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En
presencia de Marina Castaño viuda de Cela
Rinde UV homenaje póstumo a Camilo José Cela
Edgar Onofre |
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La
UV rindió homenaje póstumo al Premio Nobel de Literatura,
Camilo José Cela, probablemente el escritor español
más importante desde Miguel de Cervantes, cuya prolífica
obra enriqueció nuestra lengua, reanimó la literatura
española e internacional y reunió en torno suyo
la atención del mundo de las letras.
Con la presencia de Marina Castaño viuda de Cela, presidenta
de la Fundación Camilo José Cela, y
del gobernador, Miguel Alemán Velazco integrante
del Patronato de esta fundación y del Premio Príncipe
de Asturias, la comunidad universitaria, encabezada
por el rector, Víctor Arredondo, rindió homenaje
post mortem al autor de novelas fundamentales de la literatura
escrita en español como La Familia de Pascual Duarte, Baraja
de invenciones, Nuevas andanzas de Lazarillo de Tormes, La Colmena
y Mrs. Caldwell habla con su hijo.
Camilo José Cela es uno de los novelistas más
importantes y consistentes de la novela española del siglo
XX, un escritor que a pesar del éxito alcanzado con cada
obra nunca dudó en poner en juego una nueva técnica
novelística y que, como estratega de la narración
y adelantado del estilo, puede figurar sin desdoro al lado de
Cervantes, Quevedo, Mateo Alemán, Galdós, Valle-Inclán
y Pío Baroja, aseguró el especialista del
Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias
(IILL) de la UV, Manuel Sol Tlachi.
Según explicó Marina Castaño, Cela jugó
un papel fundamental en la recuperación de la obra de los
talentos exiliados luego de la Guerra Civil española, cuando
escritores de la talla de Luis Cernuda, Manuel Altolaguirre, Emilio
Prados, León Felipe, María Zambrano, Josep Carner
y Max Aub, desde México, al igual que Rafael Alberti y
Francisco Ayala, desde Argentina, o José Bergamín
y Corpus Bargas, desde Francia, tuvieron en la afamada revista
Papeles de Son Armadans un reencuentro con la patria.
A través de autores como éstos, Camilo José
Cela pudo entrar en contacto con escritores mexicanos que empezaron
a publicar en España y fue así como Octavio Paz
y María Zambrano iniciaron una estrecha colaboración
con el escritor español. La relación del Nobel con
la nación mexicana quedó establecida en 1974 bajo
las palabras quiero que sepáis que México,
este oasis de paz en un mundo de estúpida violencia, también
está en la casa de nuestros corazones.
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El rector
Víctor Arredondo, la maestra Estrella X. Dorantes, y el gobernador,
Miguel Alemán Velazco, acompañan a Marina Castaño
Vda. de Cela.
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Cela
regresaría a México en 1980 para participar en distintos
coloquios al lado de quien Castaño llamó su vecino
de Nobel, Octavio Paz, pues el escritor español recibió
la más alta distinción de las letras mundiales en 1989
y el mexicano en 1990. Durante su última visita a nuestro país,
en 1997, explicó, Cela convocó a la defensa de nuestra
lengua común, a la que consideraba una herramienta primordial,
insustituible por ninguna otra y necesaria para darnos sentido y presencia
y abrir las más amplias perspectivas a nuestros anhelos. |
Tanto
Castaño como Sol Tlachi coincidieron en destacar las palabras
que Cela pronunció el día en que inauguró la
fundación que lleva su nombre: Considero mi deber la
devolución a mi país de todo lo mucho que me dio. Entiendo
la función social de la propiedad y creo en las bibliotecas,
en las aulas y en la cultura, ese motor de los pueblos que separa
la prosperidad de la miseria.
Un año antes de incorporarse a la Real Academia Española
de la Lengua, en 1956, Camilo José Cela creó y dirigió
una de las publicaciones fundamentales para la literatura escrita
en lengua española, Papeles de Son Armadans, donde acogió
y a partir de la que despegaron conocidas firmas del extranjero y
españolas y en la que las lenguas de la periferia maldita,
que Cela consideraba tan españolas como el castellano, también
hallaron refugio, pluralidad de ideas y pluralidad lingüística.
Destacan
lazos entre la UV y la Fundación Cela
La UV y la Fundación Camilo José Cela
han establecido nexos para la colaboración en materia de
intercambio cultural y académico, junto con la Universidad
de Santiago de Compostela, en España, destacó el investigador
Manuel Sol Tlachi.
A decir de su presidenta, Marina Castaño viuda de Cela, la
Fundación Cela (www.fundacioncela.com)
ofrece, en Iria Flavia, A Coruña, España, ciudad natal
del escritor, los borradores y manuscritos del total de la obra
de Cela, tesis doctorales, monografías y libros de crítica
dedicados al legado del autor, además de cientos de títulos,
condecoraciones y premios (entre los que destacan el Nobel, el Cervantes
y el Príncipe de Asturias), pinturas, objetos de arte y todo
aquello que refleja la influencia de Cela en la cultura y la sociedad
de su época.
La Fundación resguarda poco más de 500 cuadros originales
de los grandes autores del arte contemporáneo como Picasso
y Miró, entre muchos otros, y objetos de colección
que atestiguan sus vínculos estrechos con otros grandes de
la literatura universal como Ernest Hemingway, John Dos Passos o
Joseph Pla.
Además del museo ferrocarrilero John Trulock, la sede de
la Fundación resguarda un epistolario de más de nueve
mil ejemplares que incluye a todos los protagonistas de la vida
cultural española y extranjera de la segunda mitad del siglo
XX, más de 40 mil volúmenes en su biblioteca, 13 colecciones
permanentes y una hemeroteca con más de mil 200 ejemplares
de periódicos y revistas donde los estudiosos de Cela y la
literatura española en general pueden abocarse a la investigación
de su herencia cultural.
En tanto, Ana Mari Gomís, académica de la unam, dijo
que a Camilo José Cela le persiguió siempre el paradójico
éxito de ser la cabeza más destacada a lo largo
de más de medio siglo, añadiéndole a su esfuerzo
el de resultar para algunos, incluso para quienes se decían
amigos o hijos literarios, desconcertante o molesto en ocasiones.
Finalmente, aseguró que, el premio Nobel de Literatura (1989),
por su extensión y profundidad de su obra Cela en caja en
la denominación de Continente y Océano.
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