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Difusión
de los espacios arqueológicos:
una mirada a El Tajín
Dunia Salas Rivera |
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"Y
lograron tirar nuestras ramas / y tiraron nuestras hojas /
y cortaron nuestros troncos / pero no arrancaron nuestras raíces" |
Para
el arqueólogo Juan Ángel González García,
egresado de la Universidad Veracruzana, el desarrollo de la zona arqueológica
de El Tajín, ubicada a 13 km. de la ciudad de Papantla y a
231 km. de Xalapa, al norte del estado de Veracruz, va de la mano
con el desarrollo de la comunidad indígena que rodea la zona
de vestigios de la cultura totonaca que se asentó en esta región
veracruzana del año 100 a. C. al 1200 d. C.
En 1984, El Tajín contaba con 12 monumentos parcialmente rescatados
con recursos que logró reunir el arqueólogo José
García Payón, entre cuyas grandes contribuciones se
encuentra la de haber hecho comprensible la visión de las canchas
del juego de pelota.
El año 1992 fue un parteaguas para el desarrollo de la zona;
ya se pueden observar 41 estructuras descubiertas en una extensión
de 10 km2, con un plano topográfico muy bien elaborado bajo
una estructura académica, con cotas que señalan los
nortes magnético y astronómico.
Actualmente, toda la población de El Tajín, cuyo número
de habitantes (mil) se ha mantenido desde hace varios años,
vive del movimiento económico de la zona arqueológica,
ya sea porque trabaja para un gran distribuidor o porque tiene su
propio puesto de ventas. “Tajín es la cabecera de la
congregación y aquí los artesanos y revendedores de
la comunidad indígena se han negado a que habitantes de otras
congregaciones trabajen en la zona, pues consideran que Tajín
es para los de Tajín”, aseguró González
García.
Según el arqueólogo, la importancia de conocer el sitio
radica en la necesidad de afirmar el sentido de pertenencia: “Algunos
de nuestros problemas sociales tienen su origen en esa pérdida
de identidad, al no tener afirmado ese espacio cultural que debería
ser propio. Esa visión fragmentada de la cultura mexicana nos
obliga a regionalizarnos, de ahí la necesidad de conocer el
origen de nuestras raíces”.
También es fundamental afirmar cuál es el espacio al
que pertenecemos y qué es lo propio, aunque no nos sea tan
cercano. A partir de ahí se vale visitar otros espacios pero
es importante conocer lo nuestro. |
“Muchas
obras del pasado fueron hechas por manos indígenas. Muchos
extranjeros, si no es que todos, lo que vienen a ver es el producto
de aquellos indígenas”, opinó, por eso es importante
incentivar el mercado de difusión, aunque no se trata de hacerlo
en el sentido nacionalista, como lo planteó Porfirio Díaz
en su idea de unificar a México en una cultura. Lo importante
es afirmar, al menos, el sentido de pertenencia.
Acerca del auge que ha tenido la región totonaca a partir del
Festival Cumbre Tajín, Juan Ángel González afirmó
que sí ha beneficiado a la comunidad de la zona arqueológica
y a los municipios que la rodean, como Papantla, Poza Rica, Cazones,
Tuxpan, Coyutla y Espinal. “Muchas veces se ha tachado de elitista
este evento, pero no se puede emplear a miles de personas en la Cumbre
Tajín”. |
El
arqueólogo Juan Ángel González García
muestra relieves del
Juego de Pelota. |
Dijo estar de acuerdo con que, a pesar de la polémica, es
muy adecuado que se realice el festival, “porque está
permitiendo generar una nueva tradición que tiene que ver
con ambas culturas, la del pasado, reflejada en los monumentos arqueológicos,
y la viva, la del totonaco que en el espectáculo de luces
y danzas recibió a los visitantes con el copal y el incienso,
o el que estaba haciendo la molienda del chocolate en el parque
temático, o la partera totonaca de Ojital Nuevo, María
Salazar, una persona que acarrea el conocimiento de generaciones”. |
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