Año 5 • No. 177 • mayo 2 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Entender la diferencia entre sexo y género, primer paso para la equidad

Edith Escalón

Abejas sin aguijón, originarias de nuestro país y cultivadas por totonacas y mayas antes del arribo de los españoles, producen miel de mejor calidad que las europeas. Hoy, la UV y la Universidad Autónoma de Yucatán recuperan la especie y la domestican para apoyar a apicultores de bajos recursos.

¿Abejas que no pican?, ¿que polinizan plantas nativas?, ¿fáciles de manejar y transportar?, ¿producen miel tres veces mejor cotizada que la común y cera con propiedades terapéuticas?... así es.

Se trata de la abeja sin aguijón, conocida ordinariamente como abeja melipona, una especie que tiene, por lo visto, muchas ventajas sobre su prima cercana, la Apis melífera común.

Las abejas sin aguijón –mucho más pequeñas y puntiagudas que las otras– forman parte de nuestra cultura desde hace siglos. En la época prehispánica, los mayas y totonacas ya las “cultivaban”, sin embargo, la falta de difusión y la ausencia de tecnología validada para su manejo ha frenado en nuestros días su conservación y cultivo.

Hoy, investigadores de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la Universidad Veracruzana y la Universidad Autónoma de Yucatán, con el apoyo de instancias gubernamentales y grupos de apicultores, iniciaron un proyecto para hacer de la meliponicultura una actividad importante en Veracruz.

Ésta es la historia
Compartir conocimiento
Los estudios con abejas meliponas tienen ya varios años en la UV, sin embargo, fue hasta 2004 cuando los universitarios plantearon la necesidad de buscar y probar las mejores técnicas de aprovechamiento para aumentar la producción de miel y sus subproductos en cantidad y calidad, no sólo como investigación académica, sino para compartir con muchos otros apicultores este conocimiento.

El objetivo era claro: validar y transferir tecnología para dar valor agregado a los productos y mejorar así las ganancias y condiciones de vida de los apicultores.

A esta campaña de la UV se sumó la Fundación Produce Veracruz (aportando recursos económicos), la Asociación de Productores Apícolas de Coatepec (en cuyas colonias se validará la tecnología apícola), la Universidad Autónoma de Yucatán (que compartirá conocimientos con la UV) y la Comisión Veracruzana de Comercialización Agropecuaria (Coveca), quien se propuso buscar los nichos adecuados para apoyar la comercialización de los productos con un valor agregado.

En conjunto, aportaron más de 1.2 millones de pesos para el proyecto “Conservación, manejo y difusión de las abejas sin aguijón”, que permitirá convertir el aprovechamiento de abejas meliponas en una actividad rentable. Las investigaciones están en marcha bajo el liderazgo del equipo universitario, encabezados por el académico Genaro Cocom Euam y sus estudiantes

Tradición apícola
En la FMVZ, los universitarios han estudiado durante años las diferentes especies de abejas que existen en el trópico. Genaro Cocom, que dirige este proyecto de investigación, es quien ha establecido en la Facultad esta línea de trabajo y ha apoyado la formación de generaciones de especialistas en la investigación apícola.
Basta mencionar que en 1987 fueron ellos quienes reportaron por primera vez la presencia de abejas africanas en México.


Genaro Cocom.
Avances tecnológicos
Una metodología de manejo más práctica es quizá uno de los avances tecnológicos más importantes que tiene este proyecto, derivado del estudio de abejas meliponas que han realizado durante años estudiantes y académicos universitarios.

Consiste en tres técnicas principales: el “trasiego”, es decir, el traslado de colmenas silvestres a contenedores especiales; la división de los enjambres que permite la formación de una nueva colmena a partir de una ya existente, y la adecuación de un meliponario, es decir, un lugar que es utilizado para criadero de las abejas sin aguijón.
La primera es una metodología que fue desarrollada en 2003 como parte del proyecto de servicio social realizado por tres egresados de Veterinaria: Ignacio Cessa López, Cristal del Carmen Sánchez y Daniel López Cruz. Su aplicación es fundamental porque debido a la pérdida de biodiversidad, las meliponas son cada vez más escasas. Actividades como ganadería, agricultura, tala inmoderada e incendios han ido disminuyendo sus sitios de anidación y alimentación.

