Año 3 • No. 103 • mayo 26 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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  Pluralidad y patrimonio
arqueológico en Veracruz
Rogelio Ramírez Huerta (Instituto de Antropología)
Primera de dos partes
Popularmente, la idea de aventuras, la búsqueda de tesoros y la visita a lugares lejanos, exóticos e impenetrables por arqueólogos guapos se relaciona con la arqueología. La realidad es distinta.

La información que regularmente llega al ciudadano ordinario se sitúa en dos extremos: por una parte, las películas, los cortometrajes turísticos, los libros de aventuras y tesoros, dan una imagen comercial y frívola de la arqueología. Por otra, las memorias de las excavaciones, los libros y las revistas especializadas no están al alcance de la población, ya sea por sus precios elevados o por su alto contenido técnico. El ciudadano común se encuentra, pues, alejado, desentendido y confuso cuando se le interroga si conoce el trabajo del arqueólogo. Algunas veces, incluso, niega tener conocimiento de esta profesión, y recordemos que es bien justificada la tendencia humana de rechazar lo desconocido.

En Veracruz hemos sido testigos de monumentales celebraciones (Quinto Centenario, 1992; Cumbre Tajín 2000, 2001, 2002), eventos en los que se ha entablado una magna crítica por estudiosos de las ciencias sociales, entre ellos una buena cantidad de arqueólogos. Se ha debatido sobre las bondades o deterioros de nuestro ejercicio profesional en su relación con los pueblos indios cercanos a las áreas de monumentos.

En la primera, por ejemplo, se habló del “Descubrimiento de América” o “Encuentro de dos Mundos”. La verdad –señala Carlos Fuentes– es que “todo encuentro o descubrimiento es mutuo”, frase que diera título a su texto, publicado en 1998 por el Instituto Veracruzano de Cultura. Se discutió, asimismo, sobre el respeto a los derechos culturales; por ejemplo, el derecho de que las comunidades indias hablen su propia lengua y que sea ésta, a su vez, un auxilio de primera mano en su protección jurídica. Se trató, también, sobre la justicia para estos pueblos indios: “No seremos hombres y mujeres justos si no compartimos la justicia con ellos (…) pues hay poca justicia y poco pan en el Nuevo Mundo Iberoamericano, 500 años después de Colón”, nos ilustra el escritor renglones adelante. Sin embargo, es evidente que los pueblos y sus identidades han iniciado la pérdida afectiva del vínculo cultural con su lugar de origen. “Lo exótico no está distante y lo distante es cada día más familiar”, sostiene Rodolfo Stavenhagen en su texto Educación para un mundo multicultural (1998).