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Promueve proyecto colectivo de conservación y desarrollo
La
UV, comprometida a fondo en el rescate
de los manglares
Juan Carlos Plata (Foto: Luis Fernando Fernández) |
Catemaco,
Ver.- Con un trabajo de casi 20 años de investigación
en la zona de manglares de Sontecomapan, que le permite contar
con un diagnóstico claro y profundo de la región
de Los Tuxtlas, la Universidad Veracruzana se ha propuesto promover
un proyecto único de conservación y desarrollo,
que integre las iniciativas de los gobiernos federal, estatal
y municipales, instituciones educativas como la UNAM, cooperativas
de pescadores, autoridades ejidales y los pobladores de las comunidades
que rodean la laguna enclavada en el municipio de Catemaco.
Con la finalidad de promover la investigación científica
de la flora y la fauna de este ecosistema, la conservación
de la laguna, el aprovechamiento de los recursos naturales y el
desarrollo comunitario de la zona, la UV está comprometida
a ser catalizador del esfuerzo conjunto de todos los actores involucrados
en la zona.
En este tenor, el rector Raúl Arias Lovillo entregó
al gobernador Fidel Herrera Beltrán, una iniciativa mediante
la cual se pretende crear un complejo turístico, que incluye,
en su primera etapa, la renovación del embarcadero de la
laguna de Sontecomapan y la creación de un sitio de lanchas
de pedales destinadas al turismo, entre otras múltiples
propuestas que se enmarcan en el Plan de Manejo del Manglar que
realizaron investigadores del Instituto de Neuroetología,
centro universitario que desde 2000 tiene en custodia esta zona
de la Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas.
Presencia
y acciones de la UV
Domingo Canales Espinosa, director del Instituto de Nueroetología
de la uv, explica la manera en que la UV se hizo cargo del custodio
de esta importante área de manglares.
“En 1999, fecha en que fue publicado el decreto de Reserva
la Biosfera de Los Tuxtlas, el Manglar de Sontecomapan extrañamente
había quedado fuera de esa área natural protegida;
nosotros, al estar aquí como residentes, nos dimos cuenta
de este error y solicitamos que los manglares se incluyeran en
la Reserva de la Biosfera, además, solicitamos, a través
de la Semarnat que se entregara el manglar de Sontecomapan en
custodia a la UV”.
De esa manera, el 22 de junio de 2000, la Secretaría del
Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) emitió
un título de concesión en el que se autoriza a la
Universidad Veracruzana ocupar y aprovechar casi 400 hectáreas
de zona federal marítima terrestre, concesión que
tiene una vigencia de 25 años.
Sin embargo, la presencia de la uv en Los Tuxtlas tiene una larga
historia. Desde 1987, la Universidad tiene una estación
de Biología en el municipio de Catemaco, (en el kilómetro
8.5 de la carretera a Coyame) y, a partir de que se hizo cargo
del cuidado de la zona, se establecieron objetivos de investigación,
conservación y de educación para la zona.
Estos objetivos también fueron calendarizados a corto (uno
a cinco años), mediano (cinco a 10 años) y largo
plazo (10 a 25 años).
El primero de los objetivos a corto plazo fue la elaboración
de un censo de población de fauna y flora del ecosistema
y la integración de un Plan de Manejo, que delimitara las
acciones a realizar para rehabilitar las zonas más dañadas.
Las actividades de investigación han sido constantes desde
1987 y ha llevado a desarrollar técnicas que ayudan a la
rápida diseminación de las semillas de mangle para
acelerar el proceso de reforestación de la zona.
“La manera tradicional de reforestar, es sembrando lo que
se llama ‘lapicero’, que son los frutos de los árboles
grandes, normalmente caen y se insertan en la tierra y empiezan
a crecer, pero ese proceso tarda muchísimo, y en los programas
de reforestación hay una mortandad muy elevada.
“Lo que nosotros hemos hecho y nos ha resultado es hacerle
una pequeña incisión a una rama de dos o tres metros
y ahí colocar el ‘lapicero’, y en un mes o
mes y medio, ya tenemos ahí otro arbolito, porque en ese
fisura empieza a desarrollar raíces, entonces le estamos
ganando a la naturaleza muchísimos años y podemos
reforestar mas áreas en poco tiempo, porque de un solo
árbol de manglar podemos sacar 50”, dijo el investigador
del Instituto de Neutoetología, Gustavo Carmona Díaz.
Por su parte, Domingo Canales habló de los objetivos de
la Universidad al tener bajo su custodia el manglar.
“El primer punto de trabajo para la zona fue realizar el
Plan de Manejo para poder realizar trabajos posteriores sobre
conservación. Ya hemos realizado dicho plan y lo que sigue
es concretar todos los objetivos que se han propuesto en él,
realizar todas las acciones de conservación necesarias”.
