Año 3 • No. 119 • octubre 13 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Páginas Centrales

 Información General

 Reg. Veracruz-
 Boca del Río

 
 
Date Vuelo

 Compromiso Social

 
Arte Universitario
 
 Foro Académico

 Inter Nautas

 Halcones al Vuelo

 
Contraportada


 Números Anteriores


 Créditos

 
Nuestra Otra Voz...
La fiesta de San Agustín,
tradición de Petaquillas
Sección coordinada por: Karina Arriaga Murrieta
A dos horas de Chilpancingo, Guerrero, se localiza el poblado de Petaquillas, lugar donde nació Alejandro Locia Morales, estudiante del tercer semestre de la licenciatura en Informática.

Ya adaptado a la ciudad que ahora lo alberga, accedió a compartir con otros universitarios parte de la historia de su pueblo, como un homenaje a los muchos buenos recuerdos de su tierra:

“Petaquillas es un poblado pequeño, con unos tres mil 500 habitantes aproximadamente, la mayoría de las casas son de adobe y el clima es caluroso. Su nombre deriva de la actividad que antiguamente daba sustento a

Alejandro Locia
los lugareños, pues elaboraban artesanalmente cestas y petacas con palma. Sin embargo, poco a poco esta forma de ganarse la vida ha desaparecido, hoy sólo queda una persona de edad muy avanzada que se dedica a ello.

”Las nuevas generaciones ya no recuerdan algunas tradiciones y costumbres que nuestros abuelos vivían a diario. Incluso, antes se escuchaba el náhuatl entre los pobladores, al igual que en algunos pueblos aledaños. Mi bisabuela decía que ella hablaba “mexicano”, pero yo sé que se refería a una variante del náhuatl.
”Mi pueblo está conformado por los barrios de San Agustín, San Isidro, Guadalupe y Santa Cruz, y cada uno de ellos participa de manera diferente durante las fiestas. La más importante es la del 28 de agosto, cuando festejamos a San Agustín.

”Esta celebración inicia con un mes de anticipación con lo que se llama el Anuncio, ese día salen varios hombres vestidos de mujer, a los que se les llama mojigangas, y montan sus caballos para pasearse por las principales calles del pueblo y aventarle fruta a la gente. Durante su recorrido pasan a cada barrio para recoger a los mayordomos y, al final, llegan todos al atrio de la iglesia, donde se puede comer y beber de lo que allí te ofrezcan.

”Debo explicar que antes era una penitencia el que te tocara ser mayordomo, pero con el tiempo eso ha cambiado y actualmente la gente solicita serlo; pues representa un honor.

”El 27 de agosto empieza formalmente la fiesta, para ello salen todos desde las cinco de la mañana de sus casas y caminan por las calles para posteriormente ir a misa. También se invita a los vecinos de los numerosos pueblos cercanos, quienes llevan sus propias danzas y regalos para el pueblo, sobre todo para la iglesia. Es el comisario de Petaquillas quien se encarga de recibir a estos invitados.

”La fiesta dura una semana y hay comida muy tradicional. En ocasiones especiales hacen pozole, pero una de las cosas que más me gusta son las numerosas danzas que se organizan. Los señores ensayan con meses de anticipación para montar la de Moros y cristianos, que es muy conocida. Otra es la de los Tlacololeros, para la cual se visten con unos costales gruesos y con un látigo para flagelarse, en ella representan a campesinos que siembran y cosechan, y además matan un tigre. También están la de Los pescados, donde los danzantes se disfrazan de pescadores y sacan a un animal como lagarto; Los manueles, sátira de un hacendado, cuyos participantes se visten de viejos y portan un bastón labrado como serpiente y uno de ellos se viste de mujer. Allá cualquiera organiza una danza, no existen formalidades.

”Pienso que es importante preservar este tipo de tradiciones y costumbres, y conocer su origen, pues nos identifican, nos dan un soporte de dónde partir y saber quiénes somos. A mí me dan identidad y desde que estoy lejos de mi pueblo he aprendido a valorarlas y respetarlas”.