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Globesidad y entorno obesogénico, al diccionario
El
sobrepeso desplaza al hambre como causa de muerte: nutriólogos
Gina Sotelo |
Con
el paso del tiempo, las causas de mortalidad y los problemas de
salud en el mundo han cambiado de manera radical; de ser la pobreza
y las enfermedades que con ella se asocian una de las primeras causas
de muerte, es ahora la obesidad y el sobrepeso un factor de riesgo
de muerte prematura que ha llamado la atención de los especialistas.
Académicos de la Facultad de Nutrición de la Universidad
Veracruzana han detectado, en sus prácticas de campo en localidades
como Emiliano Zapata o El Espinal, que es cada vez más alarmante
el número de niños y adultos que sufren de obesidad,
sobrepeso o alguna de las enfermedades que de ello se derivan.
“Lo malo es que en México estamos encaminados a ser
un país de viejos, pero de viejos enfermos y mal alimentados”,
comentó José Luis Castillo Hernández, director
de la Facultad de Nutrición quien junto con la maestra Magdalena
Álvarez ha hecho una investigación al respecto.
Para realizar esta exploración, los académicos parten
de que el mayor problema de salud del mundo, según lo planteado
por la oms, lo constituyen las muertes prematuras y la discapacidad
física y mental resultante de las enfermedades crónicas
no transmisibles (ECNT).
Señalan
que sólo recientemente se ha comenzado a valorar la relevancia
de la relación entre dieta, nutrición, actividad física
y estas enfermedades, especialmente la obesidad, la diabetes, enfermedades
cardiovasculares, algunos tipos de cáncer y la osteoporosis,
que son de origen nutricional en un 70 por ciento.
Según el reporte de Castillo y Álvarez, en la mayoría
de los países se observan profundos cambios en las causas
principales de mortalidad y morbilidad. En algunos países
desarrollados donde las enfermedades crónicas han representado
el grueso de la carga nacional de morbilidad, las tasas de morbi-mortalidad
por edades han disminuido lentamente:
“Si bien es cierto que muchos países desarrollados
están progresando en la reducción de las tasas de
mortalidad prematura por enfermedades coronarias, accidentes cerebrovasculares
y algunos cánceres de los fumadores, la carga general sigue
siendo alta, y muchos de esos países registran aumentos del
sobrepeso y la obesidad entre niños y adultos” |
El
problema lo tenemos en casa
La revisión documental de estos académicos, sirve
a los estudiantes de la Facultad, pues –como el mismo Castillo
dice– el problema se tiene en casa:
“Tenemos alumnos que padecen obesidad, además que en
nuestras prácticas de campo y en los reportes generados por
nuestro consultorio nutricional, nos damos cuenta que este problema
está rebasando los límites normales y está
apareciendo cada vez a más temprana edad”.
Sobre los motivos de esta rápida transmisión nutricional,
los académicos apuntan que se producen como consecuencia
de la interacción entre factores económicos, demográficos,
ambientales y culturales. Los cambios más importantes, como
factores de riesgo son aquellos que afectan el consumo de alimentos
y la actividad física, y la población actual presenta
muchos de ellos.
Hay un aumento en el consumo de grasa total y la proporción
de grasa animal, que contribuye en forma significativa al aumento
en la ingesta de grasa saturada (leche, carnes, animales y pollo),
ha disminuido el consumo de cereales, legumbres y otros alimentos
ricos en fibra. Al aumentar el ingreso económico, el consumo
de frutas y verduras ha disminuido o se ha estabilizado, pero es
especialmente bajo en los grupos pobres urbanos, donde se concentra
la obesidad en la región.
Además del aumento de consumo de carnes procesadas con alto
contenido graso (embutidos) que contribuye en forma importante al
aumento de la grasa, se ha observado también un incremento
en el consumo de alcohol y de alimentos de alta densidad energética.
Para Castillo y Álvarez este patrón de consumo alimentario,
en unión con el sedentarismo y el tabaquismo, contribuye
al aumento de la prevalencia de las enfermedades crónicas:
“si a esto se le suman los hábitos de vida sedentarios
y la inactividad física, el resultado es un balance energético
positivo, que aumenta las reservas de energía en forma de
grasa corporal, desencadenando la obesidad”.
