Año 5 • No. 168 • febrero 14 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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En la cuenca del río Coatzacoalcos:
Propone UV programa integral para la recuperación ecológica
Edith Escalón

La Universidad Veracruzana establecerá estaciones biológicas de investigación, en las que sus científicos y académicos realizarán monitoreos permanentes y seguimientos minuciosos de los ecosistemas afectados por la permanente contaminación registrada por décadas en la cuenca del río Coatzacoalcos. Esta es una de las propuestas emergentes que la UV ha planteado para realizar acciones de largo plazo en la zona, sin las cuales, la recuperación ecológica de la macro-cuenca será imposible.

Esta propuesta implica la permanencia de la UV en las zonas afectadas, específicamente en dos estaciones biológicas y una subestación, en las que se llevaría a cabo el monitoreo ecológico y de la calidad del agua de la cuenca a partir de la investigación básica y aplicada al manejo de los ecosistemas que la conforman.

Alejandro Moreno, director de Proyectos de Vinculación de la UV, señaló que la problemática de la región no se circunscribe al derrame de hidrocarburos registrada en diciembre pasado, sino a la agresión sistemática en esta zona, por lo que la institución ha planteado la necesidad de un programa integral de conservación y desarrollo de las cuencas alta y baja del río Coatzacoalcos.


Alejandro Moreno,
director de Proyectos de Vinculación.
“Este esfuerzo combinado permitirá conocer y proteger la diversidad biológica existente en la región y el funcionamiento de los ecosistemas ahí presentes, como base para el desarrollo agropecuario, forestal e industrial de la cuenca”.

Como establece la propuesta presentada, el establecimiento de una de esas estaciones se llevaría a cabo en una de las pocas reservas privadas que existen en México: el Parque Ecológico Jaguaroundi, perteneciente a Pemex, que consta de aproximadamente mil hectáreas que servirían para realizar actividades de conservación de los recursos naturales del trópico húmedo.

De aprobarse la propuesta, la subestación se localizaría en la Laguna del Ostión que, junto con Jaguaroundi, cubriría la cuenca baja del río Coatzacoalcos, al estar localizada dentro del humedal del mismo nombre, en un área natural que consta de aproximadamente mil 600 hectáreas de manglar, y de otras comunidades vegetales asociadas a este ecosistema.

“En esta laguna viven especies que se encuentran en alguna categoría de riesgo, de acuerdo con las normas oficiales mexicanas e internacionales”, dijo el directivo universitario, por lo que establecer ahí una subestación propiciaría también su monitoreo, seguimiento y protección.

La segunda estación biológica se ubicaría en la región del Uxpanapa, que se caracteriza por ser el fragmento de bosque tropical de mayor extensión en Veracruz, además de ser el sitio que provee el agua de calidad para la cuenca baja del río Coatzacoalcos.

“En esta región es lamentable la pobreza y marginación de las poblaciones que la habitan, aún cuando se reconoce su enorme importancia como proveedor de los servicios ambientales fundamentales para la cuenca. Por eso, la misión de la Estación Biológica en Uxpanapa será desarrollar acciones en las áreas de educación, investigación, protección ambiental y extensión de servicios universitarios, con la participación activa de las poblaciones locales”, mencionó.

Como propuesta adicional, la Universidad Veracruzana pretende apoyar las actividades de conservación en la zona del volcán San Martín Pajapan, como área núcleo dentro de la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas, y ha planteado la posibilidad de establecer una Casa de la Universidad en Soteapan, un municipio aledaño a esta reserva.

Prioridad, los resultados, no los tiempos
El académico aseguró que la UV está planteando la realización de estudios científicos más profundos, de mediano y largo plazo, porque está consciente de que si se quiere hacer una recuperación real de los ecosistemas impactados, es necesario “priorizar más los resultados y no los tiempos”.

Puso como ejemplo el periodo que autoridades ambientales plantearon al principio de la contingencia para obtener un diagnóstico completo de los daños: “Establecieron 15 días para la caracterización, pero la UV–junto con otras entidades– señaló que el tiempo no era suficiente, porque realizar los recorridos, los análisis de rigor, cuantificar y medir la afectación, en fin, evaluar con criterios científicos requiere mucho más tiempo. Finalmente se acordó que se darían tres meses, proceso que apenas inició hace dos semanas”.

Sólo al final de este lapso será posible proponer acciones reales para la reparación del daño ambiental: “Es necesario entender que realizar análisis, estudios y diagnósticos científicos y, sobre todo, para recuperar lo perdido o reparar el daño provocado por el hidrocarburo requiere trabajo de largo plazo”.

Además, desde la década de los sesenta han existido grandes complejos petroquímicos en esta región, a los que se han agregado otras empresas del sector secundario o de capitales privados nacionales asociados con empresas extranjeras, lo que ha provocado que las comunidades de la zona hayan enfrentado niveles de contaminación en suelo, agua y aire durante varias décadas.

Por ello, la UV ha propuesto dar seguimiento a las investigaciones
–realizadas en la institución hace 20 años– que concluyeron con un diagnóstico de la cuenca del río Coatzacoalcos, cuyos resultados fueron publicados en 15 tomos, que son un referente indispensable: “Sólo así podremos evaluar de manera confiable el estado actual de la cuenca del río Coatzacoalcos y compararlo con los datos obtenidos en aquel entonces”.

Las acciones que ya han sido presentadas a las instancias involucradas para su evaluación, se centran básicamente en puntos como la evaluación de la calidad de agua de esta cuenca, el análisis de sus ecosistemas, procesos ecológicos, servicios ambientales, flora y fauna.

“Esto nos va a permitir establecer una estrategia de compensación ecológica, social y económica para las áreas naturales y los sectores de la sociedad que han sido afectados por la actividad industrial petrolera. Además, sentar las bases y la visión para el desarrollo sustentable de la cuenca”.

Dijo que en esta propuesta merecen especial atención las zonas altas captadoras principales de agua, pues será necesario analizar su potencial y estado, además de que se ejecutará un programa para el estudio y conservación de ecosistemas y especies amenazadas en la región.

Otro punto importante será la determinación real del impacto ambiental, social y económico de la actividad industrial en la cuenca y de las medidas que aseguren su desarrollo con un impacto mínimo en el entorno: “Para ello tendremos que hacer un gran trabajo de seguimiento y monitoreo permanente, que nos ayude a proponer opciones sustentables”.

Señaló también que la promoción del uso sustentable de los recursos naturales de la región, ya sea agrícolas, ganaderos o pesqueros, será una prioridad en la propuesta universitaria, así como el manejo y estrategias de conservación de la cuenca alta como fuente primordial de agua de calidad para las actividades desarrolladas cuenca abajo.

Como tarea pendiente resaltó las estrategias para promover la cultura del cuidado ambiental en la industria y en todos los sectores de la sociedad que implica formar nuevas generaciones de profesionales con responsabilidad social y ambiental.
Cabe aclarar que aunque la UV presentó una propuesta muy puntual sobre acciones a corto plazo, como el apoyo para labores de rehabilitación de fauna afectada o evaluación y diagnóstico de daños –además de la supervisión del la caracterización o diagnóstico que realiza la empresa contratada por Pemex para reparar el daño ambiental–, la propuesta universitaria se centra en el estudio integral y a largo plazo de esta afectación.