Año 5 • No. 175• Abril 18 de 2005
Xalapa • Veracruz • México
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Difusión de los espacios arqueológicos:
una mirada a El Tajín
Dunia Salas Rivera

"Y lograron tirar nuestras ramas / y tiraron nuestras hojas /
y cortaron nuestros troncos / pero no arrancaron nuestras raíces"
Para el arqueólogo Juan Ángel González García, egresado de la Universidad Veracruzana, el desarrollo de la zona arqueológica de El Tajín, ubicada a 13 km. de la ciudad de Papantla y a 231 km. de Xalapa, al norte del estado de Veracruz, va de la mano con el desarrollo de la comunidad indígena que rodea la zona de vestigios de la cultura totonaca que se asentó en esta región veracruzana del año 100 a. C. al 1200 d. C.

En 1984, El Tajín contaba con 12 monumentos parcialmente rescatados con recursos que logró reunir el arqueólogo José García Payón, entre cuyas grandes contribuciones se encuentra la de haber hecho comprensible la visión de las canchas del juego de pelota.

El año 1992 fue un parteaguas para el desarrollo de la zona; ya se pueden observar 41 estructuras descubiertas en una extensión de 10 km2, con un plano topográfico muy bien elaborado bajo una estructura académica, con cotas que señalan los nortes magnético y astronómico.

Actualmente, toda la población de El Tajín, cuyo número de habitantes (mil) se ha mantenido desde hace varios años, vive del movimiento económico de la zona arqueológica, ya sea porque trabaja para un gran distribuidor o porque tiene su propio puesto de ventas. “Tajín es la cabecera de la congregación y aquí los artesanos y revendedores de la comunidad indígena se han negado a que habitantes de otras congregaciones trabajen en la zona, pues consideran que Tajín es para los de Tajín”, aseguró González García.

Según el arqueólogo, la importancia de conocer el sitio radica en la necesidad de afirmar el sentido de pertenencia: “Algunos de nuestros problemas sociales tienen su origen en esa pérdida de identidad, al no tener afirmado ese espacio cultural que debería ser propio. Esa visión fragmentada de la cultura mexicana nos obliga a regionalizarnos, de ahí la necesidad de conocer el origen de nuestras raíces”.

También es fundamental afirmar cuál es el espacio al que pertenecemos y qué es lo propio, aunque no nos sea tan cercano. A partir de ahí se vale visitar otros espacios pero es importante conocer lo nuestro.
“Muchas obras del pasado fueron hechas por manos indígenas. Muchos extranjeros, si no es que todos, lo que vienen a ver es el producto de aquellos indígenas”, opinó, por eso es importante incentivar el mercado de difusión, aunque no se trata de hacerlo en el sentido nacionalista, como lo planteó Porfirio Díaz en su idea de unificar a México en una cultura. Lo importante es afirmar, al menos, el sentido de pertenencia.

Acerca del auge que ha tenido la región totonaca a partir del Festival Cumbre Tajín, Juan Ángel González afirmó que sí ha beneficiado a la comunidad de la zona arqueológica y a los municipios que la rodean, como Papantla, Poza Rica, Cazones, Tuxpan, Coyutla y Espinal. “Muchas veces se ha tachado de elitista este evento, pero no se puede emplear a miles de personas en la Cumbre Tajín”.


El arqueólogo Juan Ángel González García muestra relieves del
Juego de Pelota.
Dijo estar de acuerdo con que, a pesar de la polémica, es muy adecuado que se realice el festival, “porque está permitiendo generar una nueva tradición que tiene que ver con ambas culturas, la del pasado, reflejada en los monumentos arqueológicos, y la viva, la del totonaco que en el espectáculo de luces y danzas recibió a los visitantes con el copal y el incienso, o el que estaba haciendo la molienda del chocolate en el parque temático, o la partera totonaca de Ojital Nuevo, María Salazar, una persona que acarrea el conocimiento de generaciones”.