Año 3 • No. 117 • septiembre 29 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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la naturaleza de un acierto artístico
Nada puede pedirse a un espectáculo que, como Jarocho, parece cubrirlo todo, desde las coreografías hasta una iluminación que fue mucho más allá que de la simple eficiencia complementaria. En esto hubo una coincidencia casi generalizada, luego de la primera presentación ante el público xalapeño, el pasado viernes 19.

Varios son los detalles que, en conjunto, hicieron de este espectáculo un acontecimiento memorable. Inicialmente, un conjunto coreográfico de funcionamiento casi perfecto, de enorme vistosidad en sus atuendos y dinámica visual en los bailables ejecutados. Por otra parte, el ingenioso tejido de texturas resultó en una característica en los telones, manejados en un juego de movimientos verticales que permitieron el lucimiento de músicos y bailarines. Uno de esos telones merece toda una apología, por su diseño que semeja un gigantesco paliacate típico.

La asistencia a la sala grande del Teatro del Estado, encabezada por el Gobernador del Estado, Miguel Alemán Velazco y rector, Víctor Arredondo, acompañados de sus respectivas esposas, así como de funcionarios de la administración estatal y del organigrama universitario, resultó impactada en su emotividad desde el inicio mismo. Algo difícil de traducir en palabras. A partir de los momentos iniciales, con la música de la obertura a la que siguió la compleja coreografía de un Zapateado que resultó en una compleja estilización, el asombro derivó en la tónica de observación para cada uno de los números subsiguientes.
Difícil elegir entre los momentos culminantes de la primera parte del espectáculo.

Posiblemente La bruja haya sido el pasaje de atmósfera sobrenatural más interesante de este primer fragmento del espectáculo, con su hábil fusión de música enigmática y coreografía sui generis. Pero no se descarta el impactante encuentro entre bailarines y percusionistas, una confrontación cargada de violencia contenida que nos hizo recordar las brutales escenas de la comedia musical West Side Story. Por añadidura, más adelante los bailables que combinaron a músicos y jaraneros con las evoluciones coreográficas fueron mucho más allá de lo simplemente satisfactorio, para arrancar también aplausos de simpatía y aceptación incondicional.
Mención aparte merecen las escenas de los bailes de origen africano, la participación del conjunto musical ubicado en un desnivel en que sus integrantes dominaron todo el escenario, el cuadro de los danzones, las escenas de cante jondo y baile andaluz, y los fandangos veracruzanos.

Hacia la segunda parte del espectáculo, se siguieron dando las escenas de estallido multicolor y sonoridad musical impresionante. En esto último es importante señalar que los xalapeños se pintan solos. Si en algún lugar de la República Mexicana hay talento musical es en
el estado de Veracruz y, particularmente, hacia el interior de la UV, en donde se conjuntan muchos de los que seguramente son los mejores intérpretes de Son jarocho. Por lo demás, es sorprendente la versatilidad de estos músicos, que con la misma facilidad abordan los géneros y renglones más diversos.

Difícil comentar en torno del impacto expresivo y estético de cuadros como Salón Veracruz, Malagueña, Jarjazz, Sirena o La bamba. Con ésta última se cerró el espectáculo, aunque pudo haber continuado indefinidamente ante el entusiasmo de los asistentes que ocuparon casi en su totalidad el Teatro del Estado.
Ningún detalle se descuidó. Mientras en otras producciones vemos los casi inevitables tropiezos entre escena y escena, en Jarocho la fluidez en la escenografía y sus cambios son merecedores de un elogio irrestricto.

Hacia el final, la totalidad de los asistentes coincidió en un solo tema: se trata de un espectáculo armado con verdadero profesionalismo. Conlleva en sí mismo la intención de mostrar al mundo lo mejor del arte veracruzano, cuajado todo ello con la indudable calidad y categoría de los creadores regionales. Cada cuadro es una auténtica explosión de luces, de colores, de notas musicales y armonía en el conjunto de sonidos. Cada coreografía resulta en una breve, aunque poderosa,
obra de arte.

Las opiniones de los asistentes
Al final, fue posible recoger algunas opiniones. Adolfo Pitalúa comentó: “Me pareció un espectáculo sumamente interesante. Creo que nos demuestra la capacidad artística y de organización de la UV. Por un lado se muestra la fidelidad hacia nuestras raíces, con el Ballet Folklórico que dirige el maestro Vélez Arceo, pero por otro lado se ve la innovación, el espíritu de apertura hacia las nuevas formas. Las nuevas formas artísticas y las propuestas novedosas también caben en el arte universitario... Esto me da muchísimo gusto...”

La opinión de Miguel Hamilton Gómez, director general de Análisis de Mercados Turísticos, enunciada con voz entusiasta y hasta emocionada, resulta también significativa. “Esto es un espectáculo de primer nivel. Es excelente la calidad en todo, en los extraordinarios bailarines, obviamente en su mayoría surgidos en nuestra Universidad, y la música ¡espléndida! Todo en su conjunto se presentó como un espectáculo por completo fuera de serie. Estoy seguro que se superaron todas las expectativas; todos coincidimos en que se trata de algo impresionante, que nos deja por momentos sin habla....”

