Año 3 • No. 136 • abril 19 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Páginas Centrales
 
 Información General

 Información Regional

 Arte Universitario

 Compromiso Social

 Inter Nautas

 Halcones al Vuelo

 Contraportada


 Números Anteriores


 Créditos

 

 

  Respalda la comunidad las investigaciones universitarias
Encuentran, en Medias Aguas,
evidencia de ocupación prehispánica
Edith Escalón (Fotografías:César Pisil)
A tan sólo un mes de haber comenzado las excavaciones, el equipo de investigación arqueológica de la Universidad Veracruzana que trabaja en Medias Aguas, Veracruz, una región ubicada cerca de Acayucan, localizó las primeras evidencias de ocupación en la zona, pues en una de las primeras calas excavadas (término técnico que denomina una excavación de
medidas predeterminadas) descubrieron lo que podría ser un entierro prehispánico. Pero este no fue el único hallazgo…

Antecedentes
La búsqueda de vestigios del pasado inició a finales de enero (UniVerso 129, página 13), cuando un equipo de universitarios, dirigido por el investigador Roberto Lunagómez, cuyo trabajo arqueológico en la zona Olmeca fue premiado y reconocido por el inah, recibió 10 mil dólares de la Fundación para el Fomento de Estudios Mesoamericanos de eua, el apoyo técnico de arqueólogos japoneses, y el respaldo de la Universidad Veracruzana.

La región es conocida porque en la década de los 50, el arqueólogo veracruzano Alfonso Medellín Zenil encontró un monumento basáltico conocido como “El mascarón de Medias Aguas”, una gigantesca careta Olmeca esculpida en roca basáltica que data del siglo VI, hoy resguardada por el Museo de Antropología de Xalapa.

Actualmente buscan, además de otros vestigios arqueológicos, obtener el fechamiento del sitio y un estimado de la densidad poblacional. Según estimaciones del equipo de investigación universitario, a partir del fechamiento podrán determinar el papel que el sitio tuvo en la región, su importancia, sus características arquitectónicas y la función que cumplían las poblaciones de esta zona.

Cabe aclarar que ésta ha sido estudiada sistemáticamente desde 1999 gracias a los apoyos de la National Geographic y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), cuyos resultados sentaron las bases para la exploración que hoy realiza nuestra casa de estudios.

Primer hallazgo: evidencia de ocupación
En la segunda semana de trabajo, en una de las primeras calas el equipo de investigación descubrió lo que podría ser un entierro.

Se trata de una vasija de cerámica, que contiene en su interior fragmentos de


El primer hallazgo fue una vasija prehispánica con restos de huesos y cerámica, que posteriormente analizarán con pruebas de carbono 14 para determinar su antigüedad.
huesos y de otras pequeñas vasijas, su posición perfectamente vertical y la disposición de sus elementos demuestran que no se trata de material dejado arbitrariamente, sino que fue colocado con algún propósito específico.

Aunque todavía faltan de realizar las pruebas de carbono 14 que permitirán fecharla con exactitud, los arqueólogos universitarios no descartan la posibilidad de que se trate de una osamenta prehispánica, quizá de un niño, pues el tamaño que presentan los primeros vestigios es reducido, además, continuarán las excavaciones alrededor de esa cala, pues consideran posible encontrar más material arqueológico.

De hecho, en otra de las calas cercanas, localizaron también fragmentos de cerámica (al parecer de otra vasija), que los universitarios han marcado y registrado cuidadosamente para reconstruir una vez terminada la excavación y recuperación de material.

Cabe señalar que el trabajo en estas primeras semanas de excavaciones ha sido intenso, basta mencionar que el equipo de investigación (integrado por 18 estudiantes y dos egresadas de la Facultad de Antropología de la UV, además de dos arqueólogos japoneses) trabajan en promedio ocho horas diarias en el sitio, excavando, haciendo mediciones topográficas y tratando de interpretar los datos que obtienen minuto tras minuto.
La investigación recibió 10 mil dólares de la Fundación para el Fomento de Estudios Mesoamericanos de EUA, y el apoyo técnico de arqueólogos japoneses, lo que se suma a los apoyos que recibió del Conacyt y National Geographic desde 1999
La comunidad apoya el proyecto
Luego de este hallazgo, Sara Ladrón de Guevara, investigadora y académica de la UV, y Pierre Massón, geólogo asesor del equipo arqueológico, visitaron Medias Aguas para conocer los avances del trabajo y aprovecharon para agradecer públicamente la colaboración que algunos miembros del pueblo han dado al proyecto desde 1999, tanto en el reconocimiento de superficie como en las excavaciones arqueológicas.

Los universitarios aceptaron que son los trabajadores del pueblo los que sostienen los proyectos arqueológicos, ya que le dan continuidad a las acciones que los investigadores realizan por temporadas, como es el caso de Abraham Martínez Santos, José Martínez Santos y Severiano Terrón Ramírez, quienes han apoyado el proyecto y compartido su enorme experiencia con el equipo universitario desde hace varios años.

También reconocieron el valioso trabajo de los estudiantes de la Facultad de Antropología que son, en palabras de Sara Ladrón de Guevara “el futuro de la arqueología veracruzana”, y la participación de los dos arqueólogos japoneses que han visto en este proyecto una oportunidad de hacer investigación arqueológica de calidad.

Roberto Lunagómez muestra los diferentes
estratos que presentan las excavaciones.
Ubicación de la zona arqueológica
La región de Medias Aguas está ubicada a más de 30 kilómetros de Sayula de Alemán. Es un punto de comunicación importante, pues es donde se empalman la vía ferroviaria que viene del sur del país con la que va hacia
el norte.

Ahí, después de recorrer más de 160 kilómetros a pie, Roberto Lunagómez y su equipo localizaron más de 120 sitios arqueológicos que probablemente fueron ocupados en la época prehispánica. De hecho, según reportes del investigador, Medias Aguas tuvo una primera ocupación prehispánica que corresponde a la época Olmeca (1500 a 1200 años a.C.), pero los últimos estudios (1999) refieren a una ocupación posterior que se puede suponer en el Preclásico medio y quizá, al Clásico tardío y terminal (de 800 a 1000 d.C.).