Año 5 • No. 168 • febrero 14 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Por iniciativa de la UV
Sistema Lagunar de Veracruz: quinto sitio Ramsar en el estado
Carolina Cruz



El Sistema Lagunario de Veracruz, amenazado por la mancha urbana.

Veracruz, Ver., Clorinda de niña era llevada por sus padres a jugar en los médanos y lagunas que rodeaban el poniente de la ciudad de Veracruz, de aquél entonces recuerda: “nuestros juegos consistían en rodar primero por lo médanos y luego pasar a las lagunas donde recogíamos tunas, otras frutas, tortugas, pececitos y flores”. Lo cierto es aún no hace muchos años de eso. Ahora, Clorinda Sarabia Bueno, catedrática de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia en Veracruz, escogió investigar el “Sistema lagunar de la ciudad de Veracruz, México”, en el marco de una propuesta de manejo bajo la visión de proyectación y gestión ambiental, que le sirvió para obtener el grado de doctor en ciencias con especialidad en agroecosistemas tropicales por el Colegio de Postgraduados del campus Veracruz.

¿De 200 a 30 lagunas?
No hay nada escrito sobre cuántas lagunas existían en Veracruz, pero la historia oral cuenta que eran hace apenas un siglo más de 200 lagunas. La principal característica de esas lagunas veracruzanas es que eran “caminantes”, así como aparecían, desaparecían, una de las razones por las que en realidad nunca se pudo saber con certeza su número exacto.

Actualmente, según el Sistema de Agua y Saneamiento Metropolitano, son nada más 30, todas de origen dunal orientadas por la influencia eólica de norte a sur.

Explica Sarabia: “No eran iguales a todas las lagunas, éstas se formaban entre las crestas de los médanos y su agua era suministrada por el manto freático y pluvial; el viento, al llegar, levantaba la arena de los médanos y brotaban las lagunas”. Su desaparición está estrechamente relacionada con el crecimiento demográfico, pues al extenderse la mancha urbana e irse edificando en la zona se interrumpió el ciclo del viento y se acabaron los médanos. Otro motivo fue la contaminación, especialmente la doméstica, pues los asentamientos humanos por lo general irregulares alrededor de las lagunas fueron vertiendo sobre ellas diversos tipos de desechos.

Pérdida gradual de estos humedales
Las lagunas forman parte de los humedales, una amplia variedad de ecosistemas, entre los que se encuentran también los manglares, arrecifes, lagunas costeras y turberas; son hábitats interiores, costeros y marinos que comparten ciertas características, entre ellas no tener una profundidad mayor a seis metros y contar con plantas hidrofitas. Generalmente se los identifica como áreas que se inundan temporalmente, donde la capa freática aflora en la superficie o en suelos de baja permeabilidad cubiertos por agua poco profunda.

“Con frecuencia, las causas inmediatas de la pérdida de humedales son fruto de los efectos combinados de la ignorancia, la acción de fuerzas económicas y decisiones políticas. El crecimiento demográfico y la urbanización están engullendo no sólo al mundo natural, sino también a la ciudad. Y de esta forma, el ecosistema urbano convive conflictivamente con su ecosistema vecino, el medio rural. Entre ambos existe una interfase que se puede denominar periurbana, en la cual no sólo se produce consumo de materia (suelo), sino además descomposición o depredación: recursos y paisajes valiosos son desplazados, destruidos o contaminados por la sobrecarga y el avasallamiento de la ocupación intensiva del suelo y las actividades urbanas”.

No se trata únicamente de la pérdida en la belleza del paisaje, este recurso natural, como todo ecosistema, tenía funciones inherentes: eran captadoras de agua de lluvia, evitaban las inundaciones al impedir que el agua escurriera hacia el centro de la ciudad, eran hábitats de aves migratorias, entre ellas algunas de las aves rapaces más grandes del mundo que llegaban a Veracruz.

