Año 4 • No. 157 • octubre 25 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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Espectacular muestra de altares
en el Instituto de Antropología

Gina Sotelo

Una vez más y siguiendo la tradición, el Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana abre sus puertas a los vivos para que convivan con los muertos en su muestra de altares, exposición que se ha convertido sin duda en el festejo más importante del año para el Instituto.

Altares Totonacos de Veracruz comprenderá los altares típicos de Xalapa, El Tajín, Sierra de Papapantla y Atzalan, que este año han sido elaborados a escala uno a uno como si fuera una vivienda vernácula en la que se incluirán todos los elementos típicos según la zona.

La muestra de este año será inaugurada en la Sala de Exposiciones Temporales “José Luis Melgarejo Vivanco” del Instituto de Antropología de la uv ubicado en la avenida 20 de Noviembre frente al Museo de Antropología, este miércoles 27 de octubre a partir de las 19:30 horas y cuya entrada es abierta al público en general.

Para esta detallada empresa Alfonso García García asesorado por los antropólogos Héctor Parra y Román Güemes diseñó los altares y ambientó el espacio de manera tan real y fiel que el visitante que los recorra se sentirá guiado por el caminito de pétalos de flor de cempasúchil que invita a los finados a comer los platillos ofrendados, embelesado por olor a incienso y maravillado por el colorido del papel picado.


Alfonso García.
Al llegar el visitante al Instituto se transportará de manera mágica al otro mundo: arcos floridos en un panteón que –aunque suene paradójico– no puede ser más bello: los colores, los olores, los sabores, la atmósfera. Y para dar la bienvenida al visitante y guiarlo en este recorrido de ultratumba, una pareja de calacas pelonas y flacas vestidas a la usanza totonaca.

Complementando la muestra, será inaugurada la exposición fotográfica El panteón, entre vivos y muertos que presentan los alumnos de la Facultad de Antropología de la UV. Esta exposición comprende imágenes sobre el tema del camposanto que fueron tomadas en los panteones de Coxquihui, Las Vigas, Naolinco, Huehuetlán y Xalapa.
La museografía corre a cargo de los propios estudiantes quienes en lugar de titular sus imágenes de manera tradicional elaboraron una serie de décimas que versan sobre los rostros de los fieles difuntos, sus familiares y el lugar que se ha convertido para ellos en su última morada.

Danzas de Papantla correrán a cargo del Ballet Folklórico de la UV, dirigido por el maestro Miguel Vélez Arceo y Tlen Huicani con Alberto de la Rosa al frente, quienes han preparado para esta ocasión un programa especial que incluye Moros y Españoles, Ceremonial para una boda, Danza de negros y Guaguas.

La comida para los vivos y para los muertos nunca falta en las muestras de altares del Instituto. Para los que han partido al Mictlán no faltan los platos de barro cocido con alimentos frescos, los cigarros y el aguardiente, para los vivos habrá los tradicionales tamales, el chocolate y el pan de muerto.

Altares Totonacos de Veracruz, que será inaugurada el miércoles, podrá visitarse también el jueves y viernes y la entrada a esta muestra no tiene costo alguno.

Altares en Veracruz y el culto al Mictlán.

La historia y tradiciones de Veracruz es amplia como pocas y tan antigua como el gran Mictlantecuhtli, imponente señor del “Mundo de los Muertos” que se veneró antaño en los pueblos de Mesoamércia y que aún hoy cobra vida no sólo entre las etnias veracruzanas, sino entre millones de seguidores que siguen rindiendo culto a los muertos.

En la Universidad Veracruzana investigadoras como Lourdes Beauregard García y Lourdes Aquino Rodríguez han hecho serias investigaciones sobre los altares de muertos, estudios que han quedado sintetizados en libros como Muerte, Altares y Ofrenda.

En esta investigación se resalta la importancia de mantener vivas estas tradiciones tan mexicanas y que al paso del tiempo prevalecen en las regiones culturales de Veracruz comenzando por el sur y ubicándose en las etnias nahua, zoque-popoluca y mixe-popoluca.

Para Muerte Altares y Ofrenda dividieron la región centro en nahuas de Zongolica, mestizos de Córdoba y de Xalapa. El área conocida como Totonacapan está integrada por los reductos indígenas totonacas de la Sierra de Chiconquiaco, Misantla y la más conocida Sierra de Papantla. La parte norte está compuesta por los grupos indígenas nahuas, tepehuas otomíes y huastecos.

A lo largo de este interesante trabajo, las investigadoras proponen que una muestra de la profundidad del culto a los muertos en Veracruz es el hallazgo del Mictlantecuhtli, en el municipio de Ignacio de la Llave en la congregación El Zapotal. Se trata de una escultura en barro crudo policromado, con gran cantidad de atributos que facilitan su identificación, rodeada de un sinnúmero de entierros primarios individuales y colectivos y con una gran ofrenda de piezas de belleza plástica.

Se cree que los antiguos pobladores de Veracruz hablaban de diversas formas de morir y el lugar a donde iban las almas dependía de las actividades que habían desarrollado en vida, siendo los sitios más comunes el Mictlán o inframundo, en el que reinaba Mictlantecuhtli, el Tlalocan o paraíso de Tláloc -Dios de la Lluvia- al que iban los ahogados, los fulminados por el rayo, de lepra o hidrópicos.

Al cielo del Oriente o Cihuatlampan iban las mujeres muertas durante el parto y al Poniente o Tonatiuhichan los guerreros muertos en combate o en la piedra de los sacrificios.

En Veracruz se encuentran vestigios de entierros en el periodo Posclásico (900 a 1521), cuando se generalizó el uso de verdaderos cementerios, varios de ellos incluso dentro de las mismas ciudades. Auténticas ciudades cementerios son Quiahuiztlán, Texuc, La Pedrera, Comapan o Zentla, entre otras.

En el centro y sur del estado se hallan mausoleos que a menudo tienen forma de templos en miniatura, con puertas y nichos donde se depositaron huesos y ofrendas.

En las antiguas casas de los pobladores de Veracruz se levantaban altares adornados con flores en el que prevalecen las frutas, el copal, los tamales, el mole, los dulces de calabaza y hasta el aguardiente, tradición que –por fortuna para Veracruz y el mundo– aún se mantiene viva.

 
En otras culturas

El Halloween llega a América con su marketing de fácil consumo. Niños salen a las calles vestidos de brujas, fantasmas, dráculas y hasta calabazas pidiendo “dulces o travesuras”. Esta tradición parece mezclarse con las costumbres locales en países como México, aunque no sólo aquí, donde se recuerda a los muertos.

En las más antiguas costumbres, como la china o la egipcia, el culto a los muertos es símbolo de unión familiar. Las grandes pirámides a manera de mausoleos nos hablan de la grandeza de los que llegan al más allá.

En la cultura china por ejemplo, en los aniversarios, se quemaba incienso, se encendían candelas y colocaban ofrendas de alimentos sobre un altar.
  Eran los días en los que se recordaban las grandes deudas que se tenían con los antepasados.

Los antiguos egipcios creían que el individuo tenía dos espíritus: Cuando fallece, uno va al más allá y el segundo queda vagando en el espacio, por lo que tiene necesidad de comer. Consideraban que este espíritu vivía en el cuerpo que ellos cuidadosamente habían embalsamado, de esta manera el espíritu podía seguir existiendo. Este espíritu era quien recibía las ofrendas.