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La UV y la Universidad de
California en Riverside
Unen esfuerzos para solucionar
problemas agrícolas
Irma Villa
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El
problema de la agricultura en México ha unido a científicos
de la UV con los de la Universidad de California en Riverside. El
motivo de tal reunión es encontrar a través de
la biología de la conservación una solución
para abaratar los costos de producción y, así, lograr
penetrar en los mercados con productos de buena calidad sin afectar
al medio ambiente ni a los agricultores, comentó Michel Allen,
director del departamento de Biología de la Conservación
de la Universidad de California en Riverside.
Entrevistado en el laboratorio de Organismos Benéficos de la
Facultad de Biología de la UV, Michel Allen aseguró
que en materia de biología de la conservación, |
Michel
Allen. |
la
Universidad de California y la UV se han complementado muy bien, y
dijo que ésta ha dejado de ser específica para un sitio
o una especie: Actualmente la conservación no implica
solamente proteger, sino que además significa desarrollar un
sistema en donde haya interacción con humanos y un desarrollo
de la tierra de manera ordenada, por lo que el proyecto que
ambas instituciones tienen en puerta vendrá a ser el parteaguas
de una nueva cultura en la agricultura.
Allen, en materia de conservación, ha estudiado sistemas que
van desde los muy simples, como el desierto y el ártico, hasta
el otro extremo, donde ahora se encuentra, zonas tropicales con una
enorme complejidad. Sobre este tema colabora con el prestigiado científico
Arturo Gómez Pompa, para desarrollar un programa de ecología
tropical.
Para tal fin, informó, se creó el Citro (Centro de Investigaciones
Tropicales), en donde se desarrollará un programa de conservación
biológica y otro de agroecología, el cual comprenderá
desde la península de Yucatán hasta Veracruz. Asimismo,
agregó, se pretende encontrar los elementos que, para la economía
de la agricultura son importantes, como el precio y el costo de producir
los cultivos, para lo que se pueden utilizar los microorganismos en
el genoma de las plantas y plantarlos de cierta manera para reducir
el costo de la producción.
En México, una de las cosas que se están considerando,
aseguró Allen, es que si se tienen dos reservas y la agricultura
está en medio del bosque maduro, se trate de manipular los
patrones de movimientos y se introduzcan diferentes tipos de cultivos.
Esto redundará, continuó, en un mejor aprovechamiento
de los bosques, porque al hacer una rotación de los mismos,
el área que se cultive tomará los nutrientes que proporcionan
los organismos benéficos existentes en los bosques maduros
y se tendrá, al mismo tiempo, un bosque, de manera que los
animales puedan moverse ahí: Y con esto, pienso, no se
dará un problema de choque cultural, porque hablo de un cambio
en los patrones de cómo plantar, no en el tipo de plantas.
Así fue hace 50 ó 100 años, cuando la población
era pequeña, pero a medida que la población creció,
se cambió la forma de sembrar, ahora, nuevamente, tenemos que
plantar de otra manera, puntualizó.
Michel Allen está aprendiendo nuevas cosas en México,
no está buscando tomar la agricultura norteamericana y transferirla
a este país sino hallar una nueva tecnología para México,
porque uno de los problemas de la agricultura norteamericana es que
es muy cara y está subsidiada por el gobierno y a los contribuyentes
norteamericanos no les gusta subsidiar la agricultura, sólo
a los gobernantes. |
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