Año 5 • No. 169  • febrero 21 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Alumnos de la especialidad en Psicología y desarrollo comunitario
Realizan programa de intervención
en alcohólicos anónimos de Xico
Alma Espinosa

La violencia intrafamiliar y los resentimientos que genera son factores presentes en el alcohólico que pueden ser tratados con la ayuda de profesionales en las áreas de psicología y comunidad, aseguró Alejandro Moreno, académico adscrito a la especialidad de Psicología y Desarrollo Comunitario del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la UV (IIP).

Moreno Hernández diseñó, junto con un grupo de estudiantes de la especialidad, un programa de intervención en un grupo de alcohólicos anónimos de Xico, para detectar entre sus miembros rasgos de violencia familiar y contribuir a su control.

Para llegar a estos resultados, fue necesario revisar los proyectos previos que realizaron las generaciones anteriores de la especialización y la maestría –que a partir del 21 de febrero abrirá sus inscripciones–, los que revelaron que en cuestión de violencia sólo se había puesto atención a la parte agredida.

De ahí surgió la idea de partir de la mentalidad del varón que golpea a la mujer que ama y a los hijos que lo aman. A partir de 2004, el grupo de trabajo realizó, mediante animación sociocultural, sesiones semanales con el grupo de alcohólicos, de las que se rescató que el resentimiento fue su problema más recurrente.

A partir de ahí, añadió Moreno Hernández, se instó a los interesados a participar en un proceso de cambio, que seis personas aceptaron. Con cada uno se trabajó una historia de vida para conocer las causas del resentimiento, y la gran coincidencia fue la violencia intrafamiliar, protagonizada por la madre, principalmente.

Entonces, los estudiantes aplicaron nuevas estrategias y técnicas, mediante las cuales la gente puede conocer otros puntos de vista; además, se les recomendó escribir un diario en el que registraron el contacto con su familia. Con ello se logró el cambio en cuatro personas y las otras dos consideraron que necesitarían ayuda psicológica de otro tipo.

Esta experiencia les ayudó como estudiantes a analizar su propia situación de violencia e identificar el daño tan severo que genera en el desarrollo humano, de lo que vieron la urgencia de trabajar en el tema.

Alejandro Moreno comenzó a trabajar con las comunidades veracruzanas desde 1993. Sin embargo, a partir de 2003 cambió su visión acerca del significado de comunidad, que no es sinónimo de localidad, y del inevitable cambio en la calidad de vida familiar, la organización comunitaria y sus formas de hacer y de pensar.