Año 3 • No. 140 • mayo 17 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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  Vigente, el compromiso de escuelas
Normales con la educación
Alma Espinosa

Francisco Deceano Osorio.
Para la educación en nuestro país el siglo XIX tuvo una gran trascendencia, pues fue justo en ese momento histórico cuando nacieron las primeras escuelas Normales, en un periodo que exigía una gran colaboración en la difusión de los conocimientos y la integración de ideologías.

Debido a que su creación data de dos siglos atrás, es de suponer que ha tejido una gran gama de adecuaciones a lo largo de todos estos años, lo que no significa necesariamente que tales cambios hayan surgido al tiempo que la sociedad lo requería. La muestra más reciente es la reforma de 1996 calificada como tardía por Francisco Deceano Osorio, director general de Normatividad de la Subsecretaría de Educación Básica y Normal de la SEP.
Esta reforma inició prácticamente en 1996 y se podría decir que es ligeramente tardía en relación al Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica firmado en 1992 por los gobiernos de los estados, la SEP y el SNTE.

Después de dicho Acuerdo hubo una serie de transformaciones muy importantes para el sector educativo en nuestro país y entre las más importantes se encuentra la federalización educativa, dijo el también encargado de la coordinación nacional del Programa para la Transformación y el Fortalecimiento Académico de las Escuelas Normales.

Francisco Deceano, quien participó en el seminario Políticas de Educación Superior, impartido en el Instituto de Investigaciones en Educación de la UV, recordó que desde 1984 las escuelas Normales no habían vivido un proceso nacional de renovación, fundado en propósitos claros y con recursos que la propia federación invirtió.

En el Acuerdo se estableció la necesidad de mejorar el funcionamiento, operación y organización de la educación Normal del país. Esto sucedió así porque se reconoció al maestro como un factor clave en el mejoramiento del aprendizaje de los niños y de los adolescentes, comentó.

En entrevista Deceano Osorio detalló que la reforma incluye seis grandes rubros: cambio en los planes y programas de estudio; mejora de la formación de los docentes; mejora de la gestión institucional y el trabajo docente; apoyo a la infraestructura y el equipamiento físico de los planteles; evaluación institucional; y regulación de los servicios.

Los avances que se han tenido a partir de entonces y hasta el presente año han sido diversos, explicó. “Por ejemplo, hoy tenemos un subsistema mucho más centrado en alcanzar ciertas metas de política nacional. Es decir, antes teníamos un subsistema pero con pocas orientaciones claras o referentes específicos en la política educativa nacional. Esa es una cuestión que considero muy importante porque alrededor de este Programa de Transformación hemos podido ir cambiando la construcción de sistemas estatales de formación”.

Otro aspecto, dijo, se refiere al hecho de que se abrió paso a un proceso de renovación que busca sus propios mecanismos para su consolidación e impide a las instituciones aferrarse a una visión del pasado y comienzan así a construir con miras al futuro. Un tercer punto es el inicio de la discusión al interior de las instituciones, pues justamente ahí es donde se está llegando a la discusión de fondo.

“Ahí empezamos a debatir el tema del sindicato, de las cargas académicas, del trabajo docente y sus formas de regulación, de normatividad, la cual está rezagada con relación a las acciones más novedosas y hay una suerte de choque entre la vieja normatividad de tipo organizativo y lo que estamos haciendo recientemente”, concluyó.