Boca del Río, Ver.- Curitiba, una ciudad al sur
de Brasil, se convirtió en un ejemplo claro de desarrollo
urbano sustentable cuando intelectuales y sociedad civil se percataron
de las necesidades viales, los problemas de contaminación
y el crecimiento desmedido que estaba experimentando y actuaron
en consecuencia, convirtiéndola en la capital ecológica
del país sudamericano.
En el Primer Congreso Internacional de Casos Exitosos de Desarrollo
Sustentable, Cleon Ricardo dos Santos, académico de la Universidad
Libre del Medio Ambiente, presentó la experiencia de planificación
de esta ciudad que presentaba, si bien en otro contexto, muchos
de los problemas de urbanismo que existen en las ciudades mexicanas:
sobrepoblación, caos vial, contaminación, inseguridad,
entre otros.
Explicó que los habitantes de Curitiba se dieron cuenta del
problema hace 33 años, cuando ya la urbanización se
veía como un problema potencial: “El objetivo del proyecto
en esos años era llevar a cabo un cambio estructural en la
manera en que se encontraba su planificación y su gestión
en Brasil”. Fue en 1940 cuando se realizó el primer
plan director, pero la ciudad comenzó a crecer muy rápido
por lo que el plan tuvo que ser modificado en 1965.
Las características básicas de este plan fueron el
cambio de la tendencia del crecimiento urbano, pues dejó
de ser, como la mayoría de las ciudades brasileñas,
caracterizada por crecer en círculos concéntricos
que llevan a la congestión del centro de la ciudad. Para
evitarla, se organizó un plan de crecimiento que dividía
a la ciudad en líneas directivas adaptadas a su estructura,
lo que permitía una planificación lineal a corto plazo
y efectiva. “Este plan ayudó a que la vialidad fuera
más rápida y permitió el rescate de lo que
quedaba del patrimonio histórico”.
Otra estrategia fue el establecimiento de estructuras viales, de
alta, media y baja velocidad, que aseguró una movilidad en
la ciudad que entonces era casi imposible. No obstante, fue la puesta
en marcha de una red de transporte público y la implantación
de un sistema de parques lo que determinó la sustentabilidad,
pues además de constituirse en un importante instrumento
de control de inundaciones, aseguró una elevada tasa promedio
de áreas verdes por habitante aun en un área urbana.
El sistema integral de transporte se basa en vías especiales
para los autobuses que comunican a los barrios sin pasar por el
centro y permite desplazamientos con sólo pagar un boleto,
lo que ayuda a la gente de bajos recursos. La red integrada de transporte
ha logrado la existencia de pocos autobuses y reducir el tiempo
de traslado, por lo que los índices de contaminación
también decrecieron, disminuyendo la emisión de gases
invernadero.
La Universidad Libre del Medio Ambiente en Brasil, donde Dos Santos
trabaja, se encuentra realizando investigaciones sobre el combustible
ecológico que podría tener una composición
de diesel, alcohol y anhidro-aditivo derivado de la soya.
En cuanto al manejo de los residuos sólidos, se pasó
de la contaminación al reciclaje: “Cuando el relleno
sanitario estaba llegando a su punto máximo y no sabíamos
qué hacer creamos un programa de reciclaje en donde se pedía
a la gente que ‘separara la basura que no es basura’,
como decíamos”. Entonces hubo quien se interesó
en procesarla.
El académico brasileño dijo que en Curitiba se ha
hecho un programa integral que ha permitido armonía, ahorro
de tiempo y espacio y un aumento en la calidad de vida: “Tal
vez muchos urbanistas y planificadores hayan tenido las mismas ideas,
pero no las llevaron a cabo”. |