Año 5 • No. 166 • enero 31 de 2005
Xalapa • Veracruz • México
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Promueve proyecto colectivo de conservación y desarrollo
La UV, comprometida a fondo en el rescate
de los manglares

Juan Carlos Plata (Foto: Luis Fernando Fernández)

Catemaco, Ver.- Con un trabajo de casi 20 años de investigación en la zona de manglares de Sontecomapan, que le permite contar con un diagnóstico claro y profundo de la región de Los Tuxtlas, la Universidad Veracruzana se ha propuesto promover un proyecto único de conservación y desarrollo, que integre las iniciativas de los gobiernos federal, estatal y municipales, instituciones educativas como la UNAM, cooperativas de pescadores, autoridades ejidales y los pobladores de las comunidades que rodean la laguna enclavada en el municipio de Catemaco.

Con la finalidad de promover la investigación científica de la flora y la fauna de este ecosistema, la conservación de la laguna, el aprovechamiento de los recursos naturales y el desarrollo comunitario de la zona, la UV está comprometida a ser catalizador del esfuerzo conjunto de todos los actores involucrados en la zona.

En este tenor, el rector Raúl Arias Lovillo entregó al gobernador Fidel Herrera Beltrán, una iniciativa mediante la cual se pretende crear un complejo turístico, que incluye, en su primera etapa, la renovación del embarcadero de la laguna de Sontecomapan y la creación de un sitio de lanchas de pedales destinadas al turismo, entre otras múltiples propuestas que se enmarcan en el Plan de Manejo del Manglar que realizaron investigadores del Instituto de Neuroetología, centro universitario que desde 2000 tiene en custodia esta zona de la Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas.

Presencia y acciones de la UV
Domingo Canales Espinosa, director del Instituto de Nueroetología de la uv, explica la manera en que la UV se hizo cargo del custodio de esta importante área de manglares.

“En 1999, fecha en que fue publicado el decreto de Reserva la Biosfera de Los Tuxtlas, el Manglar de Sontecomapan extrañamente había quedado fuera de esa área natural protegida; nosotros, al estar aquí como residentes, nos dimos cuenta de este error y solicitamos que los manglares se incluyeran en la Reserva de la Biosfera, además, solicitamos, a través de la Semarnat que se entregara el manglar de Sontecomapan en custodia a la UV”.

De esa manera, el 22 de junio de 2000, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) emitió un título de concesión en el que se autoriza a la Universidad Veracruzana ocupar y aprovechar casi 400 hectáreas de zona federal marítima terrestre, concesión que tiene una vigencia de 25 años.

Sin embargo, la presencia de la uv en Los Tuxtlas tiene una larga historia. Desde 1987, la Universidad tiene una estación de Biología en el municipio de Catemaco, (en el kilómetro 8.5 de la carretera a Coyame) y, a partir de que se hizo cargo del cuidado de la zona, se establecieron objetivos de investigación, conservación y de educación para la zona.

Estos objetivos también fueron calendarizados a corto (uno a cinco años), mediano (cinco a 10 años) y largo plazo (10 a 25 años).

El primero de los objetivos a corto plazo fue la elaboración de un censo de población de fauna y flora del ecosistema y la integración de un Plan de Manejo, que delimitara las acciones a realizar para rehabilitar las zonas más dañadas.

Las actividades de investigación han sido constantes desde 1987 y ha llevado a desarrollar técnicas que ayudan a la rápida diseminación de las semillas de mangle para acelerar el proceso de reforestación de la zona.

“La manera tradicional de reforestar, es sembrando lo que se llama ‘lapicero’, que son los frutos de los árboles grandes, normalmente caen y se insertan en la tierra y empiezan a crecer, pero ese proceso tarda muchísimo, y en los programas de reforestación hay una mortandad muy elevada.

“Lo que nosotros hemos hecho y nos ha resultado es hacerle una pequeña incisión a una rama de dos o tres metros y ahí colocar el ‘lapicero’, y en un mes o mes y medio, ya tenemos ahí otro arbolito, porque en ese fisura empieza a desarrollar raíces, entonces le estamos ganando a la naturaleza muchísimos años y podemos reforestar mas áreas en poco tiempo, porque de un solo árbol de manglar podemos sacar 50”, dijo el investigador del Instituto de Neutoetología, Gustavo Carmona Díaz.

Por su parte, Domingo Canales habló de los objetivos de la Universidad al tener bajo su custodia el manglar.

“El primer punto de trabajo para la zona fue realizar el Plan de Manejo para poder realizar trabajos posteriores sobre conservación. Ya hemos realizado dicho plan y lo que sigue es concretar todos los objetivos que se han propuesto en él, realizar todas las acciones de conservación necesarias”.

