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En
los practicantes de Servicio Social
Ética: problema real en las universidades
Alma Espinosa |
Mario
Fernández de la Garza |
En
los inicios de la universidad en México se estipuló
que los estudiantes deberían ofrecer un servicio con conocimientos
y capacidades a la sociedad, que al mismo tiempo sirviera como un
instrumento de aprendizaje. Por desgracia este sentido de servicio
social se ha perdido con el paso de los años, lo que ha llamado
la atención de gente inmersa en el tema educativo como la perteneciente
a la ANUIES.
Tal Asociación creó un documento que engloba lo que
debe ser la educación universitaria en el año 2020.
En dicho documento se espera que el servicio social sea parte real
de la estrategia educativa y que propicie la construcción de
actitudes solidarias con los grupos sociales menos favorecidos. |
En
nuestros días el servicio social está lejos de contar
con esas características. Así lo afirmó Mario
Fernández de la Garza, director de Vinculación de la
uv, en el panel Servicio social y vivienda rural, enmarcada
en el seminario-taller El servicio social y la vivienda rural
tradicional, efectuado desde el 21 de mayo en la USBI-Xalapa.
Ante académicos, estudiantes y ambientalistas Fernández
de la Garza llamó a que se recupere una visión a futuro
el sentido ético del servicio social y que se incorpore a los
planes y programas de estudio como una verdadera estrategia educativa.
Ese es el reto que tenemos los que estamos manejando los temas
de cambios educativos, servicio social y vinculación.
En la actualidad para llegar a esa visión del 2020 tenemos
muchos problemas, pues el servicio social enfrenta una problemática
compleja. Algunos de los problemas son: desconocimiento de la función,
filosofía, objetivos e importancia del servicio, carente motivación
a los alumnos para participar en proyectos comunitarios y falta de
personal académico que participen como tutores.
Otros conflictos son la concepción y práctica del servicio
como una actividad únicamente orientada a los aspectos administrativos
y desvinculada de los curricula de las diversas carreras; la consideración
del servicio tan sólo como un requisito para la titulación
y por consecuencia la pérdida del fundamento ético del
servicio social, que se traduce en la intrascendencia y poco significado
de los temas que se abordan en la mayoría de los proyectos
y programas institucionales.
Cuántos pasantes están trabajando en programas
que a lo mejor son muy importantes, pero totalmente administrativos.
Programas que no hacen que el pasante esté poniendo en práctica
lo que aprendió en la escuela, sino que está sacando
copias y llevando cafés. Por lo tanto, llamó a
rescatar los valores éticos del servicio dentro del contexto
general de los procesos del mundo globalizado, a hacer una reflexión
permanente sobre la misión de la universidad y el papel de
los jóvenes en la construcción de un nuevo paradigma
ético fundamentado en la
potenciación de la vida y de la sustentabilidad.
En su intervención, el también arquitecto Pedro León
Monjaraz, compartió con los asistentes provenientes de universidades
como la UNAM, la UAM, la Autónoma de Yucatán y la Veracruzana
y de organismos como la anuies, Fundación Ford y el Comité
Científico de Arquitectura Vernácula de icomos Mexicano,
su experiencia en servicio social y construcción de viviendas
en los últimos años. |
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