Año 3 • No. 96 • marzo 24 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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Roberto Ortiz Escobar
México, DF- Después de tres días de iniciada, la XLI Muestra Internacional de cine empieza a cobrar vida el día de hoy con una película cuyo tratamiento temático y formal sorprende en el contexto de un cine mexicano que sólo en los últimos lustros ha explorado con mayor libertad y apertura las relaciones homosexuales Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás acabarás de ser amor es la ópera prima de Julián Hernández, quien forma parte de la Cooperativa Cinematográfica Morelos, productora independiente que desde 1993 ha realizado cortometrajes de contenido gay.
Con una fotografía en blanco y negro que rastrea la desolación citadina, el director hace un planteamiento gimiente de las relaciones sexuales marginales.

De temática similar, pero con un tono relajado y finalmente optimista, Tan de repente (Argentina, 2002, de Diego Lerman) nos narra el viaje de dos jovencitas lesbianas a la provincia. La
inconformidad, arrebato, independencia y rencor van encontrando reposo en una atmósfera pueblerina que invita al esclarecimiento interior. Tanto la película de Hernández como la de Lerman manejan un ambiente naturalista que renuncia al color de la imagen.

Dos películas arriesgadas en su propuesta visual son Arca Rusa (Rusia-Alemania, 2002) y 10 ( Francia- Irán,2002). La primera por su atrevida filmación en un sólo plano secuencia sin corte, ni edición; la segunda por el registro con dos cámaras inmóviles instaladas en un solo escenario: el interior de un carro.

Mientras que la primera se refiere a los viejos fastos de la aristocracia rusa siguiendo de manera fantasmal los diversos espacios del museo Hermitage, la segunda se despoja de la elegancia ostentosa para enfrentarnos a la desnudez espacial con largas tomas y escasos cortes que enfatizan los conflictos de la mujer iraní ante un mundo cerrado. Arca Rusa invita al lujo estilístico con cientos de extras; en cambio 10, asume la parquedad narrativa con la presencia de tan sólo seis personajes.
Cuatro películas nos plantean las vicisitudes de la mujer en diferentes ámbitos geográficos. Tan de repente, 10, y dos más. En Millennium Mambo (Francia- Taiwan, 2001), Hou Hsiao-Hsien capta de manera aprehensiva las tribulaciones de una joven en plena exploración de emociones difíciles de aterrizar en la inmediatez de vivencias convulsas. Alejada de tal marasmo
existencial, Satín Rojo (Francia-Túnez, 2002) de Raja Amari nos remite a la vertiginosa liberación de una mujer viuda que al visitar cada noche un cabaret libera su sensualidad reprimida.

Otra película próxima a exhibirse se aparta de los paralelismos y semejanzas temáticas o formales señalados. El hijo (Le fils, Francia-Bélgica, 2002) es un drama crispado que anuncia a cada momento el estallido visceral, producto del tortuoso debate interior de un maestro de carpintería. Con esta cinta la Muestra de Cine alcanza uno de sus niveles más altos. De estilo realista, la mirada a las entrañas del alma humana planteada por los hermanos Jean Pierre y Luc Dardenne, nos recuerda sus posiciones de izquierda e inclinación cristiana. El resultado es una emotiva como vibrante historia de redención y expiación de culpas.