Globesidad
y entorno obesogénico, al diccionario
En casi todos los países –siguiendo el reporte de los
maestros de la UV–, la disponibilidad de energía ha
aumentado. Con excepción de Cuba, prácticamente en
todos los países el porcentaje de calorías ingeridas
como grasas excede el 20 por ciento.
Preocupados por esta situación, los expertos de la Organización
Panamericana de la Salud han acuñado el curioso término
de Globesidad, para advertir que la obesidad es un problema que
afecta a los individuos de todos los países del mundo, que
está desplazando al hambre y la desnutrición como
causa de muerte en el planeta.
Algunas de las causas lo constituyen el cambio en el patrón
de alimentación, estilos de vida en general y la avanzada
tecnología y evolución de las ciudades que han creado
un “entorno obesogénico”. Gracias a él,
los nuevos patrones de trabajo, transporte y recreación hacen
que las personas en todo el mundo lleven una vida menos activa y
más sedentaria.
El problema se ha extendido a todos los estratos sociales dado que
hasta los grupos de menores ingresos tienen cada vez mayor acceso
a comodidades como televisión, teléfonos y autos,
lo que fomenta hábitos sedentarios generando cambios drásticos
en el modo de vida que agravan la situación. |
Obesidad
y condiciones socioeconómicas
José Luis Castillo Hernández y Magdalena Álvarez
se han preguntado cómo se relacionan la obesidad con las
condiciones socioeconómicas y han señalado que las
asociaciones de la desnutrición y las enfermedades transmisibles
con la pobreza, y de la obesidad y las enfermedades crónicas
con el bienestar económico, ya no tienen vigencia en los
países desarrollados y se reducen diariamente en los países
en desarrollo de la región:
“En las áreas metropolitanas periféricas urbanas
es común que haya en las familias un padre hipertenso,
obeso o no, de baja talla y con probables antecedentes de desnutrición,
una madre anémica, probablemente obesa y de estatura baja,
e hijos que padecen procesos infecciosos frecuentes y tienen retraso
del crecimiento”.
Castillo añade que es muy difícil establecer conclusiones
definitivas sobre la asociación entre la obesidad y la
clase socioeconómica por dos razones. Por un lado, la asociación
pude variar de un país a otro o de una región a
otra en el mismo país; por el otro, la asociación
puede quedar disimulada por factores culturales, ecológicos
o sociales.
En algunos países de la región de las Américas,
la asociación entre obesidad y clase socioeconómica
se asemeja a la que exhiben los países desarrollados; en
otros, la relación puede ser inversa. Probablemente, ese
patrón variable de comportamiento se esté encaminando
hacia un patrón de asociación inversa, de acuerdo
al ritmo y al modelo de transición epidemiológica
y nutricional característico de cada país.
Ofrecen
consultorio nutricional
Tomando en consideración estas ideas y sumándolas
a la experiencia que la Facultad de Nutrición tiene sobre
el tema, catedráticos y estudiantes han refrendado su compromiso
con la sociedad y ponen a disposición del público
su consultorio nutricional, que ofrece ayuda de manera personalizada
y trabaja de cerca con escuelas de preescolar y primaria, comunidades,
municipios aledaños a Xalapa, y organismos gubernamentales
y no gubernamentales que solicitan el apoyo de los especialistas
universitarios.
El consultorio ofrece consulta de 8:00 a 21:00 horas, en el edificio
de la Facultad (Médicos y Odontólogos s/n) y, con
un costo mínimo, realiza una evaluación del estado
nutricio y brinda orientación alimentaria para todo el
que la requiera.
Quienes atienden este centro, como todos los egresados de la facultad,
cuentan con las herramientas necesarias y suficientes para realizar
actividades que permitan conocer las necesidades de salud de la
población, así como brindar las alternativas para
su satisfacción mediante la promoción, protección,
restitución y rehabilitación de la salud como integrante
de un equipo multidisciplinario, enfatizando el papel de la nutrición.
Realizan un diagnóstico nutricional y la prescripción
dietética y dietoterapéutica en las diferentes etapas
del ciclo de vida, realizan investigación clínica
nutricional que permite el avance en la prevención, el
control y el tratamiento de enfermedades nutricionales y realizan
análisis bromatológicos para conocer la composición
química de los alimentos.
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