Año 3 • No. 140 • mayo 17 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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¿Ser exitoso o ser un “éxito”?
Jay Bildstein (Traducción de Benjamín Cabrera, Facultad de Idiomas)
Una vez leí que hay una diferencia entre querer ser exitoso y querer ser un éxito. El autor explicaba que ser exitoso significa establecer un objetivo y alcanzarlo. En otras palabras tú eres exitoso en algo. Ser un éxito, según su opinión, es algo más. Un éxito significa conseguir los símbolos que están vinculados al ser exitoso en un número de propósitos. El éxito tiene una gran casa, autos lujosos, etc. De ello tenemos la expresión “todos los atavíos del éxito”.

Esta distinción es muy importante. Para ser felices en nuestra vida es obligatorio establecer metas y trabajar para alcanzarlas. Nuestras metas podrían incluir el obtener mejores calificaciones, trabajar en un profesión específica, realizar una hazaña en atletismo, entre otras. El establecer objetivos y lograrlos puede brindarnos el reconocimiento de la sociedad, sin embargo, esa no es la finalidad. Más bien es la búsqueda de la autorrealización, nada más.

El pasar nuestro tiempo trabajando para ser un éxito, por otro lado, tiene su origen en una ética narcisista demasiado común en las sociedades occidentales del siglo XXI. Cuando nos interesamos por los beneficios que se derivan de una serie de esfuerzos exitosos más que por los esfuerzos mismos, tendemos desarrollar una excesiva ambición. La autorrealización no proviene de lo que la gente piensa de nosotros. El crecimiento personal proviene de lo que queremos lograr en nuestra propia vida y de nuestra incesante persistencia por alcanzar lo que tenemos en mente.

Vivir nuestra vida de modo que podamos ser muy respetados por otros es un pacto faustiano que deja sin aliento a nuestra alma por el compromiso de aparentar una personalidad ejemplar. Lo que cuenta al final es lo que realmente creemos y hacemos, no el ser admirados por nuestros juguetes
y títulos.

Los grandes científicos, escritores y músicos de la historia con frecuencia fueron criticados por quienes les rodeaban. Si hubieran escogido el camino de la vanagloria en vez del camino de la creencia personal y la fijación de objetivos, el mundo de hoy sería muy pobre. Por ello, esforzarse por ser exitoso en nuestros propósitos, sí. Esforzarse por ser un éxito, no.
Agradecemos también a Luis Alberto Lara Pérez de la Facultad de Ciencias Agrícolas, segundo periodo meif; Janet Suárez (egresada de la UV); Daniel Chávez Zamudio y Anahí Lara Granda, de la Universidad Mexicana (Unimex); Roxana Elizabeth López Chávez y a Ana L. Grajales Lima, quienes enviaron a nuestra redacción la traducción del artículo titulado: Being Successful or Being a “Success” (publicado en UniVerso 139).