| Año 3 • No. 134 • marzo 22 de 2004 | Xalapa • Veracruz • México |
Publicación
Semanal |
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En
su segunda temporada consiguen ser la mejor ofensiva, el título
de goleo y la corona de la Liga
 Santiago
Morales y Edgar Onofre Fernández (fotografías: César
Pisil) |
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| ¡Somos
campeones! Los Halcones de la Universidad Veracruzana se hicieron
con la corona de la Liga Mayor Universitaria de futbol (lmu),
que avala la Federación Mexicana de la especialidad (Femexfut),
luego de remontar un marcador adverso de dos goles por uno al someter,
en casa, a las Águilas de la Universidad Popular Autónoma
del Estado de Puebla (UPAEP) por marcador global de 7-5. La escuadra universitaria, que remató con este triunfo una arrolladora temporada donde establecieron diversas marcas para la liga, consiguió el gol que emparejaba el marcador global a dos tantos cuando faltaban poco menos de 10 minutos para el final del partido. Obligó a la escuadra poblana a meterse por completo en su media cancha forzando así a los tiempos extras y no falló uno solo de la tanda de cinco penales que definieron al campeón nacional del futbol universitario. Ante una fanaticada completamente volcada a favor de los veracruzanos, que abarrotó las instalaciones de la Unidad Deportiva Universitaria, los Halcones arrancaron el juego de vuelta de la gran final del futbol universitario con la mira puesta en la portería contraria pero un tanto imprecisos, perdiendo numerosos balones en la media cancha y con más garra que orden. Sin embargo, el primer aviso de gol fue de los veracruzanos cuando un remate de cabeza pasó por un lado de la portería poblana. El silbante internacional José Abramo Lira, designado por la Femexfut para dirigir el partido que definiría al campeón, sancionó una falta en los linderos del área y el tiro libre se convirtió en jugada de tres toques que terminó con un trallazo de los Halcones que apenas pasó a arriba del travesaño. A pesar de que los veracruzanos no conseguían apoderarse del todo de la media cancha, el equipo visitante seguía encerrado en su terreno y apenas se animaba con esporádicas descolgadas que no consiguieron comprometer al arquero Oscar Ortiz. Luis Arciniega, bujía de los Halcones, tomó las riendas del ataque veracruzano y arrancó la ovación de la tribuna mediante gambetas y servicios precisos, viniendo de la media cancha hacia delante, mientras que Luis Sandoval prácticamente fue imposible de vencer en la defensa central, controlando el juego aéreo con que intentaron contraatacar los poblanos y metiendo fuerte la pierna en el mano a mano. |
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| El
arquero de UPAEP tuvo que aplicarse en serio en diversas jugadas que
coquetearon con el gol, como el rayo que de botepronto disparó
Iván Maggi a pase filtrado por el centro del área grande
y que el cancerbero poblano apenas sacó con las uñas.