La ingeniera María Luisa Jiménez López, relata una anécdota muy ilustrativa sobre cómo ha venido despareciendo la fauna que antes era cobijada por estas lagunas: “Hace 20 años circulaba por lo que es hoy la avenida Floresta Norte cuando de repente le dije a mi hermano ‘para, para, mira ese par de garzas (Garza Americana, hoy en peligro de extinción), contémplalas bien y grábatelas en tu memoria porque va a ser la última vez que las veas’, y así pasó, llegó la mancha urbana y se acabó.

El actual fraccionamiento Floresta, antes de su construcción, estaba rodeado de pantanos, médanos y acahuales, es por ello que, en opinión de María Luisa, el lugar se sigue inundando: “el agua tiene memoria y regresa siempre al mismo lugar”



Toda clase de contaminantes ponen en
riesgo este importante ecosistema.

Ciudad llena de olores raros, por las lagunas y lagunetas, mosquitos, bichos y bicharangos
Las lagunas de la ciudad de Veracruz nunca fueron bien apreciadas. Documentos registran que “el Puerto y la ciudad de Veracruz ha gozado de una mala fama de insalubridad, malos olores y enfermedades debido a los humedales que la rodean (Pasquel, 1959 y Cruz, 1998), entre los que se encuentra el sistema de lagunas que se decían eran más de doscientas (García, 1998), y que en la actualidad hay sólo una veintena de ellas, casi todas en la parte Poniente de la ciudad”.

Pero en los siglos XVII y XVIII, el repudio hacia las lagunas fue peor, gracias a las diferentes narraciones, recopiladas por Sarabia, que dejaron los viajeros que estuvieron en la ciudad y puerto de Veracruz, entre ellos el italiano Giovanni Francisco Carreri y el alemán Alejandro von Humboldt (Cruz, 1998), se tienen las siguientes descripciones, donde se reflejan en forma implícita lagunas interdunales y dunas: “(...) las inmediaciones de Veracruz eran todavía de una ‘aridez espantosa’ y que estaba rodeada la ciudad de ‘méganos’ lejos de ser enteramente áridos eran pantanosos en las zonas donde convergían las aguas de lluvias que se filtraban por los ‘méganos’, consideraban que dichas áreas como los charcos de las lagunas de La Hormiga, El Espartal, la ciénaga de Ajova y el Cenegal de La Tembladera, podían ser focos de infección (...)”

El testimonio de 1864 de la Baronesa Paula Kolinitz, dama de compañía de Maximiliano y Carlota, describe de esta manera al puerto que recibía al emperador (Estrada y Zenea, 1994): “…La Villa Rica de la Veracruz fundada por Cortés, es uno de los lugares más maléficos y malsanos del mundo. Ocho largos meses al año reina aquí la fiebre amarilla, disminuyendo las filas de los pobres europeos, así como las de los mexicanos nativos del altiplano pero que, por sus negocios, se ven forzados a pasar algún tiempo en este funesto lugar. Para los veracruzanos son inocuas las fatales miasmas. Las razones por las cuales el terrible morbo florece con tanta fuerza deben buscarse en las altísimas dunas que impiden el libre curso del aire, en las marismas que circundan toda la ciudad y de las cuales, por la putrefacción de las plantas, el aire se impregna de mortíferas exhalaciones; en el agua malsana y en el excesivo calor… Cuanto más se acercaba uno a la ciudad, más pestilente se hacía el olor que es característico de la ciudad…”

Sarabia Bueno señala que estos son algunos de los antecedentes de la poca valoración que en el contexto ambiental han tenido las lagunas, charcas y áreas inundables que las rodeaban, a las que se les señalaba como causantes de la insalubridad que reinaba en ese entonces en el puerto, lo que generó una animadversión hacia estos cuerpos de agua circundantes a la ciudad: “Pasquel (1959), describe que sólo a finales del siglo XX aparece en el ánimo de algunos pobladores el intento de salvaguardar las lagunas”.

¿Cuantas quedan en realidad?
Aunque existen estudios sobre lagunas interdunarias, la mayoría son europeos, por ello es que la investigación efectuada por la doctora Sarabia es actualmente la más completa sobre estas lagunas en la ciudad de Veracruz, ya que los antecedentes son pocos y fragmentados.

