Año 5 • No. 161 • noviembre 29 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Páginas Centrales

 Información General

 Compromiso Social


 Arte Universitario


 Date Vuelo

 Halcones al Vuelo


 Contraportada


Créditos

   100 % UV
Edgar Onofre, ejemplo universitario
Gina Sotelo
Con menos de cinco años la revista Gaceta de la Universidad Veracruzana ha sido protagonista de dos premios estatales de periodismo, lo que refrenda la calidad que reviste la información del quehacer universitario, entre la propia uv como en la sociedad, pues ha tenido entre sus filas de colaboradores a dos ganadores.

El primero lo obtuvo, en el 2000, Claudia Domínguez por las entrevistas realizadas a William Martín Flower, Jacques Lafaye, Mauricio Beuchot, Guillermo Zermeño, Luis Fernando Lara, Sergio Pitol y Emilio Carballido, en ese entonces recibió 10 mil pesos por parte de la Asociación de Periodistas del Estado de Veracruz (APEV) y el más reciente, convocado por el Patronato “Rubén Pabello Acosta” que fue otorgado a Edgar Onofre Fernández Serratos, en la categoría de divulgación científica y cultural, por su entrevista al filósofo francés, autor del método del pensamiento complejo, Edgar Morin.

Cuando estaba cursando la carrera de Ciencias de la Comunicación de la uv en el Puerto de Veracruz, Edgar Onofre supo que quería ser periodista, sin embargo, no todo era como esperaba: “Cuando entras a estudiar la carrera de comunicación y preguntas a los chavos a qué se quieren dedicar, la mayoría te contesta mil cosas, pero pocos te dicen ‘yo quiero ser reportero’. Y yo eso era lo que quería hacer, porque a mí el periodismo me gusta”.


Edgar Onofre Fernández.
Pero en el transcurso de la carrera Onofre se dio cuenta del funcionamiento de los medios, a lo que verdaderamente se dedican, cosa que –en sus palabras– lo desilusionó como oficio, sin ejercerlo aún: “Estaba harto de los manejos de la prensa y esto solamente como lector, así que cuando salí de la carrera tenía la idea de que el oficio tenía que ver más con triquiñuelas y corrupción que con un ejercicio noble como lo es el del periodismo”.

Desencantado de ver cómo ha sido distorsionada por algunos medios de información esa tarea, que calificó como noble, probó suerte en el Departamento de Prensa, dependiente de la Dirección de Comunicación Social de la Universidad Veracruzana en 2002, donde desde entonces se desempeña como reportero.
Muy a tiempo Onofre descubrió que tenía una habilidad especial para escribir, destreza lógica partiendo de que siempre ha sido un ávido lector. Curiosamente empezó a escribir en un grupo de rock pesado, que se formó en la preparatoria.

Así lo recuerda: “Tocábamos metal pesado y yo escribía las letras de las canciones y me arranqué dizque a escribir versos; de repente me di cuenta que me gustaba también escribir otras cosas, como cuentos o relatos y ya en la facultad mis maestros me alentaron a escribir de manera más formal”. Sus inicios como escritor los hizo en su facultad al escribir para las revistas La masa, El túnel y La tíviri.

Como una muestra de que para saber escribir hay que ser un buen lector, Edgar recuerda las palabras del escritor Elmer Mendoza quien le dijo que para poder escribir una novela habría que leer 400, palabras que no son fórmula pero que el joven escritor tomó muy en serio: “Para los que no tenemos un talento muy especial, no nos queda más que la disciplina”.

La entrevista que realizó al filósofo francés Edgar Morin, por la cual le otorgarán el Premio Estatal de Periodismo “Rubén Pabello Acosta”, fue publicada en la revista Gaceta de la UV, en su edición trimestral de enero-marzo de este 2004. Un día antes Onofre devoró literalmente todo lo que tenía a su alcance sobre el representante del pensamiento complejo, el resultado fue una avalancha de 60 preguntas de las que al final únicamente hizo 12.

Morin había llegado a Xalapa invitado por la UV a recibir el doctorado Honoris Causa y la personalidad del filósofo impresionó al joven reportero: “Morin es lo que nosotros calificaríamos como un viejo sabio, cada cosa que dice es pura sabiduría”.

La anécdota es que apenas Onofre había realizado dos de su alud de preguntas cuando le informan que Morin debía tomar un vuelo que lo llevaría a Tlacotlapan. Edgar Morin fue quien propuso que la entrevista se hiciera en el trayecto del hotel al aeropuerto El Encero así que sólo hubo tiempo para una docena de preguntas.