Las Águilas encontraron en la descolgada la manera de
salir de su mediocampo pero fallas en el último toque provocaron
que la defensa de los Halcones saliera con balón dominado
y apenas dos o tres disparos de upaep pasaron desviados del arco veracruzano. Mientras la hinchada veracruzana se metía con todo al partido, los Halcones buscaron el gol que emparejaría los cartones globales con toda clase de recursos y los centros a segundo poste terminaban en cabezazos que salían desviados e, incluso, Arciniega la intentó con un remate de media tijera que el portero poblano atajó con dificultad. El medio tiempo alcanzó al cuadro de los Halcones corriendo por toda la cancha sin lograr el gol y a los poblanos metidos en su cancha, revolviéndose para defender y apenas intentando alguna descolgada y un par de ceros colgados en el marcador. Y a 10 minutos del final...el regalo para la afición Luego del descanso reglamentario, los Halcones de la UV adelantaron sus líneas hasta dejar apenas a Luis Sandoval en el círculo de la media cancha y los poblanos se aplicaron en serio para defenderse. Sin embargo, la velocidad de la delantera poblana hizo que el público se levantara de su asiento, aún cuando las Águilas seguían sin atinar el último pase. |
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| José
Luis Peregrina, timonel de la UV, realizó algunos movimientos
para apuntalar la búsqueda del gol que empatara el global,
mientras que Raúl “Potro” Gutiérrez, al mando
de la upaep, permaneció con el planteamiento conservador de
4-4-2 que por momentos parecía dar resultado, aunque los embates
veracruzanos terminaban en cercanos avisos para el portero poblano. Nuevamente fue Arciniega quien tomó el balón, buscó la gambeta o el pase afortunado y a los 20 minutos de la segunda parte coló el balón al área entre la defensa poblana cuando un Halcón llegaba a la línea de meta, éste sirvió una diagonal retrasada a José Manuel Ramírez de Castro que sacó un tiro apenas desviado de la portería y que ahogó el grito de gol en la tribuna. Pocos minutos después, el propio Arciniega sirvió una pelota al centro del área que el portero perdió en la disputa con la delantera de los Halcones pero que rebotó hacia fuera en las rodillas de Arturo Alvizar. Los Halcones buscaron el centro a primer poste en un tiro de esquina cuyo remate atajó el arquero poblano en la base del poste e intentaron el disparo de fuera del área, mientras la defensa lograba dominar las intentonas de contragolpe poblano. Al minuto 83, Luis Sandoval cortó con el pecho uno de tantos contraataques poblanos a pocos metros de su portería, avanzó a la media cancha con un par de fintas, cedió el balón en tres cuartos del terreno a Arturo Alvizar que recibió falta que Abramo Lira dejó correr aplicando la ley de la ventaja. El propio Sandoval había acompañado la jugada, tomó el balón a 30 metros del arco y sacó un trallazo que fue a incrustarse en el ángulo izquierdo del portero poblano. Así… los Halcones en la cancha y la tribuna festejaron el gol con furia que emparejaba el global a dos tantos por bando. La ofensiva poblana tuvo un momento de presión después del gol, adelantaron líneas, pero sus intentos fueron ahogados por la defensa veracruzana o silenciados sin mayor dificultad por Ortiz. Los Halcones resistieron el embate poblano con firmeza hasta que Abramo Lira decretó el final del juego: los Halcones ganaban 1-0 en tiempo reglamentario, pero el empate en el global obligaba al tiempo extra, gol de oro y en caso de ser necesario… los temidos tiros penales. |
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| Tiempos
“extra” de nervio Los tiempos extra comenzaron con unos Halcones encerrando de nuevo a las Águilas en su cancha, aunque los de la UPAEP no cedieron en su intentona de conseguir el gol de oro en contragolpe y el juego empezó a tener avisos en ambos lados. Un centro al área fue bajado por Arciniega, que se quitó a dos defensas con sendos amagues pero al momento de sacar el disparo, prácticamente en el piso, éste salió desviado y Luis Arciniega resultó lesionado. La tribuna enmudeció por un momento y los poblanos aprovecharon para volcarse con todo hacia delante, pero Peregrina contestó con mayor agresividad y, en vez de resentir la lesión del que había hilvanado el ataque hasta ese momento, mandó a adelantar líneas todavía más. Con el cambio obligado por Arciniega, al que la tribuna aplaudió con fuerza cuando se dirigía a la banca, los Halcones ganaron en orden pero perdieron un tanto en llegada y ambas escuadras lograron encadenar una serie de buenos toques que no alcanzaban a llegar al hombre preciso. Un disparo rasante obligó al portero de UPAEP a rescatarlo de la base del poste y, casi inmediatamente, un tiro de 15 metros fuera del área abrió del lado izquierdo. Los Halcones nuevamente se volcaron al frente, con el respaldo de la defensa que dominó las intentonas poblanas con fuerza y determinación, cuando la ocarina de José Abramo Lira anunció que todo sería resuelto en los tiros penales. Impecable
la ejecución de Halcones |
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