El momento
inaugural del descubrimiento del Inconsciente se marca en el año
de 1893, cuando un médico vienés llamado Sigmund Freud
publica sus Estudios sobre la Histeria. De ahí en adelante
Freud desarrollará por más de 40 años lo que
hoy conocemos como psicoanálisis.
Después
de su muerte, ocurrida en 1939, la clínica y teoría
psicoanalíticas han tenido eco en casi todo el mundo, pero
particularmente en la sociedad occidental.
Debemos
recordar que el psicoanálisis surge ante todo como una terapia
contra el dolor psíquico, contra un sufrimiento que sin tener
un origen físico u orgánico, se manifesta a través
del síntoma histérico, por ejemplo: parálisis,
repulsión, asco, ceguera, etc, síntomas que aparecen
a los ojos de la medicina como inexplicables.
El psicoanálisis
nace en un siglo en plena agonía: el XIX; vive durante todo
el siglo XX y continua en los albores del siglo XXI. Es decir, han
transcurrido poco más de 100 años -y cien años
para una ciencia pueden ser pocos-, y lo extraordinario es que el
psicoanálisis, sin ser precisamente una ciencia aún
cuando tiene el rigor de la misma, subsiste y sus planteamientos
siguen siendo vigentes y actuales.
Tiempos
modernos en donde la ciencia y la tecnología han revolucionado
nuestras vidas como nunca antes en la historia del hombre, época
esta en la que la humanidad ha sido testigo de guerras, genocidios
interminables, devastaciones ecológicas globales, aparición
de nuevas enfermedades, proliferación de religiones, resurgimiento
de conflictos raciales e interétnicos milenarios, en fin,
conflictos que parecen confirmar que el hombre está destinado
a vivir en medio del dolor y de un profundo malestar, ante esto
el psicoanálisis tiene cosas que decir, o al menos, nos abre
la posibilidad de preguntarnos y reflexionar sobre el por qué.
Sin llegar
a dar respuestas, nos proponemos a partir del presente número
hacer algunas reflexiones sobre temas relacionados con nuestra vida
cotidiana desde una lectura psicoanalítica, en este espacio
de UniVerso. Vale la pena mencionar que, si bien en los tiempos
de Freud el discurso psicoanalítico se mantuvo al margen
de cualquier forma de institución, en los tiempos actuales,
estos prejuicios han disminuido y la universidad, como institución,
en tanto sede del pensamiento universal, se ha tornado en suelo
fértil para el psicoanálisis.
En lo
que respecta a la Universidad Veracruzana ha sido digna hospitalaria
del discurso psicoanalítico, ya que desde hace varios años
en el interior de la misma se han impartido cursos y seminarios,
así como, durante dos generaciones, la maestría en
Teoría Psicoanalítica, lo que no ha implicado la formación
de psicoanalistas, pues para ello se requiere de haberse analizado
por lo menos dos años, así como de la supervisión
de casos.
Muchas
y diversas son las interrogantes que tenemos inquietud de abordar
y reflexionar, entre ellas preguntarnos, por ejemplo, ¿es
acaso el psicoanálisis exclusivamente una teoría sobre
la sexualidad y los instintos? ¿Los complejos de Edipo y
castración mantienen su vigencia universal? ¿Cuál
es la diferencia fundamental del psicoanálisis con la psiquiatría,
la psicología y las terapias convencionales? Freud estudio
las neurosis, las perversiones y las psicosis como las tres grandes
psicopatologías ¿Es posible la existencia de otras?
¿Puede haber en la vida cotidiana de los sujetos, algo que
escape al campo de lo sexual? ¿El psicoanálisis puede
considerarse como una nueva concepción del mundo o una filosofía?
Preguntas complejas que dan pie para temas a desarrollar apoyándonos
fundamentalmente en Freud y Lacan.
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