Muy
pocas oportunidades en la vida son más educativas que la
experiencia de estudiar en el extranjero. ¿Qué mejor
manera de aprender un idioma que ir y vivir entre las personas que
hablan ese idioma? Sin embargo, estudiar en el extranjero es más
que aprender un segundo idioma. Se trata de sumergirse en una nueva
cultura, la cual en ocasiones no puedes entender y en otras te hace
sentir incómodo.
Pero a
pesar de esos momentos culturales difíciles, también
puedes descubrir cosas que verdaderamente adoras, cosas que ni siquiera
soñabas eran posibles. Quizás te preguntes cuál
es el beneficio de estudiar sobre la cultura de otras personas en
el mundo. Yo creo que es una de las cosas más importantes
que podemos hacer debido a que estamos juntos en este mundo y con
una vista más cosmopolita sobre lo que pasa a nuestro alrededor
podemos tener mejores relaciones y entender a aquellos que nos rodean.
Actualmente me encuentro estudiando en la Escuela para Estudiantes
Extranjeros aquí en Xalapa, pero mi casa está en Nueva
York donde vivo con mi hermana, mi hermano gemelo, y mis padres.
Durante el año escolar asisto a Houghton Collage, un colegio
cristiano de artes y ciencias donde estudio biología y medicina.
He tenido la oportunidad de vivir por tiempos prolongados en Canadá,
Italia, la República dominicana, y ahora México. Me
encanta viajar y aprender cómo viven las personas en otras
partes del mundo, es por eso que disfruté mucho cuando trabajé
en dispensarios médicos rurales en la República Dominicana
país al que regresaré en febrero próximo.
Una de las dificultades que quizás puedas encontrar cuando
estás en el extranjero es la diferencia en la comida. Para
mí, acostumbrarme la comida y los horarios alimenticios ha
sido lo más difícil de lograr aquí en México.
En los Estados Unidos comemos alrededor del mediodía y cenamos
generalmente entre las cinco y las seis. Al principio fue difícil
esperar hasta las dos o tres para comer y no estaba acostumbrado
a cenar tan tarde en la noche. Por las tardes, generalmente me gusta
salir y hacer cosas pero la necesidad de estar en casa para la cena
entre las ocho y las nueve interrumpía mis planes.
Algo que se puede disfrutar durante un semestre en el extranjero
es conocer a los locales. Hacer amigos con los residentes nativos
es una de las mejores y más rápidas formas de aprender
sobre otro país y su cultura. Mi actividad favorita aquí
en México ha sido establecer nuevas amistades con los mexicanos.
Las personas de Nueva York no son tan amistosas, agradables ni amables
como las personas que he conocido en este país.
Yo alentaría a todo el mundo a estudiar en algún país
del extranjero. Algunas veces es difícil estar muy lejos
de casa y hacer algo a lo que no estás acostumbrado, pero
estudiar en el extranjero definitivamente vale la pena.
Estoy muy agradecido por la oportunidad que he tenido de estudiar
en este país y sé que he aprendido más sobre
el idioma español y la cultura mexicana de lo que jamás
podría haber aprendido en un campus de la universidad en
los Estados Unidos. |