Año 5 • No. 170• Febrero 28 de 2005

Xalapa • Veracruz • México
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Aseguró la investigadora del IIESES-UV, Ivonne Carrillo
Prendido con alfileres, el supuesto
crecimiento económico de México
Juan Carlos Plata
El crecimiento económico de México, que durante los dos últimos trimestres de 2004 alcanzó casi el cuatro por ciento, es totalmente falso y –como todas las cifras macroeconómicas– no refleja la realidad del país, aseguró la investigadora del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales de la UV, Ivonne Carrillo Dewar.

  “El gobierno habla de crecimiento y le dan toda la difusión, pero esa estadística está prendida con alfileres, son unas cuantas empresas las que están marcando esas tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), las que están haciendo que México contribuya de tal manera al mercado mundial que es, según el momento y las cifras que manejen, la séptima, octava o novena economía mundial, lo que es completamente falso. Son alrededor de 700 o mil empresas con capacidad exportadora, y buena parte de ellas son subsidiarias de consorcios transnacionales o están coordinadas con ellos”.

Prendido con Alfileres / Adrián

 

Según Carrillo Dewar, cuando cerca del 70 por ciento de los 40 millones de personas económicamente activas sobreviven de la economía informal y aporta el 30 o 40 por ciento del pib del país, el proceso económico nacional está fallando evidentemente y es un indicador de que la economía “formal” tiene pocas perspectivas de crecimiento.

“Si estamos hablando de economía informal, cualquier dato que nos dé el INEGI no es más que un estimado, pero se calcula que entre el 30 y 40 por ciento del pib proviene de la economía informal. Esto es alarmante, porque entonces ¿cuáles son las perspectivas del crecimiento real de nuestra economía y por lo tanto de la generación de empleos productivos?”

Explicó que este proceso no ha sido inmediato. En la década de los sesenta empieza a aparecer la economía informal, en el orden del 10 por ciento de la fuerza de trabajo ocupada. A lo largo de los setenta, empieza a manifestarse no sólo el agotamiento del modelo de desarrollo adoptado, sino la crisis estructural que se profundiza a partir de 1982, y lo que hemos vivido en las décadas de los ochenta, noventa y lo que va de esta, es una profundización constante de ésta.

En los ochenta, cuando el modelo de industrialización hacia adentro cambia a un modelo hacia fuera y se abren los mercados.

“Cuando se dio la apertura y entraron masivamente productos del exterior, lo que observamos fue una quiebra masiva de empresas y un incremento impresionante del desempleo. Si consideramos que hasta los noventa, el crecimiento de la población económicamente activa estaba por el orden de los 750 mil por año, la economía tendría que haber estado creando 750 mil empleos nuevos, más los desplazados por el cierre de empresas, más los desplazados por la creciente contracción del Estado”, aseguró Carrillo Dewar.

La solución no es que el Estado busque la forma de cobrar impuestos y nada más, “porque la economía informal es la válvula de escape de toda esa gente que está pidiendo prestado para comprar cualquier cacharrito para vender y así sostener a la familia en los límites de la supervivencia. Si sobre eso se carga una tasa de impuesto, lo que va a haber es una fractura”.

Otra de las causas del crecimiento desmedido de la economía informal, dijo, ha sido la contracción de los salarios y las condiciones de pobreza de la mayoría de la población.