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¿Había? Cuentan que había…
Roberto Benitez
Primera de dos partes Con agradecimiento a Yoshi Oida Diana Reyes
(in memoriam) |
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Este
era un pueblo sin Teatro como hay muchos en el mundo, donde jamás
ni remotamente siquiera se había presentado una manifestación
de ese tipo. Se oían los rumores de gente que venía
de otras regiones diciendo: “He visto Teatro”, “es
hermoso”,“me conmovió”. Pero ninguno de
los habitantes de este pueblo se atrevía a preguntar qué
era eso nombrado como “Teatro”. Cuando se iban los extranjeros
comentaban entre ellos que nadie había entendido lo que hablaban.
Muchas veces estuvieron a punto de preguntar, porque su curiosidad
en momentos latía muy fuerte; pero como eran hombres de convicciones
firmes y definitivas se negaban a ser seducidos por aquella palabra
pequeña “teatro”, a la vez tan extraña
y siniestra. Se decían que si hasta ahora habían sido
felices con lo que tenían, no iban a pretender más…
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Cierto
día un niño desobediente, dejándose llevar
por su curiosidad se acercó a un extranjero y le preguntó:
– Señor, ¿qué es eso de teatro?, ¿se
come?, ¿es de vestir?, ¿es un lugar? o ¿sólo
es una palabra más?
El hombre, que era un anciano, sonrío y le contestó:
– No te puedo decir qué es, pero te puedo decir que
alimenta aunque no se coma, que te cubre aunque no sea un traje,
que necesita un espacio aunque no dependa del lugar para estar allí,
y finalmente sí puede convertirse en una simple palabra que
no dice nada.
Después de decir esto el anciano se fue y el niño
que quedó más intrigado que nunca, no dejaba de imaginar
cómo sería aquella cosa tan enigmática, incluso
dejó de ser desobediente un tiempo porque se ocupaba en tratar
de entender.
Pasaron varios meses y el niño volvió a intentar tener
una respuesta del anciano, lo esperó a que pasara por una
calle y le espetó:
– Señor, por favor, se me han ocurrido muchas cosas
de lo que pudiera ser el Teatro, pero necesito que usted me diga
exactamente qué es.
El hombre, animoso, sonrío nuevamente y contestó:
– Nadie puede decir exactamente qué es.
– ¿Por qué? –dijo el niño, irritado.
– Mira, aun sin que nosotros nos demos cuenta, el Teatro se
está trasformando en estos momentos.
– Entonces, nadie puede conocerlo.
– Se conoce sólo una parte, no todo.
– Dígame por lo menos algo que me ayude a entender.
Déme una pista. |
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–
Está bien… Imagina una historia con un sólo
personaje… Tráela la próxima vez que nos veamos.
El anciano se fue; mientras éste tomaba su camino, el niño
se quedó cavilando qué historia podría proponer,
hasta que fue ligeramente arrollado por el barullo de la gente.
Se comentaba que el rey del |
pueblo
había recibido la noticia de que otros reinados organizarían
festivales donde se presentarían obras de teatro para diversión
y entretenimiento de sus habitantes. El rey no quiso quedarse atrás,
y contraviniendo a la tradición, proclamó realizar
lo mismo; de inmediato mandó que se hicieran todos los preparativos
necesarios. Sus consejeros le dijeron que lo primero que se necesitaba
era un teatro, así que el rey ordenó construir el
teatro más grande que se pudieran imaginar, con alfombras
y asientos de lujo y muchos cristales y espejos. Y se dijo para
sí: “Nadie tendrá un teatro más hermoso
que el mío”. Sus consejeros le sugirieron ofrecer premios
a la gente que participara y así poderlos estimular. El rey,
haciendo uso de toda su imaginación y poder, decidió
otorgar lo que él creía podría ser lo más
preciado: ser rey por una hora. Los consejeros pregonaron la noticia
por todo el pueblo.
Muchos curiosos se entusiasmaron con participar y empezaron a formar
grupos para darse a la tarea de ganar el concurso. Muy pronto se
dieron cuenta de que no sabían qué hacer y preguntaron
a las autoridades. Éstas a su vez consultaron con los más
famosos artistas del momento en otras regiones, y ellos les recomendaron
manuales prácticos donde se mencionaba: “El teatro
es el lugar en el que ocurren acontecimientos notables y dignos
de atención, los cuales están expuestos a la estimación
o censura de la gente…”. Y les decían animándolos
que no se preocuparan, que echándole muchas ganas uno de
ellos ganaría.
El niño, enterado de la proclama, estuvo tentado a abandonar
la elaboración de su historia y optar por el camino más
rápido; pero pensó que estaría en desventaja
con los adultos. Debido al entusiasmo todos los grupos ensayaban
frenéticamente. A escondidas, el niño en ocasiones
los observaba trabajar, veía cómo se aprendían
de memoria los textos, cómo hacían contorsiones raras
con el cuerpo, cambiaban sus voces y su forma de hablar, repetían
y repetían una misma acción obedeciendo a un señor
que llamaban director. En fin, diferentes cosas que a él
le parecían extrañas y sofisticadas. Hasta que llegó
el día de volver a ver al anciano, y el niño fue con
su historia.
– Aquí está lo que me pidió, ¿ahora
sí va a responderme?
– Y dime: ¿tu historia es verdad o mentira?
– Pues claro que es pura mentira…
– Para el Teatro esto se llama ficción. Y si quieres
que surja el Teatro tienes que hacer que esta historia sea verdadera.
– Pero cómo, quién me va a creer, si es puro
cuento, cosas irreales.
– Si tú las crees, la gente te las creerá.
– ¿Y eso es el Teatro?
– Eso y muchas cosas más.
– Ahora lo que necesitas es un actor.
– ¿Y eso qué es?
– Un ser especial, capaz de creer y asumir una ficción
– Yo oigo que la gente dice que es más importante un
teatro y yo no tengo uno…
– Es importante tener un lugar para presentar tu ficción
pero no necesariamente un teatro.
– Ah, ¿y ya? Entonces sabré qué es el
Teatro.
– Falta algo más: el público. Una persona es
suficiente.
– Muy bien, voy a conseguir todo lo que usted me dice.
– Ten cuidado, es muy fácil engañarse. Cuando
descubras el Teatro te darás cuenta que no hay nada igual.
Es fascinante. Ahora, no te entristezcas si no eres capaz de realizarlo
por ti mismo, encontrarás que hay quien sí puede lograrlo,
lo importante es que descubras dónde está y participes
de él como público, por ejemplo. Lo importante es
que lo sepas disfrutar.
– Le prometo que seré precavido. Y le agradezco todo
lo que me ha dicho.
El viejo se marchó y el niño en los siguientes años
se ocupó de conseguir un actor.
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