Año 3 • No. 103 • mayo 26 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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Mujer y educación:
entes fundamentales para el progreso
de nuestra nación*
Alonso Cruz Hernández* (Facultad de Medicina- Ciudad Mendoza)
(Primera de dos partes)
La mujer, elemento fundamental de la sociedad y célula primordial del núcleo familiar, representa hoy una pieza clave para el progreso de nuestra nación.

No cabe duda que el papel de la mujer a lo largo de la historia ha estado sujeto a múltiples abusos y reprimendas, sin embargo siempre ha tenido el carácter suficiente para brillar con luz propia.

En nuestro querido país, México, lamentablemente no ha sido la excepción y la mujer ha mantenido una lucha constante contra el hombre, el supuesto “sexo fuerte”, ya
que siempre ha tratado de limitarlas a las labores domésticas sin dejarlas salir más allá de lo que representa su campo de trabajo: el hogar.

Pero en la actualidad esto es diferente, tiene que ser diferente, ya que respondiendo a las exigencias de un país que vive la infancia de la democracia, lógicamente se necesita que tanto hombre como mujer tengan una mentalidad emprendedora, un espíritu de competencia y que día a día tiendan a ser mejores, a ser verdaderos líderes, no importando sexo, edad, raza o credo, simplemente acatando la sensatez de cada persona y para esto, se necesita educación y preparación para ser lo suficientemente maduros y estar concientes de lo que este cambio democrático representa.

Desafortunadamente nuestra patria es aún de contrastes, ya que basta con salir a las calles y en unos cuantos metros podemos ver las dos caras de la moneda: primero, a una mujer triunfadora, preparada, exitosa, muy bien vestida y educada; sin embargo, si volvemos la vista un poco atrás, podemos ver a una mujer de pueblo, muy humilde, de vestimenta sucia y vieja, producto del arduo trabajo que representa el campo; vendiendo unas cuantas verduras para ganar algunos pesos y así poder medio comer durante ese día.

La premiación, de manos de Martha
Sahagún de Fox, en la residencia oficial
de Los Pinos.
De ninguna manera quiere decir que todas las mujeres mexicanas deben ser adineradas, portar ropa cara y tener un excelente trabajo, sino que la igualdad debe estar en el sentido de la educación, es decir, que aunque ambas mujeres contrasten en su vestimenta, tengan un mismo idioma, una misma mentalidad, que ambas estén concientes que provenimos de una misma cultura, con innumerables grupos étnicos, ricos en tradiciones y costumbres, que desafortunadamente agonizan debido a la marginación; deben estar concientes también de que luchamos por una misma corriente y una misma bandera, que ambas puedan decir que tienen las mismas oportunidades. Si hablamos del sentido del triunfo, desde luego que ambas son triunfadoras. La primera, por sus logros profesionales, por ese afán de sobresalir y esa tenacidad para ejercer su profesión; la segunda, por su compromiso con la vida, con nuestra Nación, ya que aunque sea una persona que no tenga en lo absoluto algún grado de educación es una persona trabajadora, emprendedora, que se arriesga y apuesta por ir a buscar algo de dinero para no estancarse en las limitaciones que su estrato social le ofrece, es decir, en esencia, ambas mujeres buscan lo mismo: progresar.
Por lo tanto, si queremos de una vez llegar a ser un país de primer mundo, se debe buscar la manera de homogeneizar a esa población, de hacer esas diferencias menos bruscas, menos ilógicas.

Lo ideal sería que ambos tipos de mujeres tuvieran un horizonte igual de amplio, la misma posibilidad de aprender, de educarse y superarse, que ambas tuvieran las mismas facilidades para realizar una carrera. Y, por ejemplo: ese obstáculo que representa para unas vivir en la sierra no sea impedimento para tener el acceso y el privilegio de obtener algún título profesional y que deje
de ser exclusivo de las personas que viven en las ciudades.

Este es uno de los principales retos de nuestro gobierno, el acortar distancias, para que así, todas las mujeres y en general todas las personas tengan la misma oportunidad, que partan de una misma salida y que ya no exista la disparidad que ahora lamentablemente tenemos a todo lo largo de la república.

* Segundo lugar nacional en el concurso de ensayo: Mujer y Educación, convocado por el Instituto Nacional de Mujeres (INM) y el Instituto Nacional de la Juventud (Injuve).