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Jóvenes
investigadores
Es importante señalar que la Universidad ha incorporado a
este trabajo a estudiantes y pasantes de las carreras de Biología
y Ciencias Agrícolas.
Liliana Cadena Medel trabaja en la unidad de la UV en la zona de
Los Tuxtlas desde hace más de tres años, primero como
parte de su servicio social, luego como tesista y después
como investigadora. Su trabajo se enfoca a la fauna acuática
(moluscos, crustáceos y peces) de la zona. |
En primera instancia, realizó un inventario de especies de
la zona, labor enmarcada en las acciones del Plan de Manejo para
la zona del manglar. Actualmente, el trabajo de Liliana tiene que
ver con la intensidad de pesca en la laguna, “tiene que ver
con el número de lanchas que salen a pescar a diario, qué
tipo de recursos capturan según la estación del año
y obtengo datos del departamento de pesca de Catemaco para ver los
volúmenes de captura que son reportados por las sociedades
cooperativas”.
Nacida en San Andrés Tuxtla, Liliana no dudó en acudir
a la invitación que le hiciera Ernesto Rodríguez Luna,
director del área académica Biológica Agropecuaria:
“Desde que entré a estudiar Biología me interesé
por todo lo que tuviera que ver con la fauna y, viendo que iba a
estar en una zona de manglares que yo conozco y que me interesa
que se conserve porque es fuente de recursos para los pobladores
de la localidad, me decidí a formar parte del equipo de trabajo”.
Otro de los factores biológicos que se están investigando
en el manglar de Sontecomapan, es el de las aves, Rafael Rueda Hernández,
egresado de la Facultad de Biología, realiza una labor en
este sentido: “Estamos trabajando con aves, tratando de sacar
de manera metódica un listado de las especies que hay en
la zona.
”Los trabajos que se llevan a cabo son dos, en uno se trata
de encontrar la riqueza de aves en el manglar y compararlo con los
diferentes tipos de vegetación, y el otro trabajo es una
investigación en diferentes puntos del manglar para ver,
a diferentes alturas de la vegetación, cuál es el
uso que se le da a la vegetación existente por parte de las
especies animales”.
Rueda Hernández, actualmente becario del Instituto de Neuroetología,
aseguró que es necesario que haya más participación
de investigadores de todas las áreas afines al estudio científico
de estas zonas, porque “hay muy poca bibliografía acerca
de los manglares de Sontecomapan”.
La
flora del paraíso
El manglar de Sontecomapan está integrado por tres de las
seis especies de mangle registradas en el país: Rhizophora
mangle (mangle rojo), Avicena germinana (mangle negro), Laguncularia
racemosa (mangle blanco).
La estructura, distribución y abundancia de estas especies
arbóreas confieren a este manglar una gran importancia biológica;
destacándose la altura de los mismos que a veces sobrepasan
los 30 metros, cuando el promedio de estas especies difícilmente
es superior a 15 metros.
El manglar funciona también como hábitat para un gran
número de otras formas vegetales, como musgos, líquenes,
helechos, epífitas no vasculares y vasculares, lianas y plantas
parásitas.
Esta característica hace especial al manglar de Sontecomapan,
ya que es muy difícil encontrar otras plantas asociadas a
los ecosistemas de manglar; algunos alcaloides y taninos de los
árboles de mangle, por lo general, no permiten el establecimiento
de plantas como las epífidas.
Al mismo tiempo, especies como las orquídeas Cycnoches ventricosum
(pajaritos verdes) y Chysis bractescens (flor de la Candelaria)
y las bromelia Tillandsia concolor, que habitan el manglar, se encuentran
en las categorías amenazadas, según el estudio realizado
por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales
(Semarnat). En este manglar, se ha observado que su abundancia no
supera los diez ejemplares.
Fauna
Dentro del grupo de los peces que hacen uso de este manglar, es
destacable la presencia de Lutjanus cyanopterus (pargo
mulato), especie que la Unión Internacional para la Conservación
de la Naturaleza (UINC) tiene catalogada como vulnerable, pero su
presencia en el manglar de Sontecomapan, es indicadora del buen
estado de conservación del sistema lagunar, ya que necesita
de condiciones adecuadas para sobrevivir, como la abundancia de
presas, calidad de agua y de espacios adecuados para su reproducción.
El cocodrilo Crocodylus moreletii, la iguana verde y por
lo menos cuatro especies de tortugas: guau (Staurotypus triporcatus),
taimán (Claudius angustatus); jicotea (Trachemys
scripta) y pochitoque (Kinosternon leucostomun). son
las especies de anfíbios más representativos de la
zona.
En cuanto a aves, se pueden encontrar decenas de especies, una de
ellas El chorlo chiflador, ave migratoria característica
de Norteamérica que se encuentra en peligro de extinción.
La aguililla negra, Buteogallus anthracinus, es una especie de ave
residente que anida al interior el manglar. |
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