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Ofrecen
12 funciones en el Teatro de la Ciudad...
Sorprende Jarocho a los capitalinos
Gina Sotelo
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México,DF-
Regalo sincero de Veracruz a los capitalinos ha sido el espectáculo
promovido por el Gobierno del Estado de Veracruz y la Universidad
Veracruzana, Jarocho, que desde el 12 de noviembre, y porque
el público así lo pidió, regresó al bellísimo
Teatro de la Ciudad.
Fue en junio de este 2004 la primera vez que Jarocho sorprendió
a los metropolitanos, sin embargo, fueron insuficientes las fechas
ofrecidas en ese entonces y es que los lugares resultaron entonces
muy demandados agotando las localidades lo que llevó al staff
de Jarocho de nuevo al Distrito Federal.
Además de los espectáculos para el público en
general, Jarocho ha tenido gran demanda por parte de compañías
y empresas privadas quienes disfrutan de una selección del
show que dura una hora y que puede presentarse fácilmente en
casi cualquier sitio.
Luego de su actuación en Xalapa, el Puerto de Veracruz, Cancún
y ahora el DF, Jarocho ampliará su gira en el 2005 cuando
visitarán la ciudad de Monterrey, Saltillo y Guadalajara en
territorio nacional, pero la aceptación del espectáculo
ha sido tanta, que han recibido invitaciones para visitar Alemania,
España, Lituania y algunas ciudades de la Unión Americana.
El elenco del show se ha ido renovando desde su estreno a la
fecha, actualmente hay nuevos bailarines afrocubanos, bailarines de
danza contemporánea y nuevos integrantes del ensamble, aunque
los consolidados Vanessa Guevara, Ernesto Luna y María Juncal
siguen siendo piezas claves en el espectáculo.
Así, de nueva cuenta el Teatro de la Ciudad se convierte sin
duda en el espacio ideal que rodeó al talento veracruzano fascinando
a cada uno de los presentes. No podía ser mejor la reacción
del público, así se vio en sus caras, se escuchó
en sus aplausos y quedó constatado en las encuestas que con
miras de mejorar las presentaciones se realizan al final de
cada función.
Desde la sorprendente Obertura que a todos deja sin aliento,
número tras número, el público enmudece y se
paraliza al ver emerger de la oscuridad del escenario y uno por uno
a los orgullosos bailarines, ceñidos en terciopelo negro y
transparencias. Las pulcrísimas coreografías embelesan
y seducen, para abrir boca, nada mejor que este impresionante comienzo.
Zapateado combina sus melodías y giros armónicos
con elementos del rock progresivo en los que intervienen, como detalle
de asombrosa eficacia, los instrumentos tradicionales del son jarocho.
Gallardas evoluciones, cálida sonrisa de ejecutantes coreográficos
abren el derrotero escénico al gesto altivo de profundo orgullo
veracruzano que, con la barbilla en alto y la mirada clavada en el
infinito, motivó los aplausos hasta en un par de ocasiones
antes de concluir el primero de los actos.
Una vez más, la estilización de la leyenda de La
bruja resultó uno de los momentos culminantes del espectáculo.
En la Gran Ciudad es desconocida la mítica historia de la mujer
aficionada a las artes ocultas que fascinaba al hombre que se propusiera
conquistar.
En Jarocho esta fantasía cobra una atmósfera
sombría de claroscuros y sonidos distantes, que parecía
convocar antiquísimas leyendas veracruzanas alrededor del cortejo
entre la hechicera y el varón embrujado, representado por solistas
que combinaron la danza clásica y contemporánea. Completaron
el cuadro una
docena de bailarinas que apenas iluminan la asfixiante penumbra con
velas en las manos.
Siguen Jarjazz, espacio en el que lo músicos lucen sus
talentos; Raíces, que es el reflejo de una mezcla de
sangre negra y mestiza que hoy compone nuestra identidad; Ritmo, lucha
frontal entre el solo de batería y de zapateado; La sirena,
un lamento sutil de arpa y flauta que imita el encantamiento de estos
seres míticos que acompañan las grandes aventuras marinas.
Todo se dio en fascinante sucesión que sorprendió gratamente.
La segunda parte, Recuperar el destino, el verdadero Guacamole
es preparado al momento por músicos, la sazón es producto
de ritmos disímbolos combinados de manera experta. Vinieron
después Salón Veracruz, que nos conduce hasta
lo más profundo del danzón. Desde Tlacotalpan y la Cuenca
del Papaloapan llegó El Torito, con todo su color y
sabor. La noche cubana es fiesta bullanguera que se goza a
flor de piel.
Impresionante la interpretación de La Malagueña,
el acto es sencillo pero profundo, íntimo, casi secreto. Jarocho
le sigue y el clímax llega con La Bamba ese tema que
nos une como pueblo y que hace sentir como suyo a cualquiera que lo
interpreta, al final, el goce total de bailarines y público
en una comunión delirante.
Y Jarocho sigue en pie con su cometido de conquistar al mundo
y llevar el nombre de Veracruz de una manera digna y orgullosa a las
principales plazas del globo. Sólo es cuestión de tiempo.
Para consultar más acerca de este espectáculo se invita
a consultar la página electrónica www.jarocho.net o
al correo electrónico info@jarocho.net
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