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Y así comienza...
Sobre el inicio de un nuevo semestre
Jay Bildstein (Traducción:
Rosben L. Olivera L.)
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Comprar
cuadernos, lápices y plumas, llenos de entusiasmo acerca del
comienzo de una nueva página en nuestras vidas, tentador, parcialmente
familiar, desconocido; el comienzo de las clases. Sí, para
la mayoría de nosotros no es la primera vez que hemos comenzado
un nuevo semestre. Aún para aquellos de nosotros que comenzamos
nuestra carrera universitaria, tenemos la experiencia de la preparatoria
en nuestro |
pasado.
Maestros y alumnos, todos esperamos con gran suspiro, reflexionando
sobre las posibilidades que tiene un nuevo semestre.
Personalmente, nunca he comenzado un nuevo semestre escolar lleno
de miedo. Por el contrario, me encontraba entusiasmo por las posibilidades
ilimitadas que conlleva comenzar un nuevo semestre; el miedo vendría
algunos meses más tarde, alrededor de la temporada de exámenes
de mitad del semestre o finales cuando descubrí que mi entusiasmo
fresco al comienzo del semestre se había transmutado en una
sombría complacencia, en la que asistí a clases (sí
es que asistí a ellas) contando los minutos hasta que el aburrimiento
terminaba y así era libre de irme a hablar con mis amigos sobre
la chava con la que quería salir, o la música de que
grupo escuchaba en ese momento. Consecuentemente, temía a mis
pruebas porque no me había preparado para ellas a lo largo
de este tiempo.
¿A dónde había ido mi interés por dominar
los detalles de la contabilidad
gerencial? ¿Dónde estaba mi deseo ardiente por entender
la profundidad de los trabajos de Shakespeare? ¿Por qué
mi interés por comprender los tratados lógico-filosóficos
de Wittgenstein se transformaron en un deseo claro para dormir cada
vez que levantaba el libro? ¿Por qué? |
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Hoy,
en los EUA, puedes encender tu televisión muy tarde en la noche
para ser bombardeado por comerciales informativos de productos que
prometen convertirte en una persona más delgada, más
rica, más feliz. Lo único que debes hacer es marcar
un número 01 800, darles la información de tu tarjeta
Visa, MasterCard o American Express y con tres pagos
fáciles de $29.95 puedes ser la persona que siempre has soñado
ser. Algunos días después recibes los libros, cassetes
y materiales que solicitaste. Los empiezas a utilizar por un rato
cuando de repente te das cuenta que el programa para adelgazar o ganar
más dinero o ser más feliz necesita algo que no habías
considerado cuando hiciste la compra; TRABAJO! |
Así
es amigos, el trabajo es el ingrediente secreto que debemos añadir
a cualquier ecuación para hacer nuestros sueños realidad.
Necesitamos trabajar para poder convertir el entusiasmo de nuestro
inicio de clases en un semestre encaminado al éxito; no simplemente
obtener buenas calificaciones, sino obtener un verdadero entendimiento
del material que estamos estudiando. Trabajo es esa palabra sucia
que muchos de nosotros no queremos escuchar. Debo decir que cuando
estaba en la escuela la noción de trabajo me parecía
ser una molestia en mi existencia. A fin de cuentas, era mejor ir
a tomar unas cervezas con los amigos, jugar los video juegos, salir
a una cita amorosa o pasarse el día en la playa. El trabajo
se debía evitar, o por lo menos eso pensaba.
Sin embargo, en algún momento de mi carrera escolástica,
aprendí una lección muy importante que me gustaría
compartir con todos ustedes. Al principio pensaba que mi deseo por
evitar hacer mi trabajo escolar era simplemente porque actuaba como
un hedonista, dedicado a satisfacer mis placeres inmediatos en vez
de metas a largo plazo. La verdad es que
simplemente tenía
miedo de hacer mi trabajo.
Lo que sucede cuando comienzas un semestre, la promesa del conocimiento
y auto mejoramiento se agrandan. Un curso, un libro o una conferencia
son apenas un boleto a la oportunidad.
El aprendizaje puede ser aterrador. Tememos fallar. Tememos perder
oportunidades para hacer algo más. Tememos confrontar nuestras
propias habilidades. Al final, si queremos crecer como seres humanos
tenemos que darnos cuenta de que para hacer el trabajo, debemos vencer
nuestros temores.
Toma el entusiasmo que sientes por este nuevo semestre y utilízalo
como un ímpetu para hacer un pacto contigo mismo; que no tendrás
miedo de descubrir cuán bueno puedes ser. Entonces, liberado
del temor, ve a hacer el trabajo. Te dará frutos. |
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