
Carolina
Bartolo Lucas y Martha E. Escribano García. |
Carolina
Bartolo Lucas es originaria de Chignautla, Puebla, población
localizada en la región norte del estado de Puebla, perteneciente
a la sierra madre occidental. El origen del nombre del lugar proviene
de los vocablos nahuas chiconahui (nueve), ATL (agua) y utla (abundante),
lo cual significa nueve aguas abundantes, ya que a esta localidad
la riegan varios manantiales. |
Sus
padres provienen de otras comunidades cercanas donde predomina la
lengua náhuatl, por lo que ella conoce algo del idioma aunque
no lo domina. Estudió la Escuela Normal Rural y trabaja de
lunes a viernes como profesora en una primaria en Tenanguito, congregación
a nueve horas de Chignautla, incluso a veces debe caminar tres horas
para encontrar un camión que la lleve de regreso a su hogar,
pues es difícil encontrar transporte. Su compromiso de superación
la hace viajar también los fines de semana a Xalapa, donde
cursa el segundo semestre de Pedagogía del sea.
Ella comentó que aún siente arraigo por sus raíces
indígenas y relató con orgullo que durante casi todo
el año realizan fiestas en Chignautla, la mayoría relacionadas
con fechas religiosas: Cuando hay una boda, se celebra durante
dos días. El primero, que antecede a la unión formal,
los familiares de la novia la bañan y la sahuman con copal,
después se hace la danza de la zapatilla, la cual inician los
padrinos que compraron los zapatos a la muchacha casadera.
Al día siguiente, tras haberse realizado la celebración
religiosa, los invitados llegan a casa del novio, donde se les da
de comer y tomar. Ya que todos comieron se trasladan al hogar de la
novia y una vez ahí los padrinos presentan a la pareja y los
padres de los recién casados agradecen a las personas por acudir.
Los padrinos dan consejos a los novios y entre ellos se pasan un collar
hecho con pan y flores, posteriormente se sientan a la mesa, los anfitriones
sirven a cada invitado de honor un plato con un pollo entero (o un
gran trozo de res) con arroz, alimentos que éstos guardan en
trastes especiales para la ocasión y más tarde se les
sirve de comer igual que a todos
La
añoranza de la tradición
Catemaco, Veracruz es conocido por su laguna y la exuberante vegetación
que le rodea; allí se cultiva mango, maíz, algodón
y caña, entre otros. Es también el lugar de procedencia
de Martha Eugenia Escribano García, quien es compañera
de Carolina en la carrera de Pedagogía.
Para lograr su desarrollo académico, tuvo que dejar su hogar
y trasladarse a Xalapa sin nada material, acompañada de su
familia y el deseo de convertirse en profesionista. Trabajó
como instructora comunitaria del Conafe y actualmente labora entre
semana en una guardería.
Pese a que nació en Catemaco, añora más el
pueblo de sus padres, Buenos Aires Techalpa, donde pasó gran
parte de su infancia: La gente es cálida, muy fiestera,
y hay todavía hablantes de náhuatl. Se celebra a San
Juan, a la Virgen del Carmen, el Día de Muertos y a San Andrés.
También se hace una fiesta cuando inicia y concluye la temporada
de caña. Durante las fiestas las personas hacen mojigangas,
se truenan cuetes, bailan de viejitos.
Los habitantes de Buenos Aires Techalpa aún llevan
la vestimenta típica, las mujeres usan un falda florida con
colores brillantes que llega hasta el tobillo, huaraches de plástico
y blusa de manta con holanes, los hombres portan pantalón
de manta y guayabera, además de sombrero jarocho.
La comida también es muy tradicional como los totopos,
los tamales de capitas, los chanchamitos, incluso cuando alguien
muere se realiza algo parecido a un festejo porque todos los vecinos
se unen y ayudan a preparar el funeral, los dolientes matan un animalito
y se da de comer a todos los presentes a los nueve y 40 días,
además de hacer el cabo de año.
Me gustaría regresar, sería como volver a casa,
tanto para recordar como para desempeñar mi trabajo y hacer
algo por la comunidad, pero para ayudar a otros hay que ayudarse
a uno primero y por eso estoy aquí
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