Año 5 • No. 178 • mayo 9 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Grandes escritores, artífices
de la identidad latinoamericana
Juan Carlos Plata

La labor literaria de Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda y Julio Cortazar es lo que nos ha dado a los latinoamericanos la verdadera nacionalidad y una identidad, porque son una generación de literatos que no existe en ninguna otra parte del mundo, aseguró el catedrático de la Universidad de La Sorbona de París, Raúl Silva-Cáceres en el marco del curso homenaje al escritor cubano Alejo Carpentier, organizado por la maestría en Literatura Mexicana que imparte el Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias.

“Son verdaderos monstruos de la cultura, la primera gran generación que no es europea o norteamericana, son escritores que tienen una cultura internacional, que son latinoamericanos y al mismo tiempo universales. América Latina, que tiene ya una historia de 500 años, se ha forjado una identidad gracias a estos extraordinarios escritores”.

Invitado a impartir el curso “Homenaje a Alejo Carpentier: de Los pasos perdidos a El siglo de las luces”, Raúl Silva-Cáceres aseguró que el escritor cubano es un referente insustituible de la cultura latinoamericana por su obra literaria y por su aportación al periodismo cultural.

Considerado el precursor del “realismo mágico latinoamericano”, Alejo Carpentier recibió en 1978 el premio Cervantes, la más alta distinción literaria en España y en 1979 recibió el premio Medicis Extranjero, máximo reconocimiento con que premia Francia a escritores extranjeros, por El arpa y la sombra.

Silva-Cáreces aseguró que, contrario a la idea popular, la literatura del autor cubano tiene muy poco que ver con el realismo mágico de García Márquez, pero la crítica los ha clasificado juntos un poco al azar. Una de las diferencias fundamentales entre Capentier y García Márquez es la incapacidad de este ùltimo para utilizar la parodia como género.

Para el académico de La Sorbona, hay una confusión entre realismo mágico y lo que Alejo Carpentier llama lo real maravilloso, no están muy bien definidos ni uno ni otro. Lo que caracteriza a Carpentier es la diferencia que hay entre su obra y las novelas realistas hechas hasta ese momento en Latinoamérica, aquellas que Juan Marinelo, llamaba “nuestras novelas ejemplares” y que son Don Segundo Sombra del argentino Ricardo Guiraldes, La vorágine del colombiano José Eustacio Rivera y Doña Bárbara del venezolano Rómulo Gallegos.

“El modo de escritura de Alejo Carpentier se aleja radicalmente de ese modo de escritura y es muy similar, siendo mucho más medido, al de Miguel Ángel Asturias, que practica también una forma extrema de realismo mágico”.

Carpentier está fuertemente influido por el surrealismo europeo, ya que durante 10 años (de 1929 a 1939) vivió en París y estuvo en contacto con André Breton y los escritores de esa corriente literaria. “Cuando llega de vuelta a América, Carpentier se siente muy emocionado de darse cuenta de que la realidad en América latina es, en sí, maravillosa, no es como en Europa una realidad fabricada, artificial, más bien cultural y mental que vivida en la realidad”.

En El siglo de las luces, Esteban, uno de los personajes principales representa en cierta medida al propio Alejo Carpentier, ya que representa a un desencantado de la revolución francesa que utilizó la guillotina para matar a miles de personas que no estaban de acuerdo con Robespierre; hay muchos elementos del desencanto del intelectual frente a la marcha de los acontecimientos históricos que él recoge y que los representaron en esa época.