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El
satanismo en México,
la realidad contemporánea
Gibram Martínez Fuentes (Facultad de Ciencias
de la Comunicación) |
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Después
de un largo periodo de omisión, el tema del satanismo resurge
cada vez con más fuerza en México. Hasta no hace mucho
era considerado un tabú, ya sea por el miedo que suscitaban
las siniestras prácticas que eran atribuidas a los adoradores
de Satán o por el simple hecho de no comprender cómo
se podía adorar a un “personaje” tan temido,
como es el representante del mal. La versatilidad y facilidades
que ofrece esta pseudo religión la convierten en una extraordinaria
alternativa para la liberación de ciertas frustraciones en
contra de lo establecido por la mayoría.
La sociedad actual tiene entre sus principales características
la pérdida de valores de todo tipo, aunado a factores socio-culturales
como la soledad del individuo dentro de la masa impersonal y amorfa
y el impacto con ambientes que lo denigran, tales como la disgregación
de la familia. Lo anterior explica de alguna manera la inesperada
dimensión de la adhesión a sectas satánicas,
la participación en los ritos introducidos, la invocación
de seres sobrenaturales,el culto personal y solitario del demonio
y la afirmación de ideas provenientes de la religión
satanista que según uno de los mas destacados satanistas
contemporáneos, Anton Szandor La Vey (fundador de la Iglesia
de Satán “Church of Satan”), fueron diseñadas
para llenar el vacío entre la religión y la psiquiatría,
abarcando la necesidad humana del ritual, la fantasía y el
encantamiento, a la vez de ofrecer un conjunto de creencias en las
cuales basar la vida. Las otras religiones importantes no tienen
valía, asegura, porque intentan mantener con vida la superstición
en una era tecnológica.
Al parecer, la ambigüedad de concepciones acerca del satanismo
es tal que ni siquiera se puede clasificar como religión,
corriente filosófica o ideología, por la diversidad
de enfoques que se conocen acerca del tema; sin embargo, es oportuno
intentar una definición, que se puede hacer desde dos perspectivas:
tanto general, como particular, es decir, cuando al hablar de satanismo
nos referimos a personas, grupos o movimientos que, de forma aislada
o más o menos estructurada y organizada, practican algún
tipo de culto al ser que en la Biblia se indica con los nombres
de demonio, diablo o Satanás, o cuando hacemos referencia
específica a aspectos singulares: teológicos, antropológico,
psicológicos, jurídicos, sociológicos, etc.
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Anton
Zsandor |
En
general, tal entidad es considerada por los satanistas como ser
o fuerza metafísica, o como misterioso elemento innato en
el ser humano que se evoca bajo diversos nombres propios (por ejemplo
Lucifer), a través de particulares prácticas rituales.
En nuestro país, los grupos y movimientos satánicos
son muy diversos, algunos están relacionados entre sí,
otros no, incluso ciertos grupos son desconocidos hasta para las
mismas personas que frecuentan el ambiente satanista, como practicantes
de esta pseudo religión. Hay sectas cuya existencia es efímera,
otras, con el tiempo, dejan de actuar o en algún caso continúan
en forma oculta. Cabe mencionar que en México casi todas
estas sectas sufren cismas con mucha frecuencia, es decir, que un
grupo se divide en uno o más troncos, los cuales a su vez
se separan en otras ramas y así sucesivamente; esto hace
aún más complicada la consolidación de estas
prácticas.
Pero en contraparte, se puede detectar en la sociedad actitudes
como la subestimación de este fenómeno como algo marginal
o sin relevancia alguna, la sobrevaloración al considerarlo
excesivamente difundido y estigmatizado, y la fobia antisatanista,
que con una crítica excesiva y sistemática, impulsa
la difusión del satanismo.
Según Giuseppe Ferrari, secretario nacional del Grupo de
investigación e información sobre las sectas y director
editorial de las revista Religioni e Sette nel mondo, tanto en Europa
como en Estados Unidos existe una gran diversidad de sectas, de
las cuales la mayoría ha perdido fuerza e incluso está
al borde de la extinción, con representantes sólo
de Inglaterra, Italia y sobre todo Estados Unidos, donde sobreviven
varias de estas organizaciones, entre las que destaca la Church
of Satan, fundada en Estados Unidos en 1966 por Anton Szandor La
Vey, sin duda la de mayor influencia ideológica en México.
Esta diversidad de opiniones, teorías, enfoques e información
en general, ayuda a comprender un poco más el supuestamente
“escalofriante” tema del satanismo en México,
que, por los comentarios de los que dicen saber, la mayoría
de los paganos no adora a Satán o practica ritos satánicos;
algunos practican algo llamado satanismo, esta gente tiende a valorar
el placer como su motivación principal, o encuentran cierta
importancia en imágenes que han sido atacadas por la represiva
Iglesia Cristiana. Para algunos, el usar la palabra “satanista”
es un acto de resistencia contra la opresión.
Por otro lado, se pueden percibir las dos caras de la moneda, donde
ni lo bueno es completamente bueno, ni lo malo es completamente
malo, sino que existen también puntos intermedios, así
como aciertos y errores de cualquier religión o doctrina
filosófica. La libertad de culto es un elemento importante,
que queda para el análisis de manera soberbia en la siguiente
cita de: Eric Hoffer, filósofo estadounidense: “La
fe absoluta corrompe tan absolutamente como el poder absoluto”.
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