigurarse a una posición más amena, sin estigmas y mayor cohesión social. Por lo cual, la hipótesis de este ejercicio propone como el discurso religioso, en este caso de la iglesia La Luz del Mundo (en adelante LLdM), distingue a esos sujetos que requieren un suspiro de la opresión moderna para luego otorgárselas a cambio de un proceso de conversión religiosa. Entender, desde la teoría, la construcción de un discurso ideológico religioso que retoma los estados de crisis ofreciendo a través de la conversión una forma de salvación moderna que no sólo supone a lo divino, sino también a lo terrenal.