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Recuerdo
las torres gemelas
Jay Bildstein (traducción: Rosben Olivera
y Remedios Aguirre).
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Hay
pocas veces que estoy en shock. El año pasado, el 11 de septiembre
de 2002, conduje un programa de radio conmemorativo que duró
26 horas y se difundió en la Internet, para hacer vigilia
por quienes habían caído en la violencia del año
anterior. Tomó cinco horas y 42 minutos leer los nombres de
todas las personas que murieron en las torres el 11 de septiembre
de 2001. La conmemoración era casi tan difícil como
la horrible experiencia de ver a gente inocente saltar de un edificio,
condenados a la muerte por el odio mal dirigido de unos pocos.
No tengo venganza ni odio en mi corazón, tengo en lugar de
ello, solamente tristeza por todas las personas en el mundo que deben
llevar la carga de la violencia indiscriminada. Creo que la mayoría
de las personas son buenas, y su raza, religión o país
de origen me importan un bledo. Me gustaría ver paz en el mundo;
no un ciclo interminable de violencia. Creo en la conciencia social
de la gente que ama la paz en todo el mundo, necesitamos darnos cuenta
que los actos terroristas del 11 de septiembre deben condenarse siempre.
No se repara el dolor, ningún impacto social puede lograrse
por medio de la violencia desconsiderada y con discriminación.
Ninguno. Jamás.
El corazón de mi ciudad ha desaparecido, pero los corazones
de los sobrevivientes permanecen intactos, abiertos, con el pensamiento
activo y lleno de amor. Amigos, somos todo lo que tenemos. Nosotros,
es decir el uno para el otro, como compañeros humanos. Podemos
tener apariencias diferentes, venerar de manera distinta y hablar
idiomas diferentes pero esencialmente somos iguales. Nosotros, los
hombres y las mujeres del mundo, tenemos una estancia breve en esta
espiral de los mortales, unos pocos segundos preciados frente a la
eternidad para hacer algo de valor. La violencia no es valiosa. El
odio no es valioso. La destrucción no es valiosa.
En este día, simplemente busco recordar mi vecindario, mi ciudad,
mi hogar como era cuando estaba intacto, antes de que su corazón
fuera arrancado del pecho y fuera desintegrado.
Veo las caras de los hombres y mujeres dedicados, yendo a trabajar
en el World Trade Center con la meta de ser productivos. Gente de
naciones lejanas coexistiendo y trabajando hombro con hombro para
beneficiar a sus familias y a la humanidad. Los recuerdo y siempre
lo haré. No permitiré que mi pena se transforme en odio
ciego. En lugar de esto, recordaré por siempre la ética
de mi aldea: ser productivo es el ideal más elevado, y serlo
con gente de diversas procedencias es un momento de celebración
trascendental. Miro hacia delante, con grandes esperanzas, el día
en que en ese sitio, una vez más, gente de todas las naciones
se congregue con la meta de ser productivos. Yo recuerdo las torres
gemelas. Siempre lo haré. |
Quizá ya habrás notado
que en las páginas de UniVerso, han aparecido
textos escritos por Jay Bildstein en Inglés, precedidos
la semana siguiente, cuando es posible por una traducción
al español. La intención de estas publicaciones
bilingües, es darte un espacio donde puedas poner en ejercicio
tu habilidad para entender el idioma inglés y traducirlo
al español.
Así que, si eres trucha para la traducción, ¡Aviéntate!
Comunícate con Remedios Aguirre Sullivan escribiendo
un mensaje a excelencia_humana@yahoo.com,
para participar en este juego del lenguaje y, ojo, si quieres
comparar, la versión en inglés de Las Torres Gemelas,
apareció en la edición 115 de UniVerso,
el 8 de septiembre. Búscala en http://www.uv.mx/universo/115/infgral/infgral13.htm
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