Jóvenes investigadores
Es importante señalar que la Universidad ha incorporado a este trabajo a estudiantes y pasantes de las carreras de Biología y Ciencias Agrícolas.

Liliana Cadena Medel trabaja en la unidad de la UV en la zona de Los Tuxtlas desde hace más de tres años, primero como parte de su servicio social, luego como tesista y después como investigadora. Su trabajo se enfoca a la fauna acuática (moluscos, crustáceos y peces) de la zona.

En primera instancia, realizó un inventario de especies de la zona, labor enmarcada en las acciones del Plan de Manejo para la zona del manglar. Actualmente, el trabajo de Liliana tiene que ver con la intensidad de pesca en la laguna, “tiene que ver con el número de lanchas que salen a pescar a diario, qué tipo de recursos capturan según la estación del año y obtengo datos del departamento de pesca de Catemaco para ver los volúmenes de captura que son reportados por las sociedades cooperativas”.

Nacida en San Andrés Tuxtla, Liliana no dudó en acudir a la invitación que le hiciera Ernesto Rodríguez Luna, director del área académica Biológica Agropecuaria: “Desde que entré a estudiar Biología me interesé por todo lo que tuviera que ver con la fauna y, viendo que iba a estar en una zona de manglares que yo conozco y que me interesa que se conserve porque es fuente de recursos para los pobladores de la localidad, me decidí a formar parte del equipo de trabajo”.

Otro de los factores biológicos que se están investigando en el manglar de Sontecomapan, es el de las aves, Rafael Rueda Hernández, egresado de la Facultad de Biología, realiza una labor en este sentido: “Estamos trabajando con aves, tratando de sacar de manera metódica un listado de las especies que hay en la zona.

”Los trabajos que se llevan a cabo son dos, en uno se trata de encontrar la riqueza de aves en el manglar y compararlo con los diferentes tipos de vegetación, y el otro trabajo es una investigación en diferentes puntos del manglar para ver, a diferentes alturas de la vegetación, cuál es el uso que se le da a la vegetación existente por parte de las especies animales”.

Rueda Hernández, actualmente becario del Instituto de Neuroetología, aseguró que es necesario que haya más participación de investigadores de todas las áreas afines al estudio científico de estas zonas, porque “hay muy poca bibliografía acerca de los manglares de Sontecomapan”.

La flora del paraíso
El manglar de Sontecomapan está integrado por tres de las seis especies de mangle registradas en el país: Rhizophora mangle (mangle rojo), Avicena germinana (mangle negro), Laguncularia racemosa (mangle blanco).

La estructura, distribución y abundancia de estas especies arbóreas confieren a este manglar una gran importancia biológica; destacándose la altura de los mismos que a veces sobrepasan los 30 metros, cuando el promedio de estas especies difícilmente es superior a 15 metros.

El manglar funciona también como hábitat para un gran número de otras formas vegetales, como musgos, líquenes, helechos, epífitas no vasculares y vasculares, lianas y plantas parásitas.

Esta característica hace especial al manglar de Sontecomapan, ya que es muy difícil encontrar otras plantas asociadas a los ecosistemas de manglar; algunos alcaloides y taninos de los árboles de mangle, por lo general, no permiten el establecimiento de plantas como las epífidas.

Al mismo tiempo, especies como las orquídeas Cycnoches ventricosum (pajaritos verdes) y Chysis bractescens (flor de la Candelaria) y las bromelia Tillandsia concolor, que habitan el manglar, se encuentran en las categorías amenazadas, según el estudio realizado por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). En este manglar, se ha observado que su abundancia no supera los diez ejemplares.

Fauna
Dentro del grupo de los peces que hacen uso de este manglar, es destacable la presencia de Lutjanus cyanopterus (pargo mulato), especie que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UINC) tiene catalogada como vulnerable, pero su presencia en el manglar de Sontecomapan, es indicadora del buen estado de conservación del sistema lagunar, ya que necesita de condiciones adecuadas para sobrevivir, como la abundancia de presas, calidad de agua y de espacios adecuados para su reproducción.

El cocodrilo Crocodylus moreletii, la iguana verde y por lo menos cuatro especies de tortugas: guau (Staurotypus triporcatus), taimán (Claudius angustatus); jicotea (Trachemys scripta) y pochitoque (Kinosternon leucostomun). son las especies de anfíbios más representativos de la zona.

En cuanto a aves, se pueden encontrar decenas de especies, una de ellas El chorlo chiflador, ave migratoria característica de Norteamérica que se encuentra en peligro de extinción.

La aguililla negra, Buteogallus anthracinus, es una especie de ave residente que anida al interior el manglar.