Tomás Pría Olavarrieta, hombre de severos conceptos y ojo avizor, mencionó en torno de los puristas jarochistas, quienes seguramente criticarán mucho por la música, los bailables y los arreglos. “Pero creo que Veracruz merece esto y más. Pero todos estábamos en la inteligencia de que no se trataba del folklor en su realidad esencial, sino de un concepto estilizado. En el balance final, todo ha superado lo que se esperaba. Hay una fusión muy inteligente de la música afroantillana, del estilo español que tanto ha influenciado a la música de Veracruz y hasta del arte celta. Somos una fusión de siglos de historia, de costumbres diversas y de ritmos de lo más variado. Esto se nos presenta con una extraordinaria escenografía basada en un solo color, el rojo, y en una sola idea, que es el tejido de las arañas maravillosas que han dado forma a la textura de la indumentaria jarocha...”

Por su parte, Iñigo Verdalet Guzmán, coordinador de la maestría en Ciencias Alimentarias de la UV, apuntó lo siguiente: “Pudimos observar la conjugación de las diferentes raíces culturales que conforma el espíritu jarocho. Estoy convencido de que se trata de un espectáculo que habrá de ser bien recibido en cualquier parte del mundo; realmente cuenta con estaturas de otro nivel y eso lo hemos podido apreciar. Es una nueva visión, es una nueva forma de aderezar y presentar el folklor veracruzano. Jarocho lo tiene todo para ser un exitazo en todas partes que se presente...”

“Muy variado, bonito, versátil. Yo creo que nos ha dado más de lo que esperábamos; rico y completo…” así lo definió Gustavo Balderas, mientras que Alberto Aguilar comentó: “Maravilloso, precioso, muy bonito. Me pareció perfecta la expresión de todas nuestras raíces, el Totonacapan, el flamenco y nuestras raíces españolas y afroantillanas; todo conjugado en un espectáculo que me pareció sencillamente maravilloso...”

Alejandro Herrera: “Estos jóvenes están dando todo de sí para generar un espectáculo que vale la pena que salga al extranjero. En muchas partes del mundo se conoce a México por Veracruz y su arte. Es un concepto de primer mundo...”
“Se ve en esto un profesionalismo al que, por desgracia, no estamos muy acostumbrados”, comentó Enrique Murillo. “Esa es la primera impresión. Lo demás, pues debo confesar que yo venía muy escéptico; me habían dicho que esto era un poquito o muy televiso y, la verdad ¡nooooo! Me encuentro con un trabajo de sorprendente profesionalidad, con excelente gusto en la música, la coreografía, la escenografía...”
La parte artística también tuvo opinión y voz, al finalizar la presentación de Jarocho. La bailarina y coreógrafa española María Juncal mencionó lo siguiente: “Es un espectáculo que cuenta con mucha energía, mucha juventud, mucho corazón... entonces, es un espectáculo con alma. Trabajé muy bien con la gente, todos con una gran disposición, poniendo todo por delante en lo que respecta a los bailarines, los coreógrafos, los iluminadores... un gran proyecto, me parece. Yo me alegro de que todos hayamos ido más allá de lo que el público esperaba. Desde que iniciamos este proyecto tenemos la intención de que salga adelante, y hoy hemos salido con muchos deseos de comenzar bien...”

Javier Cabrera, percusionista y actor, mencionó en torno de su gusto por participar en un proyecto en el que pocos creyeron al inicio del mismo. “Para mí es una tristeza que muchos hayan volteado la espalda a Jarocho sin saber realmente de qué se trataba. Por eso hubo necesidad de recurrir a gente del Distrito Federal, cuando en Xalapa hay talento de sobra. Esto es sumamente motivador y por eso estoy aquí. Siento que nuestro folklor no es afectado por esta propuesta; al contrario, si algo ocurre es para enriquecerlo. Se trata de sustraerlo del nicho de vitrina antropológica, y en eso muchos países nos llevan décadas de ventaja, tratando de sacar su tradición y mezclarla con otras influencias. Hay ejemplos claros de ello como Brasil, Venezuela, Puerto Rico, Cuba, España o Argentina, y han logrado asombrar al mundo. México lleva 70 años explotando la misma veta, los mismos sones, y desde que Amalia Hernández salió por vez primera al extranjero, no hemos dado más, En Jarocho, la música es un protagonista muy importante; abre y cierra el espectáculo, y en el desarrollo del mismo, la misma ubicación de los instrumentistas da la idea de la importancia de los mismos.”

La coreógrafa cubana Susana Arenas, el jaranero de Tlacotalpan Luis Felipe Luna, el percusionista Cándido Hernández, todos ellos mostraron su satisfacción por incluirse en un magnífico trabajo de conjunto que seguramente habrá de repercutir sonoramente en otras latitudes.

Por último Arturo White, director ejecutivo de la Fundación UV, accedió a opinar en torno del acontecimiento que le había quitado el sueño desde semanas atrás y en el que ha depositado energía, entusiasmo y esperanzas:

“Estoy contento, muy contento... creo que esto se puede mejorar todavía, como todo, pero estoy satisfecho y emocionado después de tantos meses de trabajo. La respuesta del público, el profesionalismo de todos quienes participaron, todo ha sido muy emotivo...” mencionó el funcionario con voz apagada por la tensión vivida, pero con ánimo evidente. En torno de los resultados, White mencionó que “rompimos con el escepticismo de mucha gente. Creo que los resultados finales nos dan la razón, en un esfuerzo que vale la pena para Veracruz, para la UV, para todos los veracruzanos...”