Año 3 • No. 107 • junio 23 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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  Lis sobre la arena, proyecto universitario: UV-Universidad de Warwick…
La UV impulsa la innovación tecnológica
Alma Espinosa

Debido a la importancia y potencial comercial,
este instrumento ha despertado interés en uno de los gigantes
tecnológicos del mundo: Sony.
Si tuvieras que prescindir de tu sentido del olfato, ¿te sería posible detectar si un platillo contiene carne o pescado fresco? ¿Estás seguro que no? Aunque suene a ciencia ficción esto comienza a dejar este terreno para convertirse en una realidad, gracias al trabajo de un egresado de la Universidad Veracruzana: Jesús García Guzmán, investigador de la Facultad de Ingeniería Mecánica
Eléctrica-Xalapa (FIME).

García Guzmán, quien recientemente ha cursado la maestría en Ingeniería Avanzada en la Universidad de Warwick, Inglaterra, ha creado un microchip capaz de percibir olores y detectar sus características.

Este instrumento –según su creador– revolucionará el uso de este tipo de sensores en el mundo, pues su adquisición y utilización será más accesible comparada con los enormes aparatos convencionales que actualmente se utilizan. El microsensor, que en breve saldrá al mercado, coloca a la Universidad Veracruzana como institución innovadora en cuanto a tecnología aplicada se refiere.

La creación de este microchip es un logro que atrae todas las miradas a nuestra casa de estudios, pues promete convertirse en un utensilio de uso práctico y económico, además de que será un orgullo decir que un científico xalapeño, formado en las aulas de la Universidad Veracruzana, fue el creador de un mecanismo tan útil y necesario.

El investigador universitario en la estación donde las muestras del circuito son expuestas a gases.
Siguiendo el aroma
Este tipo de tecnología se comenzó a utilizar en las alarmas para incendios. A éstas le siguieron los mecanismos utilizados en laboratorios para análisis de muestras y los aparatos que utilizan los catadores de vinos y productores de café.

Hasta el momento se han realizado diversas pruebas en alimentos y procesos industriales, pero todas han sido con aparatos muy complejos cuya fabricación es complicada y costosa.
Movido por el deseo de hacer más accesible esta tecnología, Jesús García creó microsensores de menos de 100 micras, mismos que se instalan en un circuito de poco más de tres milímetros (3.3). Éste incluye transistores, filtros, dos sensores y polímeros. Estos elementos y materiales permiten monitorear gases y compuestos orgánicos volátiles.

Su diseño se creó a través de un equipo de cómputo especialmente adaptado, un software avanzado y su fabricación tuvo lugar en Bélgica mediante uno de los procesos tecnológicos más avanzados: Alcatel-COMOS 0.7 µm.

CD que hace alusión a la publicación del trabajo:
Lis sobre la arena en la conferencia Eurosensors.
El investigador universitario, que ha impartido más de una treintena de asignaturas en la UV, detalló que los microchips fueron fabricados en obleas de silicio, material utilizado para la fabricación en escala microscópica de circuitos integrados. García Guzmán explicó que el silicio es un elemento químico abundante en la naturaleza, propiamente en la arena.

Apegado a esta característica y parafraseando el significado de su ciudad natal, Xalapa, y haciendo referencia a la flor de lis para simbolizar este logro como el florecimiento de la uv en los terrenos de la tecnología del silicio, Jesús García Guzmán nombró a su creación Lis sobre la arena.
Lis sobre la arena pretende convertirse en un instrumento ligero y portátil, susceptible de fabricarse a bajo costo y capaz de competir o complementar el uso de instrumentos científicos convencionales y costosos
Lis sobre la arena
Entre sus bondades destaca la programación para compensar las variaciones de temperatura, humedad y envejecimiento. Para resistir tales cambios, Jesús García dotó de “inteligencia” al circuito para que sea capaz de equilibrar las alteraciones que reciban los sensores. Otra característica innovadora de esta nariz de silicio es que para su funcionamiento sólo se necesita una batería de cinco voltios.

Este resultado es producto de tres años de trabajo arduo, aseguró García: “Lis sobre la arena pretende convertirse en un instrumento ligero y portátil, susceptible de fabricarse a bajo costo, y capaz de competir o mejorar el uso de instrumentos científicos convencionales y costosos como el cromatógrafo de gases; además, –agregó el científico de la UV– el microchip tiene la finalidad de insertarse principalmente en el campo médico y de alimentos”.