Año 5 • No. 174 • abril 11 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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La UV, sus libros y sus autores
Tomaz Salamun,
el poeta que vino de Europa del Este
Juan Carlos Plata

Una de las tareas históricas de la Editorial de la Universidad Veracruzana es abrir sus horizontes para estrechar lazos con autores internacionales y darlos a conocer en nuestro país. En esta ocasión presenta al poeta yugoslavo Tomaz Salamun con la antología Las montañas, que están toda la vida, en versión de Pablo J. Fajdiga.

“La palabra es el único fundamento del mundo. / Yo soy su

siervo y su amo. / Y si bien el espíritu envía átomos para que / olfateen, toquen, sientan, estamos en verdad / en el ámbito donde somos iguales a los dioses”. Este es Tomaz Salamun (Zagreb, 1941) con su poesía que hace del lenguaje un rito y un ritmo de vocablos y sentires.

En muy poco tiempo, sus conceptos e imágenes, fraguados originalmente en los ritmos y las melodías del esloveno, han conseguido resonar en multitud de lenguas como el serbo-croata, el polaco, el alemán, el italiano y ahora, el castellano.

Singularmente dotado para el piano desde la infancia, el autor suele despertar a media noche al imperioso llamado de la palabra que lo fuerza a escribir en sonidos, ritmos y frases insistentes: “La poesía, al igual que la belleza y / la técnica, es el ámbito de la perfecta realización / de todas las fuerzas en el vacío. El amor perfecto no / necesita del orgasmo, ellas tres sí, / usan todo, incluso el orgasmo”.

La pluma de Salamun no reconoce límites. La poesía, dice, entraña algo demoníaco: la palabra que se precipita en lo ignoto, en el abismo. “Todo verdadero poeta es un monstruo. / Destruye la voz y a los hombres. / El canto construye una técnica que destruye/la tierra para que no nos coman los gusanos, / El borrachín vende su abrigo. / El bandido vende a su madre. / Sólo el poeta vende su alma para separarla del cuerpo amado”. Si no se ha vuelto loco –reflexiona–, si el lenguaje no ha conseguido aplastarlo, ello se ha debido tal vez a la virtud humanizadora de sus seres queridos.

El sorprendente Salamun creció en Koper, un pueblo localizado al sur de Trieste, en la costa del Mar Adriático. En 1960 comenzó sus estudios de Historia e Historia del Arte en la Universidad de Liubliana. En 1964, como editor de una revista literaria publicada durante los últimos momentos del estalinismo yugoslavo, fue encarcelado durante cinco días para salir convertido en héroe de la cultura. En 1966 apareció su primer libro: Póker. Desde entonces ha publicado otros 24 poemarios. Ha traducido a William Carlos Williamas, Apollinaire, Balzac, y Simone de Beauvior. Pertenece a la generación de poetas de Europa del Este, entre quienes se cuentan Joseph Brodsy y Adam Zagajewski.

Con la antología reunida en Las montañas, que están toda la vida, la Editorial de la UV se enorgullece en dar a conocer en nuestro país a Tomaz Salamun.

Se puede adquirir en el Servicio Bibliográfico Universitario, Hidalgo 9 y Xalapeños Ilustres 37, o en la Dirección General Editorial, en Juan de la Barrera 209
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