Año 5 • No. 168 • febrero 14 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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El cambio climático podría afectar
severamente a Veracruz: Cervantes
Edith Escalón
El cambio climático ya empezó, y con él, un verdadero problema para la humanidad, como lo demuestran los fenómenos meteorológicos que en los últimos meses han afectado diversos puntos del planeta, en sitios insólitos y con intensidades sin precedentes, aseguró Juan Cervantes, investigador del Centro de Ciencias de la Tierra de la Universidad Veracruzana, especialista en bioclimatología.

Señaló que los tornados que se presentaron en Brasil, las inundaciones y deslizamientos de tierra en California o las nevadas en Hawai, son ejemplos de fenómenos meteorológicos que nunca se habían dado en estos sitios, y demuestran además “nuestra incapacidad para prever los efectos del cambio climático, pues son sencillamente insólitos, inesperados, para los que no habrá ninguna precaución”.

Hasta hace unos años, dijo, científicos de todo el mundo se mostraban escépticos ante una posible afectación en las condiciones de la atmósfera terrestre y calificaban de fatalistas a quienes hablaban del cambio climático y sus consecuencias como un verdadero problema para la humanidad, argumentando que los cambios de temperatura no eran más que variaciones normales de la atmósfera.

No obstante, el aumento de dos grados en la temperatura de la tierra, aparentemente irrelevante, representa un cambio del que no se tiene precedente, que, al parecer, ha empezado a mostrar sus primeros efectos: “Será muy difícil saber hasta qué grado afectará el desarrollo de los seres humanos y su entorno”.

Todos estos fenómenos extremos, dijo, son el resultado de un proceso que se ha dado durante años, intensificándose en las últimas décadas: deforestación, emisión de contaminantes, uso y abuso de recursos naturales, cambio del uso del suelo, sobreexplotación, entre otros.

Explicó que los fenómenos atmosféricos y climáticos son independientes a los terremotos, que se generan dentro de la tierra y no en la atmósfera, por lo que descartó que el maremoto que azotó los países asiáticos haya sido provocado por el cambio climático.

No obstante, reconoció que la ligerísima desviación que –según reportes científicos– sufrió el eje de la tierra, provocado por el maremoto al este de Sumatra, sí podría afectar el clima de la tierra, pues es probable que la radiación que estaba llegando a la tierra llegue ahora de manera ligeramente diferente.

“Si los casquetes polares reciben más radiación habrá un ligero derretimiento, si se recibe menos implicará un ligero crecimiento de la capa de hielo, pero insisto, todas estas son conjeturas, pues no hay antecedentes y por lo mismo no se puede inferir que es lo que va a suceder”.

Sin embargo, reconoció que es posible que el derretimiento de los polos, aparentemente tan lejano, provoque una afectación local, pues implica el aumento del nivel del mar que dejaría buena parte del territorio veracruzano –sobre todo las playas– bajo el agua: “Esto representa graves impactos sociales y económicos para la gente que vive en esas zonas”, aunque reconoció que este cambio será gradual, en 25 o 30 años.

Habló también de la probable afectación que sufrirá el estado por la intensificación de los huracanes, pues al haber un calentamiento de la atmósfera se espera que los ciclones sean cada vez más intensos y más frecuentes: “recordemos que en 2004 se registraron 16 ciclones tropicales, varios con categoría tres o cuatro; yo me pregunto si estamos preparados para enfrentarlos”.

Comentó que, en general, el cambio climático implica intensidad mayor en todos los fenómenos, es decir, huracanes más intensos, sequías más prolongadas, nevadas más agudas, que seguirán en aumento si no se revierten las acciones que lo han provocado, sobre todo, el aumento de los gases invernadero.

En cuanto a la participación de la Universidad Veracruzana en la investigación y prevención de los posibles efectos del cambio climático, Cervantes destacó el trabajo científico en cuanto al uso y el aprovechamiento del agua, estudios de contaminación atmosférica, prevención de riesgos, cuestiones de hidrología y el monitoreo del Pico de Orizaba.