Año 5 • No. 172 • marzo 14 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Sus logros son individuales y no se acumulan en la experiencia femenina
Mujeres en la política, subordinadas a los hombres
Edith Escalón
A pesar de las décadas que la mujer lleva luchando por el reconocimiento de su capacidad intelectual y de igualdad de oportunidades, su papel en la política no ha logrado consolidarse a nivel de género, pues sigue subordinado al del hombre, aseguró Rosío Cordova Plaza, especialista en estudios de género y sexualidad de la Universidad Veracruzana.

Dijo que si bien las mujeres se han destacado en puestos de poder, sus logros se han percibido como méritos individuales y no de género, pues las que triunfan se consideran excepcionales, fuera de lo común, y no se contemplan sus méritos como parte de las capacidades femeninas.

“Por eso no han podido abrir brecha para las demás”, reconoció la integrante del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales de la UV (IIHS), quien aseguró que seguimos viviendo en una sociedad machista que no obstante el discurso neutro, implícitamente considera que las características físicas y emocionales de las mujeres las “inhabilitan” para la práctica política e intelectual.

Sin embargo, reconoció que los ejemplos de mujeres en la política nacional no han sido los más favorables para cambiar esa visión, pues han implicado que se perciba en la sociedad que sólo cierto tipo de mujeres pueden acceder a puestos de poder: “Basta pensar, por ejemplo, en Elba Esther Gordillo o Martha Sahagún, que son personajes altamente polémicos en su actuación pública”.

Además, comentó que esas mujeres que destacan y de las cuáles se habla como bandera de equidad entre géneros, no son más que la excepción que confirma la regla de la desigualdad.

“Es curioso como todavía nos resulta sorprendente que una mujer logre un puesto de poder, se dice que es todo un logro y se enarbola como una prueba para silenciar las voces que reclaman la igualdad de oportunidades al señalar ¡mira cuánto han logrado!”.


Rosío Córdova Plaza.
La autora de Los peligros del cuerpo (Plaza y Valdez/ BUAP, 2003), subrayó que para saber en realidad cuánto han avanzado las mujeres en esta cruzada habría que preguntarse en comparación con quién, pues si los derechos que tienen ahora se comparan con los que tenían hace 20 años es mucho, pero comparados con las oportunidades de los hombres son insignificantes.

“Ahora se habla de igualdad de oportunidades, pero basta preguntarnos cuántas gobernadoras hay en este país y cuantos de ellos son hombres, cuántas rectoras de universidad, diputadas o senadoras del poder legislativo. Un análisis de las posiciones femeninas en la esfera pública demuestra que las mujeres se van insertando en la política, pero en mandos medios”.

Desde el punto de vista académico, comentó que la historia contributiva, que rescata otras formas de relación entre géneros en el pasado, ha sacado a la luz los momentos históricos en los que hombres y mujeres tenían posiciones más o menos igualitarias en la sociedad, muestra innumerables ejemplos de los aportes femeninos a la política, la economía, el arte, la ciencia y demás; sin embargo, reconoció que éstas no han podido repercutir la situación actual de la mujer.

“Para mí, el hecho de que nuestro horizonte conceptual se construya asignándole una posición subordinada a lo femenino provoca una desigualdad entre géneros que se percibe como natural, y ellos nos impide pensar otras formas de relación intergenérica”, comentó Rosío Córdova, quien ha estudiado estos temas en torno a grupos domésticos y migración en Veracruz.

Ejemplificó con los certificados de no gravidez que aún se permiten como arma laboral: “Estos implican que se considere al embarazo como un momento que cancela las potencialidades femeninas, por eso, aunque el discurso oficial diga otra cosas, seguimos viviendo la misma idea decimonónica de que el cuerpo de las mujeres las inhabilita para tener derechos cívicos”.

Finalmente, la investigadora se pronunció a favor del sistema de cuotas políticas, pues señaló que es una manera de garantizar que exista presencia femenina en este campo y se aborden temas que interesen a este género, como el aborto, que es indispensable debatir en sociedad. Rosío Córdova, autora de varias publicaciones que tratan su línea de investigación desde diferentes perspectivas, concluyó al asegurar que en términos de reflectores es importante que exista un día de la mujer que ponga en escena su situación actual.

“Si normalmente pasa inadvertida la inequidad y la subordinación de género, es bueno que exista un día en el que al menos se denuncien y se haga un balance de la situación que se vive en término de desigualdad de oportunidades”.