Año 5 • No. 166 • enero 31 de 2005
Xalapa • Veracruz • México
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  Investigadoras crean programa para bajar exitosamente de peso
Alma Espinosa
Gracias al trabajo conjunto de tres académicas del Instituto de Psicología y Educación de la Universidad Veracruzana, hoy se cuenta con un proyecto multidisciplinario de tipo cognitivo conductual que ayuda tanto a niños como adultos a cambiar su estilo de vida, con el propósito de bajar de peso.

De acuerdo con Dinorah León Córdoba –una de las integrantes de la línea de investigación Educación para la Salud–, el estrés, la baja autoestima y las carencias afectivas son algunas de las causas más importantes de que las personas sufran de sobrepeso. Por ello es necesario que nutriólogos y psicólogos formen un frente común para disminuir esta problemática que se recrudece a pasos agigantados, sobre todo con la llegada de las nuevas tecnologías.

Explicó que los problemas de comunicación también son factor para que las personas tengan un peso superior al apropiado de acuerdo a su estructura ósea.

Esto lo ha podido percibir desde 1985, año en que ingresó a esta dependencia y comenzó a trabajar en la línea de investigación de la que se desprende el proyecto “Control de sobrepeso a través del manejo multidisciplinario”.

Con él aplica, junto con las investigadoras Dinorah Arely Escudero Campos y Ana Estela Kai Cacho, un programa en escuelas e instituciones de salud para ayudar a niños y adultos a enfrentar la parte psicológica que conlleva bajar de peso. Para lograrlo, procuran que el paciente tenga un nuevo estilo de vida que abarque todas las áreas de su vida y no sólo su alimentación.

Su programa incluye el trabajo conjunto con nutriólogos, pero León Córdoba asegura que la parte emocional es la más difícil de tratar porque los pacientes sienten un gran dolor al expresarse y prefieren no hablar al respecto. Como parte de este programa trabajan en la recuperación de la autoestima, con lo cual la persona siente la necesidad de bajar de peso. Cuando ya lo ha decidido, a la persona se le facilita cumplir con las dietas indicadas por especialistas. De igual forma, emprende actividades para ejercitar su cuerpo, lo que tiene un resultado más exitoso si se realiza de forma grupal, pues entre compañeros se motivan.

Según León Córdoba, la forma como las personas se relacionan con la comida es como se relacionan con el mundo. Por ejemplo, cuando la persona ya está satisfecha y acepta más comida, es posible que en otros aspectos acepte cosas que inicialmente no quería. Como consecuencia, puede sentir una sobrecarga emocional, traducida en remordimientos o en sentimiento de haber sido víctima de un abuso.

Añadió que el ritmo de vida es cada vez más acelerado y es difícil adaptarse rápidamente a los cambios sociales, políticos, ambientales y económicos. Este proceso es igualmente complicado para los niños, por lo que también padecen síntomas de depresión, angustia y ansiedad, por lo que se refugian en la comida, como lo hacen sus padres.

El sobrepeso, que en la actualidad se presenta en edades más tempranas, también es resultado de que los padres dan al niño comida para entretenerlo, y al crecer aprende a que comer es divertido y que es una forma de llenar un vacío. A esto se suma la presencia de tecnologías que distraen a los niños de las actividades físicas.