Sara Ladrón de Guevara, directora del MAX, habló de
la enseñanza de la arqueología en México.
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Puesto
que la legislación mexicana implica controles federales muy
estrictos y complejos que deben acatar los arqueólogos extranjeros
interesados en realizar investigación en nuestro país,
la Sociedad de Arqueología Americana (SAA) de Estados Unidos
–la más importante de Norteamérica– decidió
analizar las políticas mexicanas en esta materia en su septuagésima
reunión anual, que comenzó el 30 de marzo y que duraró
hasta el 3 de abril en Utah, EUA.
El encuentro denominado “La práctica de la arqueología
en México, obligaciones institucionales y resultados científicos”,
fue un foro en el que arqueólogos mexicanos explicaron cómo
funciona esta disciplina en el país y qué parámetros
han de seguir los estudiantes, profesionales e investigadores norteamericanos
para cumplir con los criterios establecidos por las leyes mexicanas
desde 1972. |
Sara Ladrón de Guevara, directora del Museo de Antropología
de Xalapa (MAX) e investigadora de la UV, explicó que el desconocimiento
de la reglamentación mexicana en esta materia provoca que a
menudo los arqueólogos norteamericanos interesados en Mesoamérica,
en lugar de investigar y excavar en México lo hagan en Guatemala,
Belice o en otros países donde la legislación es más
laxa.
Reconoció que la legislación de nuestro país
complica el ejercicio de la profesión, pues tiene estrictos
controles para la práctica arqueológica que algunos
consideran burocracia, pero que permiten llevar un registro de toda
la investigación en la materia en el país y cuidar la
riqueza y patrimonio arqueológico nacional.
El aporte de los arqueólogos mexicanos en este simposio –entre
ellos la propia directora del MAX– fue justamente dar a conocer
con claridad todos los estatutos, códigos y reglamentos que
en esta materia existen en nuestro país y mostrar cómo
se puede ejercer la profesión en México sin incumplir
las leyes, como la practican ya cientos de especialistas que tienen
en nuestro país su sede de investigación.
A diferencia de EUA, donde la ley no es tan estricta, la legislación
mexicana establece que todos los proyectos de arqueología deben
ser registrados, evaluados y aprobados por el Consejo de Arqueología,
que funciona como un control federal para el trabajo arqueológico
en el país, explicó Ladrón de Guevara, quien
es además miembro activo de este Consejo. Enseñanza
arqueológica, aporte de la UV
Además de legislación, el simposio retomó el
análisis de tópicos como excavación, investigación,
restauración, normas específicas en torno a colecciones,
muestras y asuntos éticos de la arqueología en México,
así como una de las temáticas más trascendentes
de esta práctica profesional: las políticas de educación
superior y la enseñanza de la arqueología.
Para exponer el tema, la SAA eligió precisamente a la directora
del MAX, quien adquirió una notable experiencia en el área
educativa durante su gestión como secretaria Académica
de la UV, institución que posee la segunda escuela de arqueología
más importante del país, después de la de la
Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH).
“La enseñanza de la arqueología en México
es fundamental porque conlleva la práctica de la investigación
de campo, regida por normas muy específicas que los científicos
nacionales cumplimos sin problema, pero pocos norteamericanos dominan”,
señaló la investigadora de la UV.
Añadió que en el simposio explicará las diferencias
entre el sistema de educación superior de México frente
al de EUA, que resulta sustancial en términos de práctica
profesional.
“Los estudiantes de College (equivalente a la licenciatura
mexicana), por ejemplo, no tienen una licencia de ejercicio profesional
al egresar, como tienen los egresados de la Universidad en México.
Ellos sólo alcanzan este permiso cuando concluyen sus estudios
de posgrado”, explicó la investigadora.
Señaló que esto implica que en México, de acuerdo
a la legislación vigente, no se pueda tener una escuela de
campo que permita a estudiantes del nivel College de EUA excavar
como práctica profesional, lo que sí tienen permitido,
en cambio, los estudiantes nacionales, dentro de proyectos de investigación
de académicos adscritos a las instituciones responsables.
Una de las ventajas que presentan los arqueólogos en cuanto
a la práctica profesional está precisamente ligada
a la enseñanza, dijo Ladrón de Guevara, pues todas
las políticas arqueológicas forman parte del curriculum
de las facultades de arqueología, lo que hace el aprendizaje
de las normas mexicanas mucho más sólido.
Además de Sara Ladrón de Guevara, participaron en
el encuentro arqueólogos mexicanos de gran nivel, como Joaquín
García Bárcena, presidente del Consejo de Arqueología
de nuestro país; Alejandro Martínez Muriel, coordinador
de Arqueología Nacional del INAH; Pedro Francisco Sánchez
Nava, coordinador de Registro Arqueológico del inah y Linda
Manzanilla, destacada arqueóloga
de la unam.
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