La premura del momento obligó al reportero a desechar 48 de las preguntas que llevaba preparadas y optó por plantear aquellas que tuvieran que ver con su vida o la de cualquier persona: “En un segundo opté por las preguntas que tienen que ver con nuestro futuro, la esperanza, la ilusión, la maldad, la inteligencia y dejé las preguntas más rebuscadas fuera”.

Edgar considera que el éxito de sus entrevistas radica en respetar la pureza del género. Sobre el tema Edgar opina que últimamente los periodistas dejaron de ser los cronistas de la vida social para convertirse en protagonistas: “Hoy lees una entrevista y la pregunta que plantea el entrevistador termina siendo un tratado sobre el tema y se supone que te interesa la opinión del otro, al menos es lo que yo pienso”.

En el concurso “Rubén Pabello Acosta”, Edgar contendió con periodistas “de oficio” y él, como reportero universitario considera que fue su formación académica lo que lo colocó en ventaja: “Más que práctica o lírica tuve la oportunidad de plantearme las cosas antes de hacerlas, de bosquejar”.

Añadió que por fortuna –como reportero universitario– no siente la premura de hacer una nota: “La entrevista es padre porque a diferencia de una nota informativa, puedes disponer de más tiempo. Tienes tiempo de pensarla, planearla y entregarla cuidando la manera como la vas a presentar”.


Edgar Onofre recibe de manos del gobernador
electo de Veracruz, Fidel Herrera, el premio estatal
de periodismo Rubén Pabello Acosta.
 
Rebelde nato, malhablado y desenfadado, en su corta pero fructífera carrera laboral, Onofre se ha topado con la incredulidad, necedad y el acartonamiento de las llamadas “buenas formas”. Razón de más para disfrutar este reconocimiento que el propio gremio periodístico le otorga.

Al respecto comentó: “Es muy bonito que me haya pasado porque cuando la gente no cree que eres capaz de hacer algo y tú demuestras que sí, ya es valioso. Pero cuando, además, demuestras que puedes hacer las cosas lo suficientemente bien como para que un jurado decida otorgarte un premio, me parece fantástico”.

La UV tiene una tradición como generadora y difusora de la cultura. Específicamente de la revista Gaceta Onofre destacó que al ser un órgano universitario, dista de ser sólo una “vitrina” para sus dueños o directores: “Existe un espacio, una proporción, donde puedes desempeñar otro tipo de trabajo”.

Y agregó: “Oportunidades como las que de dan las gacetas de la UV, del ciesas o de la UNAM no te las da tan fácilmente un periódico. Recordemos que la prensa tiene compromisos con el poder o comerciales y aquí nosotros tenemos la oportunidad de hacer un bonito reportaje, una crónica o una entrevista. Esta es la parte que más disfruto de la Gaceta, lo que no tiene que ver con lo institucional y que da libertad de hacer muchas cosas”.

De las entrevistas que ha hecho en los dos pasados años ha disfrutado las que relaizó a Héctor Schmucler, Tullio Seppilli y Beatriz Pagés. Los entrevistados de sus sueños serían definitivamente Michel Hollebecq, Tom Yorke, Jerome David Salinger y John Anthony Gillis.

En 2001 y 2004 Edgar recibió otros dos reconocimientos: las becas del Programa de Estímulos a la Creación Literaria que otorga Conaculta (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes) por proyectos para libros de cuentos.

Cuando no está leyendo, escribiendo o escuchando música Edgar disfruta de caminar, particularmente por las noches, le gusta estar con sus amigos y para sorpresa propia, ha descubierto que últimamente le gusta mucho estar con su familia.

Si el mismo Onofre tuviera que entrevistarse a sí mismo le gustaría abordar temas sobre el mundo en el que vivimos, los mitos y ficciones sociales.

En este momento está leyendo Cuentos de soldados y civiles de Ambrose Bierse y está escuchando la llamada música black message de los 70; Aretha Franklin, James Brown y demás músicos de soul norteamericanos.

Onofre propone que hay que revisar lo que se está haciendo como reporteros, columnistas, entrevistadores, jefes de información, directores o dueños de periódicos: “Parece que en el periodismo nos dedicamos más al golpeteo de las instituciones para obtener ciertos beneficios, que a la tarea esencial que es contarle a los lectores qué es lo que ocurre en la comunidad. Hay historias tristes, pero también hay historias alegres y hay quienes tienen el gusto de leerte, eso no lo debemos perder de vista”.