El
cachichín no es un tipo de baile, ni un albur, es un fruto
silvestre comestible que se distribuye en México (Veracruz,
Chiapas) y Guatemala. Su nombre científico es Oecopetalum
mexicanum, mejor conocido en nuestro estado como cachichín,
pertenece a la familia Icacinaceae, dentro de la cual hay otras
especies que igualmente presentan semillas comestibles o sus hojas
son utilizadas como tinte natural.
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El
cachichín es un árbol o arbusto de dos a 25 metros
de altura, de hojas simples de 15 a 25 centímetros de largo
y entre siete y 10 de ancho, con forma elíptico-lanceolada.
La flor es blanca, de ocho milímetros de largo; el fruto
es globoso, verde y café al madurar, mide de dos a tres centímetros
de largo por uno o dos de ancho (Gutiérrez, 1994). La semilla
se caracteriza por su sabor amargo y color café y mide de
siete a nueve milímetros de largo. Según Carballo
(1996), ésta tiene un alto contenido en grasas y proteínas.
No existe hasta el momento ningún estudio sobre el comportamiento
ecológico de la especie, ni sobre el impacto de la extracción
de este fruto en el desarrollo de las plantaciones naturales. Son
los recolectores, conocidos como “cachichineros”, que
a través de los años han utilizado y manejado este
recurso, quienes mejor conocen su biología (floración,
fructificación, reproducción, polinización),
así como sus plagas, métodos de extracción
y manejo después de la cosecha.
En Pueblo Viejo, 45 minutos al sur de Misantla, existe una tradición
campesina que ha conservado parte de sus bosques gracias al aprovechamiento
de los cachichinales, en lugar de destinarlos a la agricultura y
ganadería, como una estrategia tradicional agroforestal particular
de la región.
Don Uvaldo Fernández, un cachichinero de 70 años,
nos comentó que la cosecha se realiza entre los meses de
abril y mayo, y que varía mucho de un año a otro,
alternando un año de alta producción por uno de baja.
El fruto se colecta del suelo, seleccionando el de color café
claro, después se deja secar a la sombra, y de esta manera
se puede conservar hasta por un año. Los árboles comienzan
a fructificar hasta los tres años, siendo su único
depredador o plaga los cotorros.
Las mujeres lo preparan tostado o hervido, agregándole a
veces un poquito de sal; se come principalmente como botana, o en
algunos casos acompañando a platillos como enfrijoladas o
enmoladas.
Hoy en día, don Uvaldo Fernández sabe que el cachichín
se ha convertido en un producto comercial interesante a nivel local,
pues se paga a 15 pesos por kilogramo crudo, y procesado puede aumentar
hasta 40 pesos/kg., precio muy superior al del café en esa
región (1.5 pesos/kg.).
En Pueblo Viejo, los cachichineros cuidan mucho sus árboles,
no permiten que cualquier persona recolecte el fruto en sus terrenos,
a menos que sean parientes o amigos y con previo aviso. De hecho,
el fruto se ha vuelto tan preciado que los recolectores salen por
la madrugada a cosecharlo, a pesar de lo accidentado del terreno.
El cachichín es un producto forestal no maderable de nuestro
estado, del cual bien vale la pena conocer sus características
ecológicas, analizar el impacto que está generando
su extracción en las poblaciones naturales y su efecto en
la conservación de los bosques en general. Lo anterior contribuirá
a proponer un plan de manejo para este valioso recurso.
Agradecimientos: a don Uvaldo Fernández y su familia, al
igual que a la familia Ambrosio Soto, por su valioso apoyo durante
mi trabajo de campo. A Maite Lascurain y Mirna Ambrosio por guiarme
en el desarrollo de este estudio y por sus comentarios al presente
artículo.
Nota
Este estudio se realizó como tema de tesis financiado por
Conafor-Conacyt, a través del proyecto: “Fundamentos
para el Manejo y Aprovechamiento de los Productos Forestales no
Maderables: el Caso de los Frutos Silvestres Comestibles en el Centro
de Veracruz”, coordinado por Maité Lascurain Rangel
y Mirna Ambrosio Montoya, investigadoras del Jardín Botánico
Francisco Javier Clavijero, Instituto de Ecología AC. |