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Tolerancia,
avance democrático
Santiago Gómez Ortiz (Facultad de Derecho)
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Muchos
de los estudiosos en materia política coinciden en que la democracia
no es un fin, sino un camino; la anterior consideración nos
lleva a la idea de que los estados se encuentran en una constante
transición democrática, debido a la enorme complejidad
de la estructura política, social y económica.
Resulta inocente pensar que el Estado como institución puede
plantearse fines y |
llegar
a ellos sin obstáculos, sólo mediante la buena administración
de los planes.
De igual forma resultaría ingenuo pensar que las decisiones
en las que incurre el gobierno, tienen la aprobación total
e incondicional de la población, es decir, el gobierno, como
la población, ansía el bien común, y para lograr
la plena realización de éste, se fija un plan diseñado,
es el gobierno el jurídicamente responsable de tomar las decisiones.
Sin embargo, la población, como elemento racional, en plena
conciencia de su representación puede estar o no de acuerdo
con el tipo de plan que se quiera tomar.
Estando de acuerdo o no, hay factores que alteran el buen curso del
plan, y el gobierno tiene que tomar nuevas decisiones para sortear
de una mejor forma estos obstáculos.
Así, población y gobierno entran de nuevo en divergencia,
pues la decisión de éste, puede no ser la mejor, según
el punto de vista contrario. Antaño, esto podría crear
serias dificultades, la realidad del pasado sugería como medio
de protesta la resistencia armada.
Afortunadamente esta forma de resistencia civil ha sido superada,
evolucionando hacia las protestas no violentas, cuya dignificación
fue alcanzada por Mohandas Karamchand Ghandi y perfeccionada por Martin
Luther King, el primero llegó al éxito, en su más
conocida marcha por la sal, donde la obtuvo evaporando agua del mar,
rompiendo el monopolio que hasta entonces mantenían los ingleses
sobre ella.
El segundo descubrió el efecto de solidaridad que despierta
al público haciéndolo ver como una parte del conflicto
usa la violencia para repeler la opinión contraria; pero no
sólo llegó hasta ahí, sino que fue más
allá; perfeccionó la resistencia civil usando los recursos
legales consagrados en la constitución.
De esta manera, podemos darnos cuenta, cómo hasta nuestros
días, si bien las opiniones de los elementos racionales del
Estado no han podido unificarse, sí se ha establecido una reglamentación
consuetudinaria donde hay, más tolerancia por parte del gobierno
y una mayor prudencia encaminada a cómo se debe mostrar la
resistencia ante las acciones del gobierno, esto es producto de nuestros
avances democráticos. Lo interesante de está reflexión
gira en torno a las medidas que adoptaremos para hacernos escuchar,
indudablemente debemos tener creatividad y capacidad de negociación,
¿están de acuerdo conmigo? |
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