Al trasladarlas de sus colmenas silvestres a cajas de madera (racionales) que crean para ellas un ambiente similar a los troncos de los árboles donde generalmente se encuentran, se logra el control y manejo de sus poblaciones, pues para obtener miel virgen y cera sin deteriorar la colmena es necesario dividir sus enjambres constantemente (segunda técnica), actividad a la que ellas acceden, pues están dispuestas a “cambiarse de casa” si siguen a una abeja reina.

El meliponario (tercera técnica) permite protegerlas de las inclemencias del tiempo –pues evitan el deterioro de las cajas racionales– y mantenerlas lejos del alcance de sus enemigos naturales, ya sea hormigas o mapaches.

Genaro Cocom, director del proyecto, dijo que la metodología que los egresados desarrollaron para tenerlas en cautiverio es justamente la idea que quieren “vender” a los apicultores: ”Lo que nos interesa es que los productores de miel crean en nuestra propuesta, y que se den cuenta a partir de este proyecto que los resultados son mucho mejores que los que obtienen con métodos tradicionales”.
Certificación de calidad
Estas metodologías han sido probadas en el Meliponario de la Posta Zootécnica “Torreón del Molino”, en el Puerto de Veracruz. En este rancho de la Facultad de Veterinaria de la UV, tendrá lugar el proceso final del proyecto: la certificación de calidad.

Con el apoyo de la planta de extracción de miel de alta calidad que la Facultad de Veterinaria pondrá en marcha este año, se asegurará que todo el producto de los meliponicultores cubra los estándares de inocuidad alimentaria que exige la Secertaría de Salud. De esta manera, con el apoyo de Coveca, el producto final podrá ser comercializado en mercados exigentes, que puedan pagar por calidad.
Abejas prehispánicas
Las abejas sin aguijón son nativas de nuestro país. Las cultivaron mayas y totonacas para abastecerse de miel, pues era uno de sus principales alimentos, además, la utilizaban para usos medicinales y para pagar tributo a los españoles.

De hecho, el “Balche” hecho de la miel de abejas sin aguijón era una bebida ceremonial de los mayas y la embriaguez por tomarlo era obligatoria en los rituales religiosos. Algunas de esas manifestaciones perduran o han sido modificadas, como lo que ocurre en Yucatán, donde los mayas aún celebran una ceremonia conocida como “U hanali cab” en donde se bendice la miel ya cultivada de las abejas meliponas.

Actualmente estas dos culturas siguen practicando la meliponicutlura, gracias a las técnicas que han ido pasando de generación en generación, por eso su manejo sigue siendo tan rústico como en sus inicios.
Beneficio social
La Asociación de Productores Apícolas de Coatepec, formada por meliponicultores de bajos recursos económicos, será la directa beneficiaria del proyecto. En conjunto, sus integrantes cuentan con más de 100 colmenas de abejas sin aguijón y 5 mil colmenas de abeja europea (Apis melífera).

La realización de este proyecto les brindará un apoyo importante, pues la apicultura que hoy desarrollan, de bajo rendimiento, afecta desde luego su calidad de vida. En esta última área es donde Coveca será fundamental, pues a través de ella se realizará la venta directa de miel, cera y polen al público y a tiendas naturistas.
Ventajas de la meliponicultura

· Las abejas no pican.

· No representan un peligro para la comunidad.

· El kilogramo de miel “virgen” vale tres veces más que el de la abeja común..

· La miel y la cera poseen propiedades terapéuticas y antibióticas.
· Son mucho más selectivas que las abejas europeas, pues no acuden a flores que hayan sido contaminadas con agroquímicos.

· Sus cajas racionales usan menos espacio de terreno.

· Son excelentes polinizadoras de plantas nativas.