Año 5 • No. 166 • enero 31 de 2005

Xalapa • Veracruz • México
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Interesa a Universidad de Chapingo
el modelo educativo flexible de la UV
Gina Sotelo
Los avances logrados en la implantación del Modelo Educativo Integral y Flexible (MEIF) en la Universidad Veracruzana, así como los resultados benéficos en el cambio hacia un enfoque centrado en el aprendizaje, han convertido a nuestra casa de estudios en un referente nacional en materia de innovación curricular.

La Universidad Autónoma Chapingo estudia la posibilidad de retomar la experiencia de la UV en el proceso de reestructuración de planes de estudio que, a nivel piloto, realizará en su Centro Regional Universitario Oriente (CRUO), donde busca promover, al igual que en la UV, docencia, investigación, vinculación y gestión institucional de manera integral.

Para obtener información de primera mano sobre el funcionamiento del MEIF en la Facultad de Ciencias Agrícolas, directivos del CRUO visitaron Xalapa.


Gabriel May Mora, director de la Facultad de Ciencias Agrícolas.
Este centro, ubicado en la ciudad de Huatusco, realiza actividades de investigación, docencia, servicios, difusión y producción, en materia de producción agropecuaria en el estado de Veracruz, y busca implantar el modelo puesto en marcha en la Universidad Veracruzana desde 1999.
Gabriel May Mora, director de la Facultad de Ciencias Agrícolas, recibió a los representantes del CRUO, encabezados por Dámaso Martínez, director regional, a quienes informó el viernes pasado sobre las vicisitudes y éxitos de este plan de estudios, así como las perspectivas de mejora en las que están trabajando.

Comentó que ha habido un incremento sustancial en el número de aspirantes de vocación por primera inscripción, y añadió que uno de los atractivos del MEIF es que el programa puede durar entre 3.5 y 5.5 años, flexibilidad que atrae principalmente a los jóvenes que combinan sus estudios con el trabajo: “Esto les da la oportunidad de estudiar nuestra carrera sin problemas de horarios, cosa que no ocurría con el plan rígido”.
Bajo este modelo, los alumnos son más críticos e impulsan a los maestros a preparar mejor sus clases, a estar más al día y privilegiar la práctica sobre la teoría. “Los propios alumnos nos están exigiendo que los cursos se orienten a las prácticas y al conocimiento de problemas reales que son a los que se van a enfrentar, esa es una de las aportaciones que ha traído el modelo a nuestra facultad”.

Aceptó que durante la transición al plan flexible se tuvieron que erradicar vicios entre algunos académicos que estaban acostumbrados a seguir su programa de manera rutinaria. Ahora se requiere ser más creativo como docente. “No existe hoy ningún maestro renuente al cambio. Ha habido ajustes y sinsabores
pero todos han mostrado la disposición de trabajar en equipo. Quizá porque nuestra carrera es muy dinámica, lo que facilita esta apertura”.