“En la actualidad, la ciudad de Veracruz ya sólo cuenta con una veintena de lagunas (humedales) que suman mil 463 hectáreas, llamadas por los pobladores de diferentes maneras: Lagartos, Tarimoya, La Colorada, Las Conchas, Dos Caminos, El Encanto (antes conocida por los habitantes como Chedraui), La Ilusión, Ensueño, Coyol, Caracol, Del Encierro, Laguna ‘D’, Olmeca (ahora nombrada Real), Malibrán, Parque Vivero o Miguel Angel de Quevedo, unidad habitacional de Marina, Del Carmen, Club de Tiro, Puerto Seco, Río Medio, Villas Geo y otras que las nombra el municipio con letras del abecedario (A, B y C)”.

Pero la existencia de algunas está amenazada por la demanda de recursos, agua, energía y suelo, contaminantes en afluentes de agua y sobreexplotación de los mantos acuíferos, que las siguen deteriorando y algunas, como Club de Tiro, Río Medio y Caracol, están en peligro de desaparecer. Tanto Veracruz como Boca del Río gozaban de estos recursos naturales; lo que es actualmente el panteón particular, la escuela José Azueta y el Fraccionamiento Floresta, eran sitios interdunales. Entre las lagunas que se sabe desparecieron están: El Espartal, La Hormiga, La Ajova y La Barca y Vergara.

Parte del problema, la ausencia de marco legal
La pérdida gradual de las lagunas veracruzanas acusa diversos factores: cambios en el uso del suelo, alta densidad poblacional, incremento de focos de infección, malos manejos del recurso hídrico, pero sobre todo poca valorización de las lagunas y falta de planes de manejo.

Pero como todas las lagunas son de origen eólico, no cumplen con las características hidráulicas e hidrológicas necesarias para considerarlas como un bien nacional de jurisdicción federal para que las administre la Comisión Nacional del Agua, instancia que sólo considera las lagunas con flujo permanente de agua que llegan al mar. En opinión de la experta en el sistema lagunar de la ciudad de Veracruz, hace falta un marco jurídico para este tipo de sistemas.

Al concluir su investigación, Sarabia Bueno hacia las siguientes sugerencias: que el Cabildo decretara como un Área Natural Protegida el sistema lagunar de la ciudad de Veracruz (SLCV); varios de los sitios pueden ser propuestos como sitios Ramsar; que se hagan estudios económicos tanto de la conservación y/o restauración de las lagunas y se gestionen los recursos, y hacer un estudio económico de la implementación del plan de manejo del SLCV.

Los frutos del trabajo
En la sesión ordinaria de Cabildo del Ayuntamiento de Veracruz, celebrada el 18 de mayo de 2004, se tomó el acuerdo 173, que especifica que el mantenimiento la limpieza y desazolve de las lagunas estará a cargo del Sistema de Agua y Saneamiento Metropolitano, y la protección y resguardo a cargo del popio Ayuntamiento a través del departamento de Ecología que, en su plan de trabajo para la presente administración, ha incluido a las lagunas como un punto importante a desarrollar.

Apenas el pasado miércoles 2 de febrero, la Organización Mundial de Protección y Humedales Ramsar, declaró al Sistema Lagunar de la ciudad de Veracruz el quinto sitio Ramsar aprobado en el Estado de Veracruz y el número mil 450 a nivel mundial.

La Universidad Veracruzana, institución que, mediante la doctora Clorinda Sarabia Bueno, inició los trámites para tal designación, será la encargada, por medio de un equipo de investigadores dirigidos por ella, de continuar las labores de monitoreo de contaminantes y aguas domésticas, a fin de llevar un seguimiento de su estado y sugerir las acciones a seguir. Con esta denominación, la investigadora espera que se aprueben planes de manejo y conservación municipal, estatal y federal para el sistema lagunar.

Los anteriores cuatro sitios designados como Ramsar en Veracruz que, junto con el de Veracruz suman 329 mil 583 hectáreas, son el Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano, con 52 mil 238 hectáreas; Manglares y Humedales de la Laguna de Sontecomapan, con ocho mil 921 hectáreas; Sistema Lagunar de Alvarado, con 267 mil 10 hectáreas, y La Mancha y El Llano con mil 414 hectáreas.

El manejo de gestión y proyectación ambiental que propone la académica se refiere a un proceso de construcción, modelación, intervención, vivencias, compromiso e interacción aunado con la praxis (clave de un conocimiento profundo y crítico) con un enfoque proactivo (gestión ambiental), con la participación de los actores de este sistema lagunar, para la transformación o cambio benéfico para ellos y el Sistema Lagunar de la Ciudad de Veracruz.

A través de ello se conjuga la gestión e intervención de los diversos actores involucrados: social, gubernamental y privado, bajo un enfoque de proyectación orientado a la solución de problemas concretos de la vida cotidiana que posibiliten conjuntar valores ecológicos, económicos y culturales en una marco de desarrollo integral.

Sistema de Lagunas Interdunarias
de la Ciudad de Veracruz

En la periferia y el interior de la ciudad de Veracruz, 18 lagunas interdunarias conforman el sitio, siendo la más extensa la laguna Olmeca con 60 hectáreas.

Son lagunas someras de agua dulce, singulares desde el punto de vista geomorfológico, que se establecen debido al afloramiento del manto freático y las lluvias que lo recargan.
La vegetación acuática está dominada por Cyperus articulatus, Phyla nodiflora, Typha latifolia y Pontederia sagittata.

Entre las aves se cuenta el pato zambullidor o achichilique común (Aechmophorus occidentales), la garza nevada (Egretta thula), la focha americana (Fulica americana); el pijije ala blanca (Dendrocygna autumnales) y la cigüeña americana (Mycteria americana).

Las mayores amenazas para las lagunas son los rellenos y el drenaje para ganar terrenos para la urbanización, por lo cual muchas han desaparecido históricamente. Esto ha disminuido los servicios de control de inundaciones que las lagunas le prestan a la ciudad.

La baja calidad de agua es también un tema de preocupación. Se han construido senderos a lo largo de las orillas y se ha avanzado en trabajos de restauración, dragando sedimentos de algunas lagunas.

¿Qué es un humedal?

Hay varias definiciones de lo
que es un humedal, pero la más aceptada y adecuada para la gestión de humedales y para hacer la diferenciación de los sistemas acuáticos, es la que proporcionó el Servicio de Pesca y Vida Silvestre
de Estados Unidos:
“Son tierras de transición entre los sistemas acuáticos y terrestres donde la capa freática está habitualmente
al mismo nivel o cerca de la superficie, o bien el terreno está cubierto por aguas poco profundas.

Las plantas que viven en ellos son hidrofitas que requieren de la inundación para cumplir su ciclo
de vida”.

Características de los humedales

Los humedales deben tener uno o más de los siguientes atributos:
a) Al menos periódicamente, el terreno ha de mantener predominantemente una vegetación de hidrofitas, es decir, plantas que requieren agua en parte de su ciclo.

b) El sustrato debe ser fundamentalmente un suelo hidromorfo no drenado, es decir que su formación y características están determinadas por condiciones de saturación de agua temporal o permanentemente.

c) La presencia de una lámina de agua poco profunda o de agua subterránea próxima a la superficie del terreno, ya sea temporal o permanentemente (Mitsch y Gosselink, 2000).

Por lo tanto bajo el término de humedales se incluyen las lagunas y cuerpos de agua dulce someros así como los diversos tipos de pantanos, ciénegas, manglares y otros.

Servicios ambientales

En la zona costera, los principales servicios ambientales los proporcionan, aparte de playas, dunas, mares, costas y bosques, los humedales: manglares, ciénegas, pantanos y lagunas interdunales.

Entre los servicios ambientales que proporcionan están el control de inundaciones, transporte, actividades acuáticas recreativas, hábitat de aves y vida silvestre, fertilización del suelo, incremento en el valor de propiedad y otros valores de tipo cultural, ético, anímico y estético.

Además, otros beneficios como presencia de áreas naturales, valor económico agregado al suelo y valor escénico al paisaje.