|
|
Autonomía
Sergio Valdivia Navarro |
Todos
al iniciar el estudio de alguna disciplina o de alguna materia en
particular, tendemos a establecer una serie de metas en nuestro futuro.
Estas metas funcionan como un aliciente que siempre mantendremos en
nuestras mentes para poder seguir adelante. Los maestros recomiendan
esta práctica y la ven como una sana visión de los logros
que irán alcanzando, poco a poco, los estudiantes. Sin embargo,
cuando las metas u objetivos no se establecen de una manera realista,
puede resultar contraproducente para nuestro aprendizaje, ya que no
podremos alcanzar dichas metas por más que nos esforcemos.
Y esto terminará con nuestra motivación y nos dejará
con una sensación errónea de nuestras capacidades o
de nuestros maestros o de nuestro entorno educativo.
Tratar de establecer metas alcanzables tanto en tiempo como
en forma es algo que para los intereses de la Autonomía del
Aprendizaje es un punto básico que debemos considerar en cada
momento. Y al hablar específicamente del aprendizaje de un
idioma extranjero, esperamos siempre un dominio de la lengua parecido
al que tenemos del español. Esto, claro, es posible pero normalmente
en ambientes y bajo condiciones muy especiales.
Si pensamos en estudiar un idioma extranjero en México, nuestras
metas toman otro tono que debemos conocer y aceptar. En nuestro país
el idioma oficial es el español y aunque los idiomas extranjeros
existen en el ambiente de la música, los libros, las películas,
la televisión o la Internet, no existen de manera generalizada
como sucede en países donde se habla el idioma que nos proponemos
aprender.
Veamos esto a detalle. Nuestras capacidades de lectura quedarán
definidas no sólo por nuestro conocimiento lingüístico
del idioma extranjero, sino además por nuestro conocimiento
e interés de nuestros temas de lectura. No basta con saber
un idioma extranjero para abordar temas diversos en ese idioma.
Por otro lado, si pensamos en entender el idioma cuando alguien
lo habla, tendremos que reconocer que existen grandes variedades de
ese idioma y que cada una, representa un reto diferente. Así
que tendremos que pensar en cuál es el tipo de lenguaje que
queremos entender para marcar mejor nuestros objetivos a futuro.
El escribir en el idioma extranjero se verá también
definido por el tipo de escritos que estemos interesados en producir.
Cada área del conocimiento requiere de formas y estilos que
debemos conocer y dominar. Y el mundo de la comunicación escrita
en general, marca parámetros que hay que comprender y seleccionar
para aumentar así nuestras competencias en la escritura.
Y finalmente para ubicar nuestras metas en la habilidad oral, tendremos
que estar conscientes que no podremos hablar con la misma soltura
de todos los temas o en cualquier lugar o con cualquier persona. Al
igual que con las habilidades anteriores, hablar debe estar enfocado
a aspectos determinados para que podamos lograr nuestros objetivos.
Todo lo anterior tiene la intención de desmitificar lo que
muchas veces pensamos acerca de aprender un idioma extranjero. Y entre
mejor podamos ubicar nuestros objetivos en tiempo y forma, más
tiempo conservaremos nuestro ánimo, esencial para el desarrollo
de nuestro esfuerzo futuro. (http://www.uv.mx/portalcadi) |
|
|
|
|
|
|
|
|
|