Año 5 • No. 161 • noviembre 29 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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Estudian en la UV ubicación y actividad del “reloj” biológico
Edith Escalón

La existencia de un “reloj biológico”, un mecanismo con el que cuentan los seres vivos y que les permite saber qué hora es, sincronizando así las diversas actividades en las que ocupan su vida, no es sólo un mito, sino que está comprobada científicamente, aseguró Mario Caba, integrante del Instituto de Investigaciones Biológicas de la Universidad Veracruzana.

Al participar en las Jornadas Estudiantiles 2004, un encuentro promovido por estudiantes de la Facultad de Química Farmacéutica Biológica de la UV, el investigador dejó claro que ha sido el trabajo científico el que ha permitido localizar los puntos exactos, en el organismo de los seres vivos, que regulan el reloj biológico.

Recordó que fue desde 1729 cuando un geólogo francés describió claramente la existencia de “eventos rítmicos bajo condiciones constantes”, esto es, cuando los organismos se ven privados de las señales que les proporciona el mundo exterior, y aún así, actúan como si los tuvieran.

“Al observar una planta mantenida en una habitación cerrada y a oscuras, el geólogo se dio cuenta que las hojas tenían movimientos rítmicos periódicos aun sin luz”. Según explicó Mario Caba, a esa persistencia hoy se le conoce como una propiedad fundamental de los “ciclos circádicos” de todos los seres vivos, ritmos biológicos que son controlados desde el interior del organismo.

Explicó que en circunstancias normales, el desfase de estos relojes no se produce ya que las señales externas reajustan los relojes cada día, y aunque el indicador más importante es la luz solar, muchos organismos pueden utilizar otras variaciones rítmicas u otros estímulos sensoriales para reajustar sus relojes internos.

Sin embargo, dijo que cuando el desfase cronométrico es importante, el reajuste completo puede tardar varios días: “¿Quién no ha tenido que esperar algún tiempo antes de adaptarse a los cambios del horario de verano o de invierno, o padecido los trastornos del llamado jet lag en los viajes de un continente a otro?”, dijo por mencionar sólo unos ejemplos.

El jet lag, añadió, aparece cuando cambiamos de zona horaria, lo que engaña a nuestro reloj biológico. Por ejemplo, ese fenómeno ocurre cuando se vuela de Nueva York a Madrid, lo que significa una diferencia de seis horas más tarde. La consecuencia de ese drástico cambio de horario es que generalmente aparecen síntomas tales como insomnio, desorientación, ojos, nariz y oídos irritados, dolores de cabeza y otros.

Mario Caba mencionó que los científicos han propuesto que en el reino animal tal vez existan varios osciladores (marcadores de tiempo) circádicos que actúan en un mismo organismo, pero al mismo tiempo hay un reloj dominante que emite señales cronométricas al resto del organismo.

“Este reloj desencadena la liberación de sustancias (por ejemplo, una hormona) o señales eléctricas que ponen en marcha una respuesta determinada. En algunos organismos está en los ojos, en otros, en el cerebro; en los mamíferos se ha mostrado que un reloj biológico dominante se encuentra dentro de un área en la base del cerebro denominada hipotálamo, específicamente en los núcleos supraquiasmáticos, que se encargan de marcar el ritmo de la mayoría de las funciones vitales del organismo.

Respeto a la importancia de la investigación, comentó que es importante percatarnos de que los seres humanos diferimos en nuestro estilo de vida de las demás especies: “Hemos modificado poco a poco los horarios ‘establecidos’ por la naturaleza”.

Esas modificaciones tienen consecuencias para nuestro organismo en el largo plazo, así como el deterioro gradual de la salud. Entre los casos más comunes se encuentran la depresión, la alteración de los ciclos menstruales, la disminución de la libido, los problemas digestivos o la fatiga, por sólo mencionar algunos.

“Es por ello que el desarrollo de la investigación enfocada al estudio de la anatomía y la función de las áreas que intervienen en los ciclos biológicos es tan importante. Ese conocimiento también ha ayudado a comprender por qué cada especie manifiesta ritmos biológicos tan definidos y característicos. En el caso de nuestra especie, se aporta además el conocimiento necesario para mejorar los problemas referidos a la alteración de los ciclos biológicos”, señaló.

Los interesados en este tema pueden contactarlo en los teléfonos en Xalapa: (01-228) 812-5757 y 812-5746, o al correo electrónico: mcaba@uv.mx.