Año 3 • No. 124 • noviembre 17 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Páginas Centrales  

 Información General

 Observatorio
 de la Ciencia


 Arte Universitario

 Foro Académico

 Inter Nautas

 Halcones al Vuelo

 Contraportada


 Números Anteriores


 Créditos

 

 

 
Siguen los Miércoles de Ciencia en Biología
Estudian variación genética a partir
de marcadores moleculares
Edith Escalón
Utilizar marcadores moleculares, en lugar de estudios morfológicos, para lograr una visión más amplia al analizar la variación genética tiene grandes ventajas, aseguró Dolores Gonzáles Hernández, investigadora del Instituto de Ecología AC.

Al participar en el ciclo Miércoles de Ciencia, que se lleva a cabo semana tras semana en la Facultad de Biología de la Universidad Veracruzana, la especialista en sistemática molecular señaló que el estudio de marcadores moleculares se puede aplicar en muchos de los campos del conocimiento, por lo que recomendó incluirlo en el programa básico de la carrera.

“Los marcadores pueden identificar variación a nivel de un individuo, a nivel de poblaciones, especies o rangos taxonómicos más altos. Lo que se pretende siempre es identificar características o rasgos muy específicos que separan a unos individuos de otros”, explicó. En esencia, los marcadores moleculares son biomoléculas como proteínas (antígenos e isoenzimas) y el DNA (genes conocidos o fragmentos de secuencia y función desconocida), que se pueden relacionar con un rasgo genético, en ocasiones, inequívocamente.

“Tú y yo somos de la especie Homo sapiens, pero somos muy diferentes, tenemos marcadores específicos que nos hacen diferentes, el estudio de los marcadores moleculares nos permiten saber qué exactamente es lo que nos da esa diferencia”, señaló. De hecho, desde hace siglos el hombre ha seleccionado y mejorado especies vegetales y animales, gracias a la variabilidad genética, a la heredabilidad del carácter que se quería aislar, a la eficacia e intensidad de la selección aplicada y al tiempo necesario para realizar un ciclo de selección.
Sin embargo, la taxonomía siempre ha estudiado características morfológicas, lo cual requiere observaciones muy exhaustivas de los organismos en diferentes estadios de desarrollo, y provoca que los criterios utilizados carezcan muy a menudo de definición y objetividad.

Afortunadamente la aparición de los marcadores moleculares está ayudando a eliminar tanto los inconvenientes de una selección basada en el análisis exclusivo del fenotipo, como a la identificación de especies y variedades de una forma más rigurosa y repetitiva.

El uso de marcadores moleculares, explicó Dolores Gonzáles, puede ser útil para medir la variación de los individuos y la salud de las poblaciones, para los estudios de clasificación, ecología, análisis filogenéticos y taxonómicos, mapeo de genomas, cuantificación de variabilidad génica, mejoras genéticas, localización de resistencia a enfermedades, y dispersión de especies.

Los primeros marcadores se desarrollaron a finales de los años 70. Con ellos se abrió el conocimiento de la estructura y heterogeneidad genética entre diferentes especies, variedades, y poblaciones de distinto origen geográfico. Los avances de la tecnología del dna recombinante ha permitido el desarrollo de los marcadores moleculares basados en el dna, consiguiendo estabilidad en la identificación de